Si hay una serie que para mi marcó mi infancia esa fue sin duda "Los Simpson", muchas de las coletillas que ahora tengo son derivadas de frases míticas de esta serie, pero como todo el mundo sabe, todo lo bueno se acaba.

No es por ser nostálgico, que tambien, pero Los Simpson de unos años a esta parte se han convertido en el mejor ejemplo de como las ganas de ganar dinero de unos guionistas y unos productores envejecidos y sin frescura les han hecho olvidar lo que de verdad les llevó al exito: MOSTRAR LA REALIDAD DE AMERICA DE UNA FORMA DIFERENTE (POR PRIMERA VEZ) Y CON UN LENGUAJE NADA SOEZ QUE HIZO QUE ENGANCHARA A MILLONES DE PERSONAS (YA FUERAN NIÑOS O ADULTOS), LLEGANDOSE A METER HASTA CON LA PROPIA CADENA QUE LOS EMITE (LA FOX).

¿De eso que queda?, se preguntarán algunos; la respuesta es: MÁS BIEN POCO. Matt Groening, experto estos ultimos años en soltar perlas que no tienen ni pies ni cabeza, dijo que con esta pelicula quería rendir un homenaje a la serie que le habia hecho ser quien era, la serie le pertenece tanto que hasta los propios protagonistas llevan el nombre de sus padres.

Mi respuesta a eso es la siguiente, si de verdad tuviera un mínimo de respeto por los telespectadores y millones de aficionados que le ha hecho ganar tantísimo dinero, la serie hubiera acabado hace ya cinco años y esta pelicula hubiera salido a las pantallas como guiño a la misma y como saludo a los millones de fans que ansiaban este producto.

El resultado cual ha sido, una película con más bien poca gracia (comparada por supuesto con las mejores temporadas de la serie - de la 3 a la 12 -) y un dvd cuyos extras dejan muchísimo que desear. En fin, por lo menos fueron algo listos y metieron a un cerdito como coprotagonista del film, que incluso hasta para ponerle el nombre no tuvieron ni imaginación.

Si te encanta esta película: eres un hipster.
Si te parece que esta película es un clásico del cine: eres un hipster.
Si crees que esta es la mejor película de Peter Jackson: eres un hipster.
Si no piensas que lo único que hizo Peter Jackson en The Lovely Bones fue copiarse a sí mismo: hay amigo, eres un hipster.

Y si todo se cumple, yo de ti me iba comprando las gafas de pasta y la camisa de segunda mano de aquella tienda de Lavapiés.