Soy fan incondicional del género distopía postapocaliptica pero esto es 5% pandemia, 5% postapocaliptica y 90% shakespeare distópico, aburrido, con elipsis constantes y mareantes, tonta, absurda, pedante, pufff. No sigo.

No tendrás nada y serás feliz.

Agenda 2030.


Pd: olvídate de The Walking dead, de The Last Of Us, etc. Olvídate de disparos, persecuciones, lucha, superviviencia, horror, terror, aquí solo hay ELIPSIS Y shakespeare.

Lo primero y más importante...
Esta peli habría volado de la estantería de cualquier videoclub de barrio, hace unas décadas.

Ambienta en el año 1997, Turbo Kid nos cuenta la historia de un futuro post-apocalíptico en el que la Tierra ha sido devastada por la lluvia de ácido y la contaminación, el agua y la comida son un bien escaso y la sociedad se rige por la ley del más fuerte.

El prota es un rubiales que se ha criado sólo (sus padres fueron asesinados cuando era un niño). Él vive entre viejos cómics de superhéroes y objetos de un mundo que ya no existe, sobreviviendo como chatarrero, recolectando las reliquias que se encuentra para cambiarlas por agua en el mercado local. Con su BMX va pedaleando entre chatarra, polvo y muerte, evitando las zonas radiactivas y los maleantes de turno.

Y en este mundo casi despoblado un día de repente se cruza con una misteriosa chica que parece estar completamente perdida. Pronto vivirán una gran aventura y se enfrentarán al villano más peligroso de la región, interpretado por el gran Michael Ironside.

La fotografía y el vestuario recuerda en gran medida a obras como “Mad Max” o “El puño de la Estrella del Norte”, paisajes áridos y asfixiantes, donde todo el mundo tiene pinta de malo de comic.

El argumento, las subtramas y el desenlace de la película son bastante cliché. No es una película que pretenda otra cosa que divertir. Las actuaciones no son de Óscar, pero convencen lo suficiente como para sumergirte en la historia, de forma adecuada (que es lo que puedes pedir de este tipo de propuestas de ínfimo presupuesto).

Creo que existen otras producciones con presupuestos infinitamente superiores a esta y que sin embargo son aburridas y, lo que es peor, pedantes, con reflexiones estúpidas y muy trilladas. Turbo Kid no es nada de eso. Repito, es una película, que de haberse estrenado en los 80/90” habría volado de los videoclubs, y verdaderamente tiene una factura muy por encima de su bajo presupuesto.

Cada vez que me cruzo con una película donde se mezclan el gore, mundos distópicos y Michael Ironside me froto las manos, pues se que de ahí solo puede salir algo bueno. Recomendada para fanáticos de lo retro y de los 80”, para apasionados del gore y para los que sepan apreciar la EXCELENTE banda sonora.

No, no os equivoquéis. La película tiene todo lo necesario para pasar una gran velada familiar. Ya sea con pizza o con palomitas, se digiere muy bien.

El protagonista es Joe Gardner, un profesor de música de instituto que recibe la oportunidad de su vida: tocar en la mejor banda de jazz de la ciudad, justo el mismo día que le ofrecen la plaza fija de profesor en el colegio donde hasta ese momento trabaja como interino.

Joe se encuentra de repente ante una balanza donde por un lado está el sueño de su vida (tocar en un grupo de Jazz) y por otro lado la seguridad de tener un trabajo estable para el resto de su vida.

Y a partir de aquí la cosa… da un giro totalmente imprevisto. Si no sabes nada de la película hasta ese punto piensas que la historia trata sobre las elecciones que tomamos en nuestra vida. Elegir seguir nuestros sueños a riesgo de perdernos en esa búsqueda y desperdiciar nuestra vida o, por el contrario, no perseguir nuestros sueños es el auténtico desperdicio.

No obstante, al final irá un poco de eso.

Y ese es el problemilla de esta agradable película. Trata de ser adulta, trata de mostrarnos una lección de vida sobre perseguir sueños o simplemente vivir. Al final parece que la moraleja está en vivir, simplemente vivir. Vivir es lo mejor de estar vivo. Comer, dormir, jugar, enamorarse, trabajar, asustarse, sufrir, etc. Todo lo que nos rodea nos hace estar vivos y los sueños solo son una parte más.

Si el cine de hace unas décadas nos invitaba a ponernos el sombrero, coger el látigo y salir a buscar el arca de la alianza, el cine actual trata de convencer a las nuevas generaciones que hagas lo que hagas todo estará bien. No pasa nada si tu vida consiste en pasarte el día jugando al Fornite o si tu mayor placer es la pizza de pepperoni. Porque estás vivo y eso ya es un éxito.

Al final la moraleja es un poco “conformista”. No, no hay más allá en esta cinta. Quien diga que es una obra adulta, con mensajes metafóricos y metafísicos profundos creo que sobreestima el producto final.

No, a mi no me ha emocionado, ni un poquititititito. A diferencia de otras películas como “Coco” (donde me hinché a llorar al final) o antiguos éxitos de Pixar o incluso de Disney como “El rey León” o “Toy Story”, donde las moralejas son claras y contundentes: La familia, la amistad, la culpa, el perdón, afrontar nuestro destino o incluso ser conscientes de nuestras limitaciones pero no desanimarnos; en “Soul” el alma de la película no brilla con fuerza.

Ni si quiera siendo una película sobre un músico tiene una fuerte e inolvidable banda sonora. Lo siento, es una película agradable de ver, pero no es un 8 de Filmaffinity, ni si quiera un 7.

Aunque bueno, en estos días de la generación de lo inmediato, donde los youtubers y los tiktokers son la nueva inspiración de la mediocridad hecha éxito, seguro que “Soul” y su mensaje de “da igual intentarlo o no, porque lo importante de estar vivo es seguir respirando” calará fuerte.

Recuerda la vida no se mide por las veces que respiras, sino por los momentos que te dejan sin aliento.

Apropiándome del título de la genuina película de culto de ciencia ficción “Las vidas posibles de Mr. Nobody”, lo primero que quiero remarcar de esta potente y desgarradora película es a su protagonista, el señor Vince.

Cuando pensamos en Vince Vaughn, siempre nos viene a la mente algunas de esas posibles vidas, pero todas son muy parecidas. “De boda en boda”, “Los becarios”, “Separados”, “Aquellas juergas universitarias”, “Cuestión de pelotas” etc…. En todas ellas siempre tenemos al prototipo de ciudadano americano sanote de clase media (o media alta), universitario, con un nivel cultural alto, una vida sencilla, donde durante hora y media le suceden deliciosos malentendidos románticos mezclados con una comedia sana y algo despendolada, pero para todos los públicos. El personaje detrás del actor siempre va tranquilo pasando por una vida que le va bien. Sus problemas son sencillos, como tener que empezar en un nuevo trabajo porque le han despedido o afrontar problemillas de pareja. Todo muy light, nada que no le pudiera pasar a cualquier hijo de vecino.

Pues todo eso aquí se acabo! Aquí la posible vida es otra muy distinta. Es la del mismo tipo sereno e inteligente, solamente que en el pasado, cuando era boxeador y estaba a punto de triunfar y tener otra de esas posibles grandes vidas, le empezó a dar a lo que no debía y se pasó tres pueblos.

La película arranca en el ahora, 20 años después, donde esas malas decisiones pasadas han brindado a Bradley (Vince) un presente desangelado. Un trabajo basura, una casa pequeña y muy vieja y una relación casi rota con su esposa, ese es el fruto de su vida. Cuando le despiden por la crisis y descubre que su mujer le es infiel (en el pasado intentaron tener un bebe pero la cosa no fue bien), Bradley decide arreglar su vida de un solo gancho ganador y empieza a trapichear para un amigo de la infancia que mueve cristal y otras drogas.

Aunque su situación economica y sentimental mejora rápidamente, si todo fuera perfecto no habría película. Cuando uno de esos trabajitos se complica y acaba en la carcel empezará el descenso a los infiernos brutal, imparable e implacable. Aquí es donde miramos a la dirección y reconocemos rápidamente a S. Craig Zahler. Quizás no por su nombre, aún desconocido entre el cine comercial y palomitero, pero inconfundible su seña de identidad ya vista en su anterior y primer filme “Bone Tomahawk”, y esa seña no puede ser otra que el gore. Si señores, cuando en el cine hay una pelea-accidente-combate-lesión, un director puede optar por insinuar, mostrar de forma sutil, mostrar de un modo más directo, o simplemente a lo S. Craig Zahler, cuyo modo consiste en algo tan sencillo como mostrar primeros planos de la herida, rotura, desmembramiento, decapitación, etc. lo que de toda la vida del señor se ha conocido como GORE. Lo que pasa es que el gore en el cine solía ser un género vinculado siempre a películas de serie B de miedo. Y la seña de identidad de S. Craig Zahler es mostrarlo en una película comercial de un género distinto (como el western de “Bone Tomahawk” o el Drama/Thriller que nos acompaña en este caso). En definitiva, una película altísimamente disfrutable sobre todo si no tienes problemas con las escenas gore.

Es esa dualidad entre los nobles ideales de Bradley y la masacre gore en la que se ve envuelto lo que hacen de este film una pieza que seguro acabará siendo un clásico. Como le dice un policía cuando le está interrogando: “Cada tanto veo un hombre en esa silla, que fácilmente podría estar en este otro lado de la mesa”. Y de eso va esto, de ver al bueno de Vince en el lado oscuro de la luna. De ver otra de las posibles y radicales vidas que cualquier hijo de vecino podría llegar a tener tomando las decisiones equivocadas… welcome to the other side

En la primera escena de la peli nos cuentan que Europa es una luna de Jupiter y que se espera encontrar vida en el futuro y tu piensas... peli de SCIFI!!!, pero en la siguiente escena vemos el dramón de refugiados que intentan cruzar a Europa

El prota que es un chavalin de 16 años es herido mientras cruza y de repente adquiere la capazidad de flotar en el aire y digamos que modificar la gravedad de su entorno cercano. Estos primeros minutos recuerdan un poco a la historia de magneto de los xmen. Es más, hasta ese momento, y aunque lenta, piensas que podría tratarse de una versión hungara de los xmen o algo así... jajajajaja

Y hasta aquí la ciencia ficción. Durante el resto del film habrá momentos (contados con los dedos de las manos) que el chaval flotará un rato para que no nos olvidemos que es una película tiene SCIFI. Todo lo demás gira en torno a unos personajes que se cruzan con el prota, sus dramas, y las ganas que tienen todos de sacar tajada del gran descubrimiento del "angel" (como lo llaman por poder volar como los ángeles).

En definitiva... pelicula LEEEEEENTA, ABURRRIIIIIDA, que vale más como crítica social sobre los campos de refugiados y todos los negocios sucios e ilegales que surgen alrededor de este drama social.

Por ultimo no quiero despedirme sin recordaros una vez más que la película es LEEEEEEENTA.