Engendro parido en este país, que he tenido el mal gusto de poner una noche de sábado en la que trataba de huir de la fiebre. Ya me podía haber cogido el tifus si con ello hubiera evitado ver semejante engendro. Al final le pongo un 2, un punto por cada teta de Elia Galera, en honor a esa gran escena para la memoria del cine patrio en la que se quita el top. Sólo recomendable para sujetos trastornados que necesiten distracción a altas pajas de la noche.

Película que puede verse en cualquier momento de la vida, y en la que siempre encontraremos un reflejo de partes de nuestra existencia. Perfecto retrato del recorrido vital del ser humano; desde que emerge indefenso hasta se realiza, pasando por los miedos, los errores y la constante necesidad de superarse, tan indispensable para sobrevivir en el mundo hostil en el que vivimos.

Increíbles las lecciones de Mufasa y Rafiki, el despertar de Simba, el miedo a enfrentarse a las responsabilidades de la edad adulta, el dolor de la pérdida, la llama del amor, el valor de la amistad y el ensalzamiento de la necesidad de luchar por lo que uno quiere.
La película más humana de Disney (hasta Simba y Nala se acuestan mirándose a los ojos), con una banda sonora insuperable.

Película que debes ver de niño con tus padres, y película que tienes que ver de adulto con tus hijos. Un 10

Excelente película que narra dos tramas en paralelo, muy bien hiladas, sobre una pareja cualquiera de una ciudad cualquiera. El amor y el desamor se entremezclan en una película que retrata de una manera muy natural el ciclo por el que pasan el 90% de las parejas de hoy en día. Escenas tiernas, escenas tristes y unas cuantas reflexiones que se te quedan grabadas a fuego. Yo particularmente suscribo ésta, que además no desvela nada de la trama:

“I feel like men are more romantic than women. When we get married we marry, like, one girl, 'cause we're resistant the whole way until we meet one girl and we think I'd be an idiot if I didn't marry this girl she's so great. But it seems like girls get to a place where they just kinda pick the best option... 'Oh he's got a good job.' I mean they spend their whole life looking for Prince Charming and then they marry the guy who's got a good job and is gonna stick around.”

Recomendada.

De haber visto esta película en una época más inocente de mi vida, probablemente le hubiera dado una calificación más alta.

El film intenta mostrarnos que existen otras maneras de vivir, ajenas a ese invento llamado dinero. Amparándose en unos paisajes majestuosos y una banda sonora excelsa, Sean Penn nos cuenta la historia de McCandless, un joven rebelde e incorformista que busca sentirse vivo en una sociedad vacía que le hace sentir muerto.
Este es el punto de partida de una película que sólo conseguirá parecer real a aquellos que jamás han emprendido una aventura ni remotamente similar a la que inició el protagonista, pues es este tipo de público, por su propia inexperiencia, el que tendrá más dificultades para comprender que los días no suelen ser siempre azules, ni el viento te despeina haciéndote más bello; más bien al contrario, los pocos días sin nubes sólo sirven para deshidratarte mientras se te despelleja la nariz, entretanto que el resto de jornadas tus pies raramente consiguen estar secos más de 10 horas seguidas.
La película no retrata con veracidad las penurias del aventurero solitario, yo diría que es una composición sesgada de una opción de vida en la que sólo se nos muestra una cara de la moneda, una tragedia buenrollista.

Le pongo un 7 por la profunda voz de Eddie Vedder y el entorno paisajístico, que sin duda hacen que el videoclip merezca la pena. En todo caso, película para urbanitas, más que para viajeros de verdad.

Recuerdo que andaba yo por mis 19, en mi época de mariscal del ejército de pagantas de Bizkaia, cuando una moza joven y lozana - a la que yo quería penetrar - me propuso ver esta mierda. Yo, que me rijo por principios de solidaridad, accedí a incinerar mi neocortex durante 2 horas, pensando que así habría más posibilidades de favorecer otra parte de mi organismo durante 15 minutos. La película me daba básicamente igual, pero dado que mis planes no resultaron, no me quedó más remedio que ver este engendro; me la tragué enterita. Decir que tras este bodrio dejé de tocarme con la Jeni sería mentir, pero casi.

Lo dicho, no la veáis.