Los Coen no necesitan demostrar nada a estas alturas, conclusión, hacen el cine que se les antoja cómo y porque les apetece sin un atisbo de efectismo ni elemento artificial que pretenda atar al espectador a su silla durante las cerca de dos horas que dure su film. Eso sucede con un tipo serio, no sólo no ata a la butaca si no que más bien te expulsa de ella, estás deseando que pase el tiempo porque sabes, desde el principio, que el ritmo de la película no va a variar hasta que aparezcan los títulos de crédito.
Una vez sales del cine con cara de gilipollas, por qué no decirlo, surgen los comentarios de lo buena de esta escena de allá, lo ingeniosa de esta frase de acá, este otro personaje.. y otro por qué, la sensación de exigir otro visionado para atar algunos de los numerosos cabos que quedan sueltos pero... verla otra vez.. uff.

Lo mejor, el siempre altísimo nivel marca de la casa del casting de actores (ejem: el director del colegio, el rabino joven..) , la interpretación de éstos y, en especial del protagonista. No desentona la excelente ambientación y la banda sonora.

Lo peor, lenta hasta desesperar más aun si la trama versa sobre una temática que no nos es muy familiar como es la idiosincrasia semita de los 70.


. Así es un tipo serio