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España España · Madrid
Críticas de maki
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Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
9
30 de junio de 2011
25 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Cirkus Columbia se analiza el papel del nacionalismo croata y de los croatas que emigraron o se exiliaron (como Divko) que ayudaron a la causa desde fuera, sobre todo desde Alemania, en el comienzo de la guerra en Bosnia y Hercegovina, en concreto en Hercegovina, la región de la república con más croatas. Todo lo que se cuenta tiene más valor y es más interesante si se tiene en cuenta que esta es una película basada en una novela escrita por un croata de Bosnia dirigida por Danis Tanović, un bosnio que luchó en la ARBiH (Ejército de la República de Bosnia y Hercegovina) durante la guerra, y que ahora ha formado un partido multiétnico en Bosnia, cansado de que años después del acuerdo de Dayton los temas étnicos sigan dominando la escena política de su país.


Esta película es más balcánica que "En tierra de nadie", del mismo director, y vuelve a criticar los nacionalismos intransigentes que llevaron a Yugoslavia a la guerra fratricida, así como el papel de los de fuera. Aquí "los de fuera" no son las organizaciones internacionales, sino los croatas en el exilio, aunque la elección de las letras EU en la matrícula del coche de Divko (después de la M de Múnich) puede que no sea casual y sea una pequeña crítica velada a estas. No creo que se presente a los serbios como los buenos, sino que la distinción es entre nacionalistas separatistas y pro-yugoslavos. De hecho, no conocemos la "etnia" de Lucija y Martin, solo que el padre de esta era partisano y que Martin es hincha del Velež, un equipo de Mostar cuyos seguidores procedían de las tres "etnias" (el otro equipo de esta ciudad, el Zrinjski fue prohibido durante la Yugoslavia de Tito por ser de carácter nacionalista croata). Sin embargo, el hijo del nuevo alcalde (nacionalista croata) y amigo de Martin lleva una camiseta del Dinamo de Zagreb. Savo, que ha ayudado mucho a Lucija y su hijo, es de "etnia" serbia, pero se declara yugoslavo y se muestra incapaz de luchar por la causa nacionalista serbia.

Durante el metraje se muestra el avance del proceso de tensiones entre "etnias", entre yugoslavos y nacionalistas, capaz de romper cualquier vínculo anterior. El proceso que acabaría llevando también a Bosnia a la guerra, ese lugar que, como dice Lucija, "nadie se atrevería a dividir, porque allí la gente siempre había vivido junta".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
maki
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5
18 de abril de 2021
18 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está bien, es original e introduce alguna reflexión necesaria aunque sin mucha profundidad.

Pero tiene un gran problema: casi nada de la trama es creíble. ¿De verdad hay gente que se cree que las incapacitaciones y la gestión de los bienes de las personas afectadas funcionan así? Lo cuento en el spoiler.

Supongo que la película quiere hablar de la ambición desmedida, de cómo mucha gente se ha hecho muy rica haciendo cosas inmorales... Pero para que ese mensaje sea creíble, la situación debe ser realista. Hay cosas muy chungas que pasan en el mundo de verdad que te permiten reflexionar sobre ello.

O quizás es solo una película de mafiosos donde todos son malos y una heroína muy mala lucha contra la gran organización establecida. Aun así, si lo quieres contar como una situación que se da en la realidad, creo que debería tener una cierta verosimilitud.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
maki
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8
22 de diciembre de 2008
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Habría sido mucho más sencillo presentarnos a Angie, la protagonista que dirige una empresa de trabajo temporal, como un personaje malvado y mostrarnos el sufrimiento de los inmigrantes en primera persona. Quizás también habría sido lo más esperado por el espectador, acostumbrado a las historias de buenos y malos. Sin embargo, Ken Loach nos da una visión mucho más realista de este problema, pues, como casi todo en la vida, es muy complejo, y la línea que separa el bien del mal es muy difusa, lo que conlleva que prácticamente todo puede ser comprensible a la vez que censurable. No me parece nada fácil construir la película desde el punto de vista de la explotadora, y menos aún mostrándola como una persona ambigua, real, y no como un antagonista típico. Es ahí donde residen el mérito, la originalidad y el interés de esta película.

Loach supera los conceptos decimonónicos de lucha de clases, de opresores y oprimidos, para mostrarnos un capitalismo que destruye a todos, que aboca a las personas al individualismo, a dejar todo de lado (incluso sus propios ideales) para lucrarse, como representa la evolución de Angie a lo largo de la película. Aquí todos somos culpables y víctimas, y lo peor de todo es que, aunque seamos conscientes de ello, no podemos hacer nada por escapar del sistema, somos esclavos de un mundo libre. Como decía anteriormente, el espectador es capaz de sentir empatía por todos los personajes de la película y de comprender las acciones de todos los personajes de la película, aunque las considere duramente criticables.

Con todo esto y con la ayuda de una buena interpretación de actores desconocidos, como es habitual es las películas del inglés para conferir más realismo a su cine, se consigue un retrato del capitalismo que invita a la reflexión. Personalmente, es la película que más me ha gustado de Ken Loach por su tratamiento realista (y, por tanto, complejo) del tema, no sólo a través de la interpretación y la puesta en escena (como en todas sus películas), sino también del guión.
maki
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9
30 de octubre de 2008
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace tiempo quería ver una película soviética sobre la II Guerra Mundial, para conocer su perspectiva. Me esperaba una americanada a la soviética: rusos matando alemanes y una entrada triunfal del Ejército Rojo en Berlín con el majestuoso himno soviético de fondo. La visión a la que estamos acostumbrados en este tipo de películas, y que es la que tiene Floryan antes de salir de su casa, cuando aún no ha vivido la guerra: contento, bien vestido, ilusionado. Pero cuando va allí y mira, cambia tanto y en tan poco tiempo que, al final de la película, la guerra le ha dejado huella incluso en forma de arrugas, y, sin embargo, no deja de ser un novato.

Lo que más me ha llamado la atención de esta película es el ruido que irrumpe en los silencios eternos o los planos interminables. El ruido de la muerte, de la penuria, del miedo, de la soledad. El ruido de la angustia, de la guerra. Una guerra con muchos villanos, pero sin héroes; con un ejército que oprime, y, sobre todo, un pueblo que padece (me parece importante destacar que la película se centra mucho en el sufrimiento de los campesinos). Una guerra absurda, que nunca debería haber tenido lugar. En este contexto, los diálogos pasan a un segundo plano. De hecho, creo que esta película en ruso (idioma que desconozco), me provocaría prácticamente la misma sensación de angustia.

Otra cosa que me sorprendió es que no hay una distinción tan clara entre el bien y el mal, como cabría esperar, o como sucede en las películas estadounidenses sobre el mismo tema. No sólo son los soldados soviéticos crueles al dejar a una madre sin su hijo y abandonarle en el campamento, sino que incluso el espectador puede llegar a sentir empatía por el enemigo al ver el destino que les espera: el viejo nazi que asegura no haber matado a nadie y, sobre todo, los campesinos bielorrusos que habían colaborado con ellos por obligación.

(Aquí iría el "spoiler")

Masacre: Ven y mira es, probablemente, la película más desagradable que haya visto. Nunca el cine me había hecho experimentar tanta angustia y soledad, tantas ganas de quitar el volumen, de escapar. He de reconocer que este no es el tipo de cine que más me gusta, ni mucho menos; pero debo decir también que esta película es muy buena. Al fin y al cabo, la guerra no es agradable. Es angustia, es algo de lo que cualquiera querría escapar.
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maki
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9
14 de octubre de 2008
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si en el cine de Kusturica vemos simplemente un humor disparatado como el de "El Milagro de P.Tinto" es normal que todas sus películas nos resulten iguales, y, por tanto, que nos aburra.

Pero si lo evaluamos como lo que es, es decir, una mirada crítica a la realidad (sobre todo a la de su país, en el presente y en el pasado) con un punto de vista muy particular. Si miramos más allá del disparate, si intentamos comprender las metáforas, no creo que pueda decirse tal cosa del cine de Kusturica, pues cada una de sus películas trata de un tema diferente, aun estando todas relacionadas con Serbia o la antigua Yugoslavia.

En “Prométeme” se nos presenta desde el principio una clara contraposición entre dos mundos. Por una parte, una Serbia rural, rusa, con unos valoras y unas preocupaciones más tradicionales que se resumen en las promesas de Tsane y su abuelo. Por otra parte, una Serbia urbana, europea (las matrículas de los coches de los mafiosos y la del coche del inspector del Ministerio comienzan por UE, y este último le promete a Bosa una luna de miel en Bruselas), y cuyos valores han sido engullidos por el capitalismo y el afán de poder. Piensan que pueden solucionar cualquier problema con dinero (incluso pueden comprar amor) o con armas, y han olvidado su pasado (quieren derrumbar las Pirámides porque son demasiado viejas). Estos personajes, en mi opinión, representan a la propia UE. Hay, sin embargo, varios personajes, que, por una y otra razón están entre ambos mundos: Jasna y su madre, y Tsane (en menor medida) y sus hermanos. Es decir, miran hacia delante, incorporan ciertos aspectos positivos del mundo moderno, pero respetando a las demás personas y las tradiciones y valores de sus antepasados (y conservando algunos de ellos). Podría decirse que es un progreso más humano, la Serbia que Kusturica quiere.

Esta Serbia moderna pero humana es maltratada, amenazada y explotada por la poderosa UE, que cree tener un control total sobre ella gracias a su dinero y sus armas. Esto es una crítica al trato que le da Europa a Serbia actualmente. Sin embargo, Kusturica se muestra optimista en esta película, pues el débil consigue doblegar al poderoso. Durante la película, hay numerosos tiroteos, pero en ninguno hay ni siquiera heridos, las armas de la UE son inútiles. Sin embargo, estos personajes poderosos y malvados caen continuamente en las trampas más rústicas del pueblo al que pretenden someter.

Es curioso que este movimiento de rebeldía contra el poderoso comience cuando Tsane llega a la ciudad. El pueblo serbio (Jasna y su madre), que quiere abrirse a Europa y al mundo, está sometido porque para ello tolera muchos abusos. Para no permitirlos, debería recordarse la lucha de otras épocas (representada por la aldea de Tsane). Así, el pueblo consigue finalmente vencer al opresor. Kusturica pretende convencernos de que no hay por qué amilanarse ante el poder cuando se cometen tantas injusticias, ya que es posible plantarle cara y vencerle.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
maki
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