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Críticas de Alberto Fijo
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
Ponyo en el acantilado
Japón2008
7,4
23.299
Animación
8
14 de abril de 2009
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con esta deslumbrante aventura animada sobre la amistad entre un pez rojo y un niño japonés de 5 años, el director de La princesa Mononoke nos entrega una obra maestra de una extremada originalidad, aunque tenga muchos elementos en común con otras de sus películas anteriores. Ponyo del acantilado recuerda especialmente la maravillosa Mi vecino Totoro, que inexplicablemente sigue sin editarse en DVD en el mercado español.

Contar algo más del argumento sería imperdonable, porque privaría a los lectores de unas sorpresas sabiamente dosificadas que van impulsando la cinta, que no anda sino nada con una elegancia y una gracia arrebatadoras. Los primeros 45 minutos son sencillamente la perfección, en un tono además deliciosamente infantil, porque esta es una película en la que Miyazaki (68 años) es, más que padre, un abuelo que fascina a sus espectadores más menudos, mientras embelesa a sus seguidores de toda la vida y a los adultos que se acerquen por vez primera a su obra. La relación madre-hijo descrita es muy sugerente en su modernidad. Como es habitual, el uso del color, el diseño de personajes, los fondos, la música son a cada cual más exquisito. Mención aparte merece la fotografía de Atsushi Okui, que viene a demostrar que no hay nada como limitar la animación digital para llenar de vida una película de dibujos.

Joe Hisaishi (colaborador habitual de Takeshi Kitano y músico de cabecera de Miyazaki) compone una partitura encantadora, muy apropiada para interpretar el latido acelerado de la niñez que se entusiasma ante la aventura, con una lógica que Miyazaki retrata a la perfección. Los espectadores a los que costaba entrar y no perderse en el exuberante mundo mitológico de Miyazaki encontrarán una de sus películas más accesibles. El conocedor de la obra del cineasta reconocerá fácilmente la presencia de todas las constantes temáticas y estilísticas de su narrativa, caracterizada por una sabia mezcla de épica, lírica, héroes, infancia, sueños, pesadillas, ingenuidad y amor por la naturaleza. John Lasseter y su gente de Pixar-Disney, entusiastas de Miyazaki, deben de estar encantados con esta obra de arte, que se encargarán de distribuir en Estados Unidos.
Alberto Fijo
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6
13 de abril de 2009
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un agente de la Interpol (Clive Owen, consolidado como uno de los actores más importantes) y una fiscal de Manhattan (la siempre eficaz Naomi Watts) buscan poner en claro los turbios manejos financieros de poderosas multinacionales. Una compleja trama de corrupción se irá desmadejando, pero sus autores no están dispuestos a perder sus negocios y no dudarán en recurrir a la violencia y el asesinato.

El alemán Tykwer obtuvo mucho crédito con Corre, Lola, corre, un original y vigoroso thriller protagonizado por Franka Potente. Esta vez, ha elegido un relato tradicional desde el punto de vista narrativo, rodado con esmero en lugares muy conocidos de cuatro ciudades: Nueva York, Berlín, Milán y Estambul.

La película se sigue con interés y el guión de Eric Singer tiene muchos aspectos interesantes, aunque en ciertos momentos se nota que su autor es novato en estas lides: hay un dibujo demasiado apresurado de los dos protagonistas, por otro lado cercanos y atractivos en su normalidad; está muy bien que se evite la tópica relación sentimental pero habría que haber rellenado ese hueco... Se agradece el empeño por abordar asuntos ya muy tratados en el cine desde una perspectiva que intenta ser novedosa, aunque las maneras sean muy clásicas. Con todo, un thriller solvente con un estupendo reparto.
Alberto Fijo
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4
15 de abril de 2009
12 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
El matrimonio Sehr-Noëlle está al mando de esta producción internacional. Rodada en España, Francia y Alemania, la cinta cuenta con un guión original escrito por Marie Noëlle, con las aportaciones en diálogos de Ray Loriga.

Noëlle dice inspirarse en la vida de sus abuelos para hacer lo que ella llama "un homenaje a la utopía del amor", la improbable historia de un matrimonio madrileño durante la Guerra Civil española y los años posteriores. El es un abogado anarquista, ella una mujer de clase alta, viven de manera muy acomodada con su hija Paloma. Cuando estalla la guerra, Justo hace de locutor de radio en un Madrid asediado.

La guionista tiene tan claro su discurso utópico ("es la pura verdad sobre mi familia y al mismo tiempo me lo he inventado todo") y pone tanto empeño en que suene alto y claro que toda su película es utópica (irrealizable en el momento de su formulación): utópico es un abogado (ejem, ejem) anarquista con casa-despacho de alto standing; utópica es la relación del matrimonio, a fin de cuentas un par de chicos del barrio de Salamanca; utópicos son unos diálogos que suenan como leídos de un libro de texto para lactantes.

Aunque hay que agradecer ciertos esfuerzos del guión, resulta forzado ese retrato en el que parece que media España estaba integrada por bárbaros empeñados en destrozar sin motivo un país de vino y rosas. Una muy activa minoría de bárbaros hubo en los dos lados; injusticias, desatinos y salvajadas hubo en los dos lados; golpes de estado -con o sin uniforme- hubo en los dos lados. La inmensa mayoría de los españoles -sean españoles y víctimas unos como los otros- fueron gente que se vio envuelta en una guerra generada por los errores, corruptelas, ambiciones y fragilidades de la clase política.

El reparto de la película, salvo en contadas ocasiones, no logra dar vida y emoción auténtica a unos diálogos librescos enmarcados en situaciones con frecuencia irreales. La misma y valiosa historia se podría haber contado de una forma más realista, porque tal y como está queda muy próxima a la fábula catequética. Los actores (especialmente una envarada María Valverde, que tiene que evolucionar para resultar creíble en papeles de mujeres de más de 20 años) lo hubieran agradecido.
Alberto Fijo
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6
16 de abril de 2009
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producción hispano-argentina sobre una chica judía argentina, que está embarazada, y decide ir a Jerusalén en busca de respuestas para afrontar una situación ante la que no sabe qué hacer. En su viaje, le ayudan las cuatro cartas que su madre le dejó antes de morir.

El interesante guión muestra con naturalidad la dimensión religiosa de algunos personajes y de los problemas de la vida, con enfoques valiosos de asuntos como el aborto, el suicidio, la paternidad, la maternidad, el noviazgo, el matrimonio.

Es una cinta apreciable, aunque lo de las cartas de la madre no está bien resuelto y propicia un evidente exceso lacrimógeno. Esa deriva sensiblera perjudica a una película valiente que se sale del frívolo discurso parlanchín de otras películas argentinas sobre temas similares. Bien rodada e interpretada, destaca el trabajo de la protagonista Gimena Accardi.
Alberto Fijo
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4
16 de abril de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida por la división musical del estudio Sony, esta película nos cuenta el nacimiento de un célebre sello discográfico, Chess Records, que produjo excelentes discos. Leonard Chess (un entonado Adrien Brody que da vida a un avispado judío polaco) lanzó a figuras del rythm & blues como Muddy Waters, Little Walter, Howlin’ Wolf, Etta James y Chuck Berry. La cinta sigue las evoluciones, disputas, reconciliaciones, problemas personales y familiares de este grupo de músicos.

La música es excelente y las interpretaciones muy meritorias, pero al guión le falta entidad, hondura y desarrollo. La realizadora ha hecho poco cine y se le notan los esquemas televisivos en una cinta que se acerca a demasiadas historias y no sabe ni desarrollarlas ni relacionarlas adecuadamente. Se opta por un acercamiento muy ligero a las vidas tormentosas (alcohol, promiscuidad sexual) de unos artistas negros que triunfan en una sociedad marcada por la discriminación racial. Beyoncé Knowles, un tanto empalagosa, es productora ejecutiva de la cinta, no cabe la menor duda. Cadillac Records, dentro del género del biopic musical, tiene mucho menos vuelo que recientes películas de temática similar como En la cuerda floja y Ray; está más cerca de Dreamgirls.
Alberto Fijo
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