Actor protagonista: Ethan Hawke; Actriz protagonista (aunque menos de lo deseable): Kristin Scott-Thomas. Localización: París. Con estos mimbres y el argumento aportado cabría pensar que se está a punto de presenciar una película estimulante y placentera. Te sientas y observas que la fotografía tiene buenos matices y te empiezas a frotar las manos.

Al cabo de un rato, tras un comienzo prometedor, quieres convencerte de que eres tú el que estás despistado,que la película es buena y que esa falta de interés que te empieza a sobrevenir es culpa tuya. Desgraciadamente, la sucesión de escenas y elementos carentes de sustancia van quitando empaque a la película. El director no sabe muy bien cómo afrontarla; si como una intriga, como una búsqueda de identidad o como una mera recreación visual. El resultado es que se busca la complicidad del espectador para ir atando cabos pero éste ya sólo está esperando que acabe la película a la espera de un final esclarecedor que tampoco encuentra.

Tiene una factura elegante y unos actores muy solventes que permiten que le de un aprobado raspado pero, por ello mismo, te quedas con la sensación de mal sabor de boca por lo que pudo ser y no fue.

Vi la semana pasada en el cine en Madrid, en su último dia de exhibición esta película, y he de decir que me gustó, como digo en el título, pasé un rato agradable. No creo que el director tenga pretensiones de crear una gran obra, sólo de contar varias historias y que puedas salir del cine con una sonrisa en la boca. En mi caso lo consiguió, y soy de los que opinan que sólo se puede exigir a algo o alguién en función de sus limitaciones. Se nota que está hecha con poco presupuesto pero mucha ilusión, y eso es de premiar.

Otra cosa que me gustó mucho es la actriz rubia que trabajaba en la biblioteca. Creo que da una luminosidad impresionante en la pantalla y que tiene buenas dotes de actriz. No me extrañaría que llegara lejos.