En esta segunda parte se intenta seguir la estela creada por la primera, pero solo eso, se intenta...

A mi juicio es un largometraje forzado e innecesario. La parte del sufrimiento se alarga hasta la saciedad no siendo ni por asomo tan crudo como en su anterior metraje y aunque ahonda en la parte de la recuperación y la supervivencia sigue siendo todo muy artificial.

El elenco de actores deja bastante que desear y el argumento hace aguas por demasiados lados, todo está demasiado mal hilado y los personajes secundarios sobran por donde lo mires. Ni siquiera la parte de las "vendettas" merece especial atención.

Recomendé para los amantes del genero la primera parte pero esta debo de decir que sinceramente se la pueden ahorrar.

Si te gusta el cine tipo Saw la vas a disfrutar, eso si, de la mitad de la película en adelante.
El principio es algo lento y muy típico aunque me ha gustado mucho el escenario en el que discurre la acción, me ha recordado mucho a Crystal Lake...

Es "agradable" comprobar hasta donde llega la imaginación en cuanto a tortura humana se refiere, la forma en que se va ejecutando a cada personaje es atroz, imaginativa y sin duda merecida. Chapó por el guionista.

Me chilla un poco la evolución del personaje principal, ojo que no por su actuación, que está muy conseguida sino por como una chica corriente mas bien sosilla, aún por mucho trauma físico y psicológico al que se haya sometido es capaz de desarrollar por arte de magia un instinto asesino con unas habilidades dignas de McGyver en sus tiempos mozos, que ya las quisieran para si mismísimos Jason Voorhees y Jigsaw.

A mi parecer, una película para los amantes del genero, entretenida y que he disfrutado sabiendo a lo que me enfrentaba...

Una película de Karate para Karatekas, una película que trata el tema marcial de una forma impecable con un rodaje en exteriores que hacen que todo tenga un estilo muy particular y que mezcla sabiamente 3 estilos de Karate como Shotokan, Kyokushin y Goju Ryu, destacando bajo mi punto de vista la impecable actuación del Maestro Tatsuya Naka, embajador y referente a nivel mundial del estilo Shotokan.
A nivel de argumento funciona bien, simple pero directo y sencillo, con una buena fotografía y una banda sonora acertadísima, pero sobre todo, lo que aquí destaca es el Karate, en esta película se hace Karate, punto. Tal y como cualquiera de nosotros lo podría practicar en la vida real. Esta cinta huye de estereotipos y de coreografías imposibles para mostrarnos la esencia de este Arte Marcial.