Una película de de los setenta, medio española y desconocida. Apenas tenía expectativa respecto a ella. Esperaba algo parecido a "La noche del terror ciego" o a "La noche de Walpurgis" que se dejan ver, pero tienen sus carencias y limitaciones. Pues no, me llevé una grata sorpresa. Ni por asomo se asemeja a títulos tales.

Nos encontramos, en mi opinión, ante una película de suspense, de thriller psicológico, más que una película de fantaterror español al uso. Ahonda en un personaje muy elaborado, que aporta el desequilibro e inquietud.

La película es un ejercicio muy serio. Con planos largos y buenos encuadres. Incluso alguna toma realmente sorprendente, arriesgadamente picada unas y contrapicada otras, buscando una serie de efectos que no dejan de evocar sino al mismísimo Kubrick.

El guión es bueno. Al principio cuesta un poco meterse en la historia quizá, pero poco a poco va atrapando, y uno entiende mejor las intenciones. Al final todo acaba teniendo sentido. Con sus truculencias y sus diálogos escuetos pero bien sopesados va avanzando la trama, bien urdida y con un inesperado final (más en spolier).

En definitiva, un gran trabajo de éste director que tristemente falleció en el propio proceso de grabación de ésta película, y que deja a uno con la sospecha de que tenía el talento para haber podido ser un grande del cine español. Una película que, creo, sorprenderá gratamente por sus virtudes, su solidez, y buen hacer. Sin duda, merece la pena su visionado.

Preciosa película de animación, con una gran protagonista: la abuela.

Una historia divertida y ocurrente; sencilla en lo básico, pero bien llevada. Unos dibujos geniales, y muy expresivos.

Sin duda, una de las cosas que más destaca es una estupenda banda sonora -sobre todo las interpretaciones del preludio número 2 del clave bien temperado de Bach. Muy graciosos los dibujos de Django Reinhardt y Glenn Gloud.

Al final se hace entrañable. Una buena película, que cae en esas de animación que no son al uso, y se tienen ganas de verlas otra vez. Muy recomendable.

Interesante película ambientada en un EEUU todavía incompleto, donde en un pueblo del sur se desata un juicio sobre el evolucionismo y el creacionismo.

Aunque el centro de la película es dicho juicio, también se dejan ver aspectos laterales, que reflejan la tensión y el ambiente.

Las interpretaciones no están mal. Creo que destaca la de Fredric March, estupenda; y también me llamó la atención la del Cura. La banda sonora se reduce a un canto de marcha popular de por entonces.

Los diálogos son el punto. El debate en el juicio: aunque son posturas, una otra, algo llanas, y seguramente ligeras, se van desarrollando, y el juicio va adquiriendo intensidad. Es curioso observar el entorno, y las mentalidades, pues es una película de una época bastante cercana a los hechos (creo recordar).

Puede ser curioso también cómo queda reflejado el inciso que hace la aparición de la Radio, que pese a no ser más que un detalle, queda resaltado en algún momento de la película.

Sugerente el título aplicándolo a las circunstancias del juicio (la discordia entre Fe y Ciencia, la discusión tajante entre uno y otro en el juicio, que siembran partidarios en uno y otro bando) toma mayor significado. El pueblo, podría entenderse, al final, seguirá igual. No "hereda" nada de la discusión, del juicio; Hereda el viento (ésta es una posible reflexión).

Considero que es una película que merece la pena. Me gusta verla de vez en cuando. Además no le falta una segunda trama, como la de la novia del profesor y su padre, el fervoroso cura.

Un film con un ritmo que fluye con calma. Una historia de enredos, de juegos meditados de sentimientos, llevada de un modo interesante.

No me desagradaron las interpretaciones de Deneuve y Everett. Aunque creo que es éste segundo el que más destaca. Quizá algo más floja la actuación de Sobieski.

Es bonita, y se nota cuidada, la fotografía. Un tono frío por lo general. Refleja bien los ámbitos de apariencias y riquezas por los que se mueven los protagonistas.

La trama y los personajes se desenvuelven en círculos selectos de familias adineradas, donde casi la única preocupación son los líos amorosos.

El guión esta elaborado por el estupendo escritor Eric-Emmanuel Schmitt, y se nota. Buenos diálogos.

Lo cierto es que la historia es bastante conmovedora de alguna manera. Una película que me gustó, y que sí que recomendaría. Aunque entendería que a más de uno se le hiciera larga. Para ver en una tarde tranquila.

Curiosa película, en la cual se desarrolla una trama simple sobre viajar a la luna. Contó con la ayuda para la elaboración de la historia con un eminente científico ruso de aquellos tiempos, cuyo nombre ahora no recuerdo, pero se indica al comienzo de los créditos iniciales. Con buenos decorados, e interpretaciones que, dentro de las exageraciones típicas de las películas mudas, no son tan histriónicas como otras que he tenido ocasión de ver.

Hay encuadres logrados y la cámara se conduce en movimiento bastantes veces, con agilidad, evitando así la secuencia estática en muchos casos y aportando mayor fuerza al film. Encontramos momentos muy conseguidos en relación con la ingradez, ya sea en la nave cuando transita en el espacio, o en la propia luna, donde hay que destacar un sorprendente trabajo con stop-motion, creo, para recrear la ligereza de paso y los amplios saltos al recorrer la supreficie lunar.

A mi parecer la película tiene una suerte de tufillo a reto, a objetivo, podríamos decir. Es cierto que es del 1936 y que quedarán aún décadas para que se comenzase con la carrera espacial (la perra Laika no fue lanzada al espacio hasta 1957), pero la perspectiva ha cambiado: ya no resulta tan cándida como la famosa obra de Méliès. Hay noción de la ingradez, y de ausencia de oxígeno. Tampoco hay monstruos o seres lunares. Se capta ya no la ingenuidad (aunque aún queda), si no la propuesta de algún día alcanzar a hollarla. El mensaje es claro, el profesor que duda, porque en sus experimentos los animales enviados al espacio han regresado fallecidos, o el que en principio iba a ser el tripulante elegido, que al final comparte la indecisión del otro y no se embarca, se quedan en tierra. A la aventura se suben el profesor que muestra valentía con sus certezas y se muestra convencido de seguir adelante, la joven ayudante científica que se encuentra entusiasmada, o el chaval que se cuela en el último momento, lleno de ilusión. Los tres caracterizan valores que se tratan de fomentar, el arrojo, la osadía, el conocimiento, etc, mientras que la duda, el temor, se han de quedar en tierra para poder avanzar y conseguir las cosas. A mi parecer, resulta significativo.

En fin, una película interesante de ver. Con un hilo sencillo pero entretenido de seguir, de buena factura, y con momentos que nos sorprenderán. No ha envejecido tan mal.