Continua e inigualable danza entre lo irracional y lo racional, que va adquiriendo perfecta sincronía capítulo tras capítulo. En primer lugar y por encima de todo lo demás, magnífica actuación de Jessica Lange encarnando a la Hermana Jude, religiosa aparentemente inconmovible y aficionada a viles y cuestionables medios de "reinserción social". Dicho personaje es el perfecto ejemplo de bailarín en la danza, evolucionando a lo largo de la temporada de manera espeluznante y al tiempo increíble.
Sobrepasa sin duda a la primera temporada de esta serie, "American Horror Story: Murder House", la cual se ve sumida en una imparable caída libre al poco de su comienzo (bastante prometedor igualmente) culminando con un estrepitoso (e insípido) final que ata los cabos incorrectos, convirtiéndose así en una simple propuesta fabulosa que terminó en sinsentido. "Asylum" devuelve el mal sabor de boca que recibimos con la primera entrega, y nos otorga a cambio una satisfactoria demostración de que el género no está muerto, y de que el éxito no reside únicamente en la innovación, pues recurriendo a grandes clásicos del mismo (similitudes muy claras con el filme de "El resplandor") pueden obtenerse magníficos resultados.
No se quedan atrás ni mucho menos la secuencia de apertura y la banda sonora en esta temporada, ambas completamente acertadas y genialmente estremecedoras, contribuyendo a la permanente atención del espectador desde el minuto uno de cada capítulo hasta el final de los créditos del mismo. Es probable que la antiquísima canción belga "Dominique" de Sor Sonrisa haya nublado tus pensamientos en más de una ocasión si has devorado los 13 capítulos en menos de una semana. Dominique, nique, nique...
En definitiva, emocionante, evocadora de los grandes y dulcemente atroz en su composición.