Sin entrar en las excentricidades de Von Trier en este caso la presentación teatral, resaltan todavía mas; la interpretación de los actores y el poderoso guión. Que por si solos componen una imagen de la condición humana. Personalmente me hizo reflexionar y en una segunda lectura hirió mis acomodados principios. ¿ Quienes son los verdaderos culpables? Los ejecutores, los consentidores, los que en su bondad no reclaman justicia. Los sumisos, que dejan la responsabilidad en manos de los otros.. Sobre la verdadera naturaleza de la justicia, la responsabilidad de nuestros actos y dejación de esta.
Es en definitiva una película densa y llena de contenido.

Esta película me logro trasladar a traves de los ojos de Alexandria a su visión del mundo, la inquietante realidad, la intensidad de las sensaciones, la fuerza de la fantasía. De una niña de cinco años en un momento, y un lugar tan desconocidos para mi, como para ella el mundo de la historia que le cuenta su atormentado amigo. Ademas de la metáfora sobre los temores, y las formas en las que cada uno los enfrenta. los disfraza, o los intenta esquivar. Es sin duda una hermosa experiencia visual, y un poético relato sobre los sueños y la amistad.

Es en esta película donde el gran Cilnt Eastwood, con una interpretación magistral, demuestra que su gran humanidad, puede trascender por encima de todos los tópicos.
Sin traicionar sus principios, el protagonista, hace prevalecer los grandes valores; La justicia, la familia, la dignidad y el esfuerzo por encima, de sus prejuicios. Creando una tensión que nos convierte en cómplices de este hombre: mal educado, racista, despegado de sus hijos y nietos, lleno de manías, y que bebe demasiado, nos convierte en sus interlocutores, y logra conmovernos en la relación su perra, donde expresa el verdadero desconsuelo y soledad.