Una verdadera joya de la animación española, la delicadeza de cada plano, la dirección de arte, el que le haya dado un sentido al origen de lo que sería el personaje mítico de Santa Claus todo con esmero y cuidado... es una película que todo niño y adulto con sensibilidad debe de ver, es una película hecha con amor y se nota, y de estas hay pocas.

Carlos Baena aquí ha mostrado su esencia regalándonos un cortometraje de terror y emotivo al mismo tiempo.
Oscura pero emotiva al mismo tiempo con el que consiguió sacarme una lagrimilla al final, las expresiones del personaje, la iluminación, todo plano nos transmite y nos dice algo.
Solo espero que su próxima obra sea un largometraje dirigido y/o escrito por él.

Un cortometraje directo, hacía falta contar lo que pasa en esta sociedad que se esconde tras la pantalla y un pseudónimo que luego no tienen el valor de decir todo su odio y miseria a la cara mientras que en realidad, no son nadie ni aportan nada.
Dedicado a todos los que sueltan bilis del trabajo de los demás, del resto de las personas como si no fueran de carne y hueso, siendo libres de represalias, porque parece ser que, que escondidos detrás de una pantalla es posible perder la humanidad y las formas, mostrando la miseria y basura que la sociedad puede llegar a ser, pero que luego a la cara se acobardan y ni se atreven a dirigirte una sola palabra.
Os invito a recapacitar y a mirar antes sus propias vidas a todos aquellos que se han creído jueces de las vidas de los demás.
Gracias Javier Marco por mostrarnos una realidad que está pasando, merecida la candidatura de los Goya, espero que llegue a la nominación y/o se lleve el cabezón, lo merece.