Con el controvertido tema de Elephant, pero llevándolo más allá: más detallado, y más complejo. El bullying es un tema poco tratado en el cine, quizás por lo violento que pueda resultar el ver a jóvenes matando a sus compañeros de clase (en casos extremos), o simplemente vejándolos.
El ritmo, sin sorpresas, a decir verdad: lento de principio a fin. No obstante, es el único fallo (o casi) en una película que roza la perfección (y lo digo sin pelos en la lengua)
Los personajes pasan de ser el típico bruto que se mete con el inteligente a incluir como abusón a "el mejor de la clase". Y la víctima ya no es exclusivamente el niño listo al que todos le tienen "envidia", no. Es un muchacho igual que todos los demás que, por una o por mil razones, está donde está.
En cuanto a los actores (a los cuales no conozco de nada en absoluto... pobrecillos), lo hacen estupendamente. La mirada tímida de Joseph, la lucha interna de Kaspar, la aparente alegría del cabecilla de la banda, o incluso un secundario como el padre de Joseph, que exhala tensión por todos los poros cuando se da cuenta de que él también trata mal a su hijo.
También me gusta cómo relata la inutilidad de los poderes del instituto, por lo real que es. Nunca (y digo nunca, porque yo he sufrido, aunque a menor intensidad, todo eso), salvará a una víctima de bullying el chivar a los profesores. Jamás. Y eso se refleja perfectamente en los comentarios que hacen los compañeros de clase tras las charlas de los profesores.
Simplemente, genial.

Y no le pongo un diez porque no me convence la interpretación del osezno (o algo así). Y es que en realidad es una película complicada de ver, para qué nos vamos a engañar. Su fusión entre documental sobre la naturaleza y película es algo que resulta casi imposible de hacer (más hace veinte años, que ahora pues la haces en animación y tan feliz: tienes un oso la mar de creíble). ¿Por qué? por los animales. Hacer que un osezno simule comer setas psicotrópicas y simule sumergirse en una tómbola, tom tom tómbola de luz y de color debe ser bastante difícil, así como simular todas las escenas en las que la naturaleza, tan grande y esplendorosa como es, lo deslumbre todo sin dañar la vista. Impresionante.
Y los hombres... creo que lo mejor que se hizo con ellos fue el decirles que aparecieran tan poco. Una película en la que los que llevan los diálogos no son más que meros extras es algo arriesgado. Pero en éste caso funcionó muy bien y dio lugar a un film precioso y perfecto para toda la familia, en cualquier ocasión (sí sí, igual da verla por la mañana, que por la tarde, que por la noche, que en Navidad, que dos veces seguidas: te emociona)
Por supuesto, todo ésto con la inocencia que destilan los osos... ehm... Yogi y Bubu, por llamarlos de alguna manera. Parece como si realmente quisieran que les grabaran contando su historia.
Realmente, es la única vez que he visto una película en la que los animales eran verdaderos actores, en lugar de perros amaestrados a los que les mueven la boca por ordenador o les dan personalidad con vocecillas chillonas. Magistral.

Un ritmo extraño, un argumento difícil de seguir y un presupuesto, digamos, inexistente quizás sean sus principales puntos flacos.
A cambio nos ofrece una estética de lo más cuidada (si se oyen las declaraciones que hizo M. dot Strange en una entrevista tras hacer la película, se sabrá de sobra el por qué y gracias a qué tiene el aspecto que tiene), con varias escenas que pueden cautivar si se saben mirar. Quizás, en cuanto a escenografía, lo peor sean las partes de acción (que por la pobre manera de animar, acaban siendo poco más que diálogos sobre colores en movimiento)
Los diálogos son, quizás, lo que más destaca en la película, estando muy bien introducidos en el mundo en el que se desarrolla la trama, aunque quizá con un doblaje demasiado "poco profesional".
En definitiva, es una buena película, pero para muy poco público. Sobretodo el público que adore los viejos arcades, los videojuegos de los ochenta y la animación "friki".

No tiene efectos especiales y es un tópico. ¡Pues claro que sí! Es serie B, gore porque sí y malos efectos especiales para que te rías de ello.
A ver cómo lo explico, para gente que quería ver un guión a la altura de Mark Twain o cosas así (que hay gente por ahí que habla de "critica social magistral" en "Un Yanki en la Corte del Rey Arturo", tócate un pie, oyes):
1- Es serie B, así que cualquier crítica a los efectos especiales debería ser obviada. ¡Claro que son malos, cojona!¡Ríete de eso!
2- Es serie B, así que cualquier crítica al guión es absurda: ¡Mira Pitch Black o Machete, por Dios, se trata de reírse de los tópicos del cine poniendo más tópicos y mostrando lo estúpidos que son!
3- Es serie B, así que... por Dios, no esperéis intelectualidad cinematográfica: es una película para reírse de ella, no para reírse y pensar, ni para pensar, ni para reírse por la ocurrencia del guionista de turno. Es para reírse DE ella (de la película)

En definitiva, que no tiene desperdicio, si no le buscas trasfondo (y mi seis se queda corto)

PD: Si alguien la rehace con efectos especiales superchachis, veréis como sale un truño más inmasticable.

Como el vino añejo. El tiempo que ésta película tiene no hace más que acrecentar su mérito (y es algo innegable. También sorprende el hecho de que se realizara una película espacial antes de la llegada del hombre a la Luna, y más si se trata de algo tan sumamente bien ambientado.
Las escenas, medidas al milímetro, ocultan, además de la trama principal, un elemento misterioso: el Monolito. Lo mejor de ésto es que es un elemento libre, y al final de la película nadie sabe qué demonios representa (o al menos la primera vez)
Los efectos espaciales... qué decir: al nivel de Star Wars, pero una década antes. Prodigioso, además de un pequeño misterio, cómo hacía Kubrik para que sus personajes se pasearan felices por las paredes, o por la misma Luna.
La escenografía... no sé qué decir. A ratos realista, a ratos alegórica, a ratos... totalmente inexistente. Ésto es lo que más desconcierta y lo que más me fascina de la película, a decir verdad. Unos escenarios inconexos y abstractos a los que tú tienes que dar forma, en pleno espacio. Magistral.
Y, por último, la banda sonora. La tensión que causa la misma cuando aparece el Monolito; cómo hace que el espacio parezca un lugar realmente frío y sin vida, en lugar de un set cubierto de negro...
En fin, todo genial. Me es imposible comentar mejor ésta película: he quemado todas las neuronas viéndola una y otra vez.