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Críticas de ANDRES QUINTERO
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Críticas 14
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
6 de mayo de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pese a la avasalladora tecnología y a las huestes de geeks que esta ha congregado, yo sigo prefiriendo el old fashioned de mis héroes de infancia. Me gusta su insobornable soledad, su adusta seriedad, su incapacidad de amar y esa inconfesable inconformidad con el rol de super stars que les tocó afrontar.

Más allá de sus atributos de una buena entretención, Los Aventureros deja - o al menos a mí me dejó – una sensación de atiborre donde tanta espectacularidad deja el sinsabor del vacío; un despliegue cuasi ilimitado donde lo más termina siendo menos.

Los fanáticos dirán - y razón quizás no les faltará - que estamos ante una epopeya básica escrita sin grandilocuencias pero sí con la precisión emotiva de la fantasía; que esta reunión marveliana de grandes superhéroes es un crossover frenético y que el no la haya disfrutado es porque sus tornillos, de tan bien apretados que están, lo han privado de gozarse este fascinante desvarío. Puede que así sea pero tengo que decir, a contracorriente de casi todo lo que he leído sobre Los Vengadores, que me pareció, más que una buena película, un video juego bien amplificado que cumple satisfactoriamente con su objetivo elemental de entretener pero sin dejar huella alguna. La historia es lineal y sosa y el esfuerzo por evitar que sus protagonistas se opaquen entre sí termina dando por resultado un grupo que sobresale por su falta de cohesión. En medio de esta congregación un tanto forzada de super estrellas sobresalen sin lugar a dudas Iron Man y Hulk pero no por que encarnen realmente al héroe que batalla por una gran causa sino porque tienen la inteligencia, esencialmente humana, de burlarse de sí mismos y de todos aquellos que los rodean.

Los vengadores es una película para gozársela sin circunloquios analíticos o intelectuales. Es eso lo que explica su enorme aceptación entre un público que siempre está dispuesto a rendirse, extasiado, ante unos seres extraordinarios que no se cansan de luchar contra un enemigo cada vez más sofisticado y creativo.

Personalmente creo que la verdadera renovación de nuestros queridos super héroes no está en la cantidad de rayos letales que se disparen en batallas cuasi cósmicas ni, tampoco, en la banalización, tiznada de humor, de sus misiones. Creo que su nueva versión debe apuntar hacia enemigos más discretos y anónimos pero no por eso menos agresivos y contundentes como pueden serlo, sin duda, aquellos que llevamos dentro. Mi muy querido Batman es un perfecto ejemplo.
ANDRES QUINTERO
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9
19 de febrero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con todo y su buena actuación, The Descendants no es George Glooney, su protagonista; The Descendants es, en toda la extensión de la afirmación, Alexander Payne, su director.

En The descendants Payne logra, como pocas veces se ve, el acierto alquímico de una muy buena dirección cinematográfica.

Lo que hace con maestría Payne es volver imágenes una buena historia y hacerlo con un tono que se desplaza sin tropiezos entre la comedia absurda y el drama estremecedor. The Descendants nos hace reír y a la vez meditar. Lo primero sin la estridencia barata de la comedia de pacotilla y lo segundo sin la insoportable pesadez del drama fingido. Lo que nos demostró Payne en A propósito de Schmidt (2002) y especialmente en Entre copas (2004), nos lo confirma ahora en The Descendants : una dirección con sello muy personal que se detiene más en las intimidades de los procesos decisorios del ser humano que en sus exteriorizaciones. La visión de Payne privilegia lo ordinario, lo común y corriente, del ser humano. Es de esta última nota que se desprende esa característica ya tan propia de su cine, un cine bien dibujado cuyas ligerezas en el trazo tienen la virtud de profundizar sin necesidad de lastimar, un cine en el que se demuestra que la mejor reflexión es aquella a la que se nos conduce con una buena entretención.
ANDRES QUINTERO
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6
30 de enero de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica no es a la película sino a la escala de calificación que usa FA. Cuando me dispuse a calificar Como Acabar con tu Jefe me pareció que, aunque entretenida, no merecía el 7 de una buena película. No quedaba otra opción que descender en la escala e ir al 6 pero a este le corresponde el calificativo de interesante, totalmente inapropiado para esta comedia negra. Como al 5 le corresponde lo pasable y Como acabar con tu Jefe es más que pasable pero menos que buena, yo creo que un "entretenida" vendría bien. En todo caso interesante siempre será lo bueno y lo que esté por encima de lo bueno. Y bueno, un par de cuñas sobre la película: 1. Yo creo que está mandada a recoger la vulgaridad sobrante como motor de la risa fácil. 2. Jennifer: no estás en mi lista de dilectas pero esta vez me sorprendiste. Fan no, pero sí un guiño de felicitación.
ANDRES QUINTERO
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7
8 de septiembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la coproducción de Steven Spielberg, J.J Abrams escribe y dirige Super 8 , una película que trajea de aventura adolescente todo un tributo a una manera de hacer cine e, incluso más allá, todo un homenaje al oficio mismo de hacer una película. Joe Lamb (Joel Courtney) es un muchacho que tiene un grupo de amigos con el que está haciendo una película de zombies. Del reparto sobresale la bella Alice Dainard (Elle Fanning), una niña que elude las obsesiones de un padre y de la que Joe, a tientas y sin saberlo bien, comienza a enamorarse. Será rodando su propia película como este grupo de amigos se ve envuelto en una aventura que involucra a las autoridades locales, a seres inesperados, a los padres de los protagonistas y, por supuesto, a los dos chicos que desde sus roles y funciones en la película, ella actriz principal él maquillador y técnico de sonido, comienzan a bordar su propia historia.

En Super 8 el tiempo juega de una manera especial. No se trata de sentarnos hoy a ver una película de los setentas; se trata de sentarnos hoy a ver una película de hoy pero hecha como si se estuviera en los setentas. No estamos entonces ante esa película cuyo encanto - o buena parte de él al menos - está dado por su tono un tanto demodé. No, en este caso estamos ante un ejercicio retro que mediante el rescate del viejo formato que utilizaba la película de 8 milímetros, nos devuelve a un resultado cinematográfico que teníamos olvidado. No se trata de una mera nostalgia tecnológica. A lo que el espectador se expone en Super 8 es a todo un conjunto de elementos que en su momento sirvieron para armar una buena entretención.

Rendido a través del proyecto de unos chicos de hacer su propia película, Super 8 es también y sobre todo un homenaje al oficio mismo de hacer cine. Joe, Alice y sus amigos están haciendo una película de zombies. En la película de Abrams este elemento no es tan sólo un juego infantil o adolescente del cual se hace desprender toda la trama de la narración. Ni lo uno, ni lo otro; ni es un juego de chicos, ni es tampoco un pretexto argumental para adentrar al espectador en la historia de fondo. Joe y sus amigos no están jugando a hacer cine; lo están de veras haciendo y Abrams se sirve de esto para mostrarnos, desde su estructura más elemental, como nacen todas las películas.

Es lamentable que una película de esta estatura haya pasado entre nosotros apenas como una entretención del montón, siendo como es una muy bien lograda evocación de todo un concepto de entretención.
ANDRES QUINTERO
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5
3 de julio de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con los años las películas de Allen han ido adquiriendo un tono cómodo; un tono discretamente aburguesado. Conocerás al hombre de tus sueños es una más de esas comedias un tanto dispersas en las que se dan cita algunas luminarias para pasarla bien sin mayor entrega, sin derramar una sola gota de pasión. Por la forma como está construida la historia sus actores están juntos pero no se encuentran; hacen lo suyo pero dejando esa incómoda impresión de haber actuado bajo la condición de evitar cualquier colisión, cualquier comparación. .

La idea de la que la película toma su nombre es atractiva. Que tan disparatado, ignorante o respetable pueda ser el confiar en aquellos que pronostican el futuro es el sugerente planteamiento con el que arranca Conocerás al hombre de tus sueños. Sin embargo y pese a habérsela usado como punto desencadenante de toda la historia, esta idea de la propensión humana a refugiarnos en promesas redentoras, se queda a mitad de camino reducida a una simple caricatura. Este Allen ya no se arriesga, se conforma con unas finas pinceladas con las cuales, en conjunto, no se pinta mayor cosa.

El genio de Annie Hall y Zelig vuelve otra vez, pero ahora sin el brillo de entonces, a la obsesión en torno a la imposibilidad de una relación de pareja estable. Lo de Allen se ha vuelto una divagación repetitiva y libre sobre una búsqueda sin hallazgos: nunca nos encontramos de una manera definitiva con el otro, nos le acercamos con danzas rituales que siempre terminan en infidelidades, en rupturas y en atracciones ilusas que llevan siempre la impronta de un fracaso asegurado.

Encontrarás al hombre de tus sueños confirma lo que se sabe hace ya mucho tiempo: que Allen sabe contar bien sus historias pero también confirma lo que viene sabiéndose hace menos tiempo y es que Allen se siente a gusto - y que poco o nada le interesa que tantos compartan ese gusto – haciendo estos divertimentos cultos a los que siempre se prestan sus actores preferidos - o los de moda - con el solo guiño del clarinetista de Manhattan.

Divertimentos que nunca serán banales o superficiales. En Allen siempre habrá - y la hay en Encontrarás al hombre de tus sueños - una crítica desalmada de las modas, los afanes, las petulancias y los dogmas con los que los hombres intentan huir de sus inseguridades y de sus penurias. Lo valioso de esta y de todas y cada una de sus películas es que nunca se deja llevar por juicios moralistas o por desenlaces justicieros. Cada personaje termina encarando el destino que el azar le depara sin que en ello intervengan merecimientos, premios o castigos. A aquel a quien la suerte le sonría bien puede ser que la desdicha lo espere a la vuelta de la esquina. Y viceversa. De esa incertidumbre están tejidas nuestras vidas y ese ha sido, desde siempre, el tema recurrente de las películas de Allen.
ANDRES QUINTERO
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