John Wick 2 se estrenó este viernes y no fui capaz de esperar así que pagué mis ochos monedillas de oro y entré en la sala de cine. Y madre mía si valió la pena.

Tengo que confesar que ya fui uno de los fans de la primera considerándola bastante mejor que The Equalizer (2014), la película que la acompañaba en cartelera, por eso tenía curiosidad por ver como expandían ese universo que habían creado en la primera y donde llevarían las escenas de acción el segunda. Y la verdad es que John Wick 2 es a la uno lo que The Raid 2 (2014) es respecto su primera entrega, más y mejor. Los mismo pasa con los actores y aquí encontramos un reparto muy variado con Ruby Rose (Orange is the New Black), Common ( Selma, Smokin’ Aces), Franco Nero (Django, Die Hard 2: Die Harder) y Laurence Fishburne (The Matrix, Mystic River) a parte de los que repiten papel de John Wick (2014).

Lo único que no me ha gustado tanto es la motivación para que John haga lo que mejor sabe hacer, en la primera nace de él mientras que en el segunda es “obligado” a hacerlo. Más allá de eso esta segunda parte es superior en todos los aspectos: más muertes épicas, mejores stunts, secuencias más largas, juegos con la cámara, etc.

John Wick 2 se adentra mucho más en el submundo de los asesinos y criminales. Vemos muchísimos más personajes entrar en acción además de darle a nuestro protagonista un rival a su altura, cosa que no encontrábamos en la primera. Pero no solo van a por algo más grande sino que deciden ir más profundo añadiendo nuevos niveles por arriba y por abajo a esta mitología que rodea el film: con los hoteles, monedas y organizaciones. Consiguiendo que el tono de la película vaya de la mano con esa acción salida de una peli de Honk Kong.

David Leitch y Chad Stahelski han demostrado que una buena peli de acción se consigue a base de trabajo, coreografía, y saber que es lo que queremos mostrar para que el espectador pueda disfrutar de la escena. Han conseguido crear un mundo con un tipo de historia salida de un cómic y que recuerda a un Punisher mucho más calmado y con más swag pero menos facha y menos loco.

Todo eso sin tener en cuenta lo feliz que me hace ver a Keanu Reeves liderando esta saga. Porque tengo mis dudas sobre si sería tan fácil empatizar y seguir a este personaje si no fuese porque él lo interpreta, ya es de las pocas caras conocidas capaces de realizar un trabajo en las escenas de acción como el que él lleva a cabo mientras consigue que su personaje sea la raíz emocional de la película.

Obviamente si no os gustan las pelis de acción pura y dura John Wick no es para vosotros. Pero si disfrutáis con escenas de tiros que “rozan” lo inverosímil y gozáis viendo todo perfectamente con coreos que nada tienen que envidiar a La La Land (2017), os digo que esta es, sin duda, una de las mejores películas de acción de la década dentro de Hollywood.

John Wick 2 es divertida, violenta, visualmente bonita pero sobretodo, y aunque la palabra vaya perdiendo valor con el paso de los años, es muy pero que muy guay.

https://cinefalos.com/2017/04/23/john-wick-2-critica/

Hugh Jackman abandona al personaje que lo catapultó a la fama y que ha interpretado a lo largo de dos décadas, apareciendo en un total de nueve películas. Siempre con más luces que sombras y destacando más allá de la calidad de la peli en particular.

Pero faltaba Logan, faltaba esa película que estuviese a la altura del personaje o incluso por encima. Para hacerlo era necesario olvidarse de universos cinematográficos y demás perdidas de tiempo y centrarse en contar una historia levemente al margen de esa gran mercadotecnia, aprovechando que conocemos al personaje al mismo tiempo que añade cambios en favor del dramatismo. Gracias a eso James Mangold (3:10 to Yuma, Girl Interrupted) consigue presentar un film con un tono a medio camino entre un western y Mad Max que trata temas tan actuales y notorios como la inmigración y la persecución de aquellos que son diferentes.

Interesante película sobre el sueño americano cercana a The Wolf of Wall Street (2013) y American Hustle (2013) inferior ambas pero a diferencia de estas, aunque sigue siendo una estafa, tiene sus trampas.

Aquí lo más destacable es el protagonista Matthew McConaughey (Interstellar, Free State of Jones), el cambio físico al que ha sido sometido y su actuación que está por encima del resto de actores aunque también defiendan bien a sus personajes pero el guión no los permite desarrollar más, como en el caso de Edgar Ramirez (The Girl on the Train, Point Break) o Corey Stoll (Ant-Man, Black Mass) y es que nuestro actor principal sale prácticamente en todos los planos y está película está hecha principalmente para su lucimiento.

La dirección es correcta pero el guión tiene bastantes cambios de ritmo. Comienza bien con la búsqueda del oro en Indonesia. Pero en la parte central se resiente y se hace un poco lenta. Por suerte, al final la historia vuelve a ganar fuerza y es cuando más de lleno nos introducimos en ella.

Interesante historia de luchar siempre por nuestros sueños y nunca rendirnos, que sin tener nada memorable hace que mayoritariamente durante su proyección estemos entretenidos.

Tarde para la Ira (2016) es la ganadora del último Goya a Mejor Película y aunque confieso que sufro ciertos prejuicios, poco justificados, en cuanto al cine español, sé que debo superarlo y me obligó a ver algunas de ellas. Por suerte, está creciendo en calidad a pasos de gigante en los últimos años, de tener tres o cuatro directores de referencia estamos pasando a una etapa donde directores noveles aparecen cada año con nuevas y diferentes propuestas, y eso se agradece mucho.

Especialmente están funcionando muy bien las pelis de crimen españolas. Cada una con su propio estilo y con tramas muy diferentes pero películas como Celda 211 (2009) y La Isla Mínima (2014) han servido de trampolín (salvando las distancias entre ellas) a dos de las mejores de este año: Que Dios nos Perdone (2016) y Tarde para la Ira, sin olvidarnos de El Hombre de las Mil Caras (2016). Y de todas ellas mi preferida ha sido la que estamos analizando.

La estructura de la película me llamó mucho la atención ya que consigue mantener el interés introduciéndote directamente en el segundo acto, donde partes de la incertidumbre, para ir viendo como los secretos y motivaciones de cada personaje salen a la luz, hasta llegar a la Ira.

El tono de la película es principalmente crudo y seco con algunos pequeños detalles de humor incómodo recordando a los Coen de Blood Simple (1985) , pero perfectamente integrado en un ámbito español.

Teniendo en cuenta que es la opera prima Raúl Arévalo la dirección es de un nivel muy elevado. La cámara se mueve por el espacio de forma torpe y sutil al mismo tiempo, tal y como lo hace el protagonista durante la trama, dando pausa y ritmo en los momentos exactos.

Las interpretaciones están a la altura del film, con algunos personajes dramáticos y unos pocos cómicos que interactúan entre ellos sin que el contraste se haga raro. Destacan los dos protagonistas que van a cargo del grande Antonio de la Torre (Balada Triste de Trompeta, La Isla Mínima) y Luis Callejo (Es por tu bien, Cien Años de Perdón) pero también hay personajes más secundarios que, sin duda, quedarán en nuestra memoria después de verla.

Las quejas que tengo son algunos detalles pequeños al final de la película, así que prefiere no decir nada para que la disfrutéis sabiendo lo menos posible. Si os fijáis no he hecho sinopsis de la trama ya que considero que esta es de esas películas que no necesitan (y no tiene) una gran introducción.

Tarde para la Ira es un joyita de hora y media cuya grandeza va de la mano con una peculiar sencillez que merece toda nuestra admiración.

https://cinefalos.com/2017/03/28/tarde-para-la-ira-critica/

La película llega bastante tarde a nuestro país, su estreno fue en 2015 en Estados Unidos y hasta ahora, y sin hacer mucho ruido, no la hemos recibido en nuestros cines. La verdad, nos cuenta entender el porque, ya que es muy buena.

Tiene un buen director como Antoine Fuqua (The Magnificient Seven, The Equalizer) y un magistral Jake Gyllenhaal (Nocturnal Animals, Enemy) como protagonista, donde demuestra, una vez más, que es de los mejores actores que hay actualmente, con una brutal interpretación que transmite perfectamente el dolor y la frustración de alguien que ha perdido algo esencial en su vida. Rachel McAdams (Doctor Strange, The Notebook) y Forest Whitaker (Arrival, Rogue One) también dan sus dosis de talento a la cinta.

La película está llena de tópicos y todos sabemos como van a ir transcurriendo los acontecimientos de esta. Pero lo importante aquí es el camino que sigue, la evolución del protagonista, siendo muy entretenida, llegando a emocionar con un par de momentos bastante potentes y unos combates muy bien filmados que te meten de lleno en el ring .

Mención al último trabajo del fallecido James Horner (Titanic, Avatar) con una muy buena banda sonora para el recuerdo a cargo del rapero Eminem, el productor de toda la música del film.

Película que va más allá del boxeo y aunque siga esquemas tradicionales, es una muy solida y nos trasmite un mensaje de superación personal apto para cualquier circunstancia.