Parece que Rogue One se está consolidando como una película superior al séptimo episodio de la saga. Estoy totalmente en desacuerdo. Rogue One carece en mi opinión de lo que poseía la película de Abrams, y eso es espíritu. El despertar de la fuerza puede ser tachada de una película tramposa, simple y repetitiva con respecto a los primeros episodios de la saga, pero no se puede discutir que tenía potente atractivo que Rogue One sin duda no lo tiene. No hay ni una sola escena mítica en esta película que se grabe en la retina. Ninguno de los personajes tiene carisma, a cada cual más aburrido e insustancial. La historia a pesar de ser algo nuevo, no es nada del otro mundo, para los que dicen que esta película es innovadora y aporta una gran conexión entre las antiguas y los nuevos episodios de Lucas, creo que están exagerando un poco. Al final es más de lo mismo, vemos las mismas naves, la misma estrella de la muerte, y el mismo rollo jedi, pero en este caso esto último está representado en un monje budista que tiene poca, por no decir ninguna gracia. El despertar de la fuerza tenía un encanto y un magnetismo, (puedes decir que el argumento es lo peor, pero te quedas embobado viéndola), que emocionaban, en Rogue One hay pocas cosas que emocionen. Debajo de una película aparentemente sofisticada, con grandes escenas de acción, con una estética bastante conseguida creo que en el fondo existe un vacío muy considerable. Los fans estarán contentos, porque se ha conseguido crear una historia diferente, con personajes algo distintos a los ya acostumbrados, con mucha acción y naves espaciales, con una estética algo más oscura y seria, parece que lo tiene todo, pero en mi opinión le falta lo más importante, chiiispa!!! Una chispa que en ningún momento se llega a encender y que me hizo bostezar unas cuantas veces mientras miraba el reloj. La película de Abrams estaba llena de detalles formales, matices que tienen que ver con el modo en que se relata la historia, la aventura, que encendían y estimulaban la atención del espectador, Rogue One posee pocos de estos detalles. Lo que si posee es un aura de artificio y falsedad en la que no se consigue dotar a de alma a la historia. Una película adormecida, forzada como si hubiera estado construida descaradamente para los fans, pero con cierta desgana, con una aparente solidez que en el fondo resulta más endeble de lo que parece. Una película que el fan al verla se dirá satisfecho, por fin una película decente a la altura de la saga, ya era hora...Cuando se despierte al día siguiente la habrá olvidado.

A mi me cautivó en los 5 minutos iniciales, que frescura en el montaje, que música, que ímpetu. Luego le siguen 2 horas de intenso drama romántico, que aunque en momentos la narración llegue a resultar algo plana, consigue consolidarse bien con un final que cierra la película a la altura de su comienzo. Falta algo de dulzura y magia en su parte intermedia, pero en conjunto es una película muy aceptable, bien trabajada, y con grandes interpretaciones.

La leyenda regresa con esta nueva entrega de una saga que se encontraba en un inmenso letargo. J.J Abrams consigue devolver el encanto y la grandeza a una saga que estaba en un claro estado de hibernación. La última trilogía de George Lucas era cuanto menos artificial, sosa, y desangelada, en esta nueva maravilla encontramos completamente lo opuesto, la magia, el encanto, y la gracia que claramente las anteriores habían perdido descaradamente. Abrams demuestra que incluso con más artillería pesada digital que las precedentes del señor Lucas, se puede construir una película viva y con personalidad. Star Wars el despertar de la Fuerza tiene alma, respira autenticidad, logra tansmitir la épica y la leyenda que parecía haber desaparecido entre las toneladas de ordenador que construyeron las últimas entregas de la saga. Hay que reconocer que Abrams no inventa mucho ni crea nada genuino, pero consigue mejorar , engrandecer, y reavivar un mundo que parecía perdido.

Bueno que queréis que os diga, a mi encanta que una serie como esta se centre en uno de los temas más universales de la vida, el deseo y la pérdida, el amor y el sufrimiento. Y además lo narre en el contexto pasional y entusiasta de la juventud. Y además lo cuente con esa frescura, con esa claridad, con esta naturalidad. Y como no, con esa búsqueda del significado y sentido de la vida, con esa áurea filosófica, mística y religiosa de fondo. Nos topamos con unos personajes vivos, con su máscara y con su alma. Pero lo que más me atrapa es esa clásica imagen del ideal platónico del amor que tan bien resuelve la serie, conteniendo su faceta más cursi y dando autenticidad a la historia, sin huir de la tragedia. La serie consigue transmitir, con gran elegancia en el montaje de sus secuencias, esos momentos etéreos, intangibles, mágicos que siempre recordaremos, que se nos graban a fuego en la retina y que nunca olvidaremos. Esos momentos tan emocionantes e intensos de nuestra juventud.

Obra portentosa, un verdadero espectáculo visual. Dune no son los personajes (que también), no es una obra narrativa compleja (que podría serlo), no es una dura crítica social del mundo en que vivimos, Dune es ante todo una sinfonía visual, y además de las que gustan a todos, con cierta vocación de blockbuster.
Como transmitir la fuerza de una obra con el recurso de la imagen como bandera, eso es DUNE.

Aquí hay un gusto refinado por lo que se muestra en pantalla (a pesar de la vocación comercial que tiene el film),
lo que me lleva a la siguiente reflexión. Se pueden hacer películas comerciales, atractivas, entretenidas, que enganchen de verdad al espectador, y al mismo tiempo que demuestren cierta madurez, que aporten trascendencia a la historia?
El amigo Villeneuve demuestra que si. Demuestra que se pueden hacer escenas de acción preciosas, demuestra que lo importante no es la cantidad (véase vengadores, ese torrente machacón de disparos, piruetas, y explosiones) si no la calidad de lo que se muestra en pantalla. DUNE es elegante, toda la recreación que se hace de naves, personajes, razas, es soberbia. Ni que decir del escenario.

Villeneuve y su gran equipo nos regala este reencuentro con la ciencia ficción más excelsa y atractiva de los últimos años. Una película visualmente brillante, con poso narrativo, y con aires de Blockbuster palomitero, pero con la madurez y solidez de una obra de culto.