Salgo del cine tiempo después de que hayan acabado los títulos de crédito. Han pasado un par de horas y aún no me puedo quitar la película de la cabeza. Del estómago.
Raúl Arévalo en su ópera prima ha jugado conmigo como espectador dándome un par de giros narrativos y muchas vueltas de cabeza siguiendo su cámara detrás de los personajes. Pero sobre todo me ha dado la vuelta a las entrañas. Todo en este thriller me cautiva y me interesa. Y me hace daño y me invita a cuestionar.
Creo que es el primer guión que escribe junto a su amigo y también debutante David Pulido. Dicen que tardaron ocho años en escribirlo. El mismo tiempo que los protagonistas pararon su reloj cuando un hecho trágico los detuvo en el tiempo. A los guionistas les ha cundido mucho ese tiempo en que saliera de la cárcel su trabajo. Se nota que está medido, pensado y no peca de académico porque explota en textos cómicos que parecen improvisados y destilados hasta quedarse en una mirada.
Su reparto está espléndido. Antonio de la Torre consigue que empaticemos con su personaje pero ese mérito es aún mayor en Luis Callejo y esa bestia parda que busca oxígeno. Ruth Diaz da verdad a una trama paralela que podía caer en el olvido si no fuera por su capacidad de transmitir. Raúl Jimenez debuta con un personaje maravilloso. Pilar Gómez consigue enamorar al espectador. Manolo Solo hace un trabajo digno de estudio, Font García es la dignidad de un derrotado y Alicia Rubio, en un pequeño papel, consigue dar luz y vida allí donde ya casi reina la muerte.
Necesito un segundo visionado para reposar mi nota y para dar sentido a partes que se explican al final del viaje. Pero de momento le pongo el 10 que me sale de dentro. De las entrañas.