Siempre ir al cine es una experiencia un poco paranormal, pero si encima tienes la suerte de estar en una proyección de la nueva película de Rodrigo Cortés, sobre temas para-psicológicos, prácticamente sólo en la sala de proyecciones, realmente tienes todos los ingredientes para pasar un buen rato.
No he visto todavía Buried, entre otras cosas porque eso de que te entierren vivo es una pesadilla que alguna vez he tenido (no sé porqué porque de momento no he participado en ninguna matanza mafiosa ni soy miembro de ninguna banda criminal) por lo que puede decirse que soy virgen a los ojos del Sr. Cortés, y puedo decir entonces que no ha estado nada mal.

Es una película que desde el minuto uno tiene su atmósfera que si bien no la pierde en ningún momento sí te distraes en un par de ocasiones de la trama porque no acabas de separar la paja del grano (períodos cortos pero que existen en la película). No obstante te quedas con ganas de ver más, tanto de los actores como de la trama. Me reconcilio con la Weaver desde Avatar y De Niro sigue tan sobre actuado como siempre (marca de la casa).

Una buena película que me va a convencer definitivamente a ver Buried.

Gran película. Si apuestas por pasar dos horas visionando este film no vas a salir defraudado. Tendrás momentos para incomodarte, indignarte, asustarte hasta sorprenderte, pero también los tendrás de reírte y reconciliarte. Posiblemente ese sea su pequeño gran pero, que tratando un tema tan doloroso y siniestro (y aún a veces no tan superado) como fue la discriminación racial hasta muy pasado el ecuador del siglo pasado en los EEUU, salgas del cine con sonrisas en el corazón.
Impagable Octavia Spencer y resto del coro de actrices.

Desde que ví Los Abrazos Rotos me dejé llevar por ese movimiento bolleresco nacional que busca minar la calidad y la trascendencia del cine de Almodovar en España. Me dejaron, aquellos abrazos, sin apenas sentimientos y sólo retengo algunas escenas, las más Almodovarianas, en la retina (lectura de labios en pantalla de 3x4 para los no adrezados).

Pero debo gritar con la misma templanza ahora que con esta sí. Pese a algunas críticas que apuntaban en la misma dirección, La Piel que habito es una película con mayúsculas. Las críticas del principio consiguieron que mi desinterés creciera pero a la vez consiguió que la historia permaneciera completamente ajena a mi conocimiento, por lo que pude disfrutar en todo momento de las emociones que Pedro pretendía crear en el espectador. El celo, la locura, el miedo, el amor, el desespero, el desconsuelo, la inocencia, la maldad...Como de una mandarina amarga de la que vas saboreando cada uno de sus gajos, se despliegan en la película con elegancia, y saber hacer.

No existe ni una Agrado, ni una Rossy de Palma, ni tan siquiera una Carmen Maura, pero está Antonio Banderas (actor que desde que se fue a Estados Unidos nunca volvió a enamorarme-sobretodo no como en las primeras de Almodovar y sus escenas con Eusebio Poncela o Victoria Abril) pletórico y consiguiendo una interpretación de cuaje, una Elena Anaya cuyas intenciones esconde debajo de su piel, contenida, siempre salvo al final, y una Marisa Paredes enorme (qué buena es esta mujer-hace poco re visioné Todo sobre mi madre y el personaje de Ulma es una delicia).

En definitiva, una gran película totalmente recomendable. Para entrar a ver sin complejos ni cortapisas.

Este fin de semana ha sido bastante cinéfilo, y casi sin querer hemos realizado un estudio sobre los diferentes formas de ver una situación cada vez (afortunadamente) menos excepcional que es la adopción de un niñ@ por parte de una pareja homosexual. En Patrik 1,5 y en tono comedia, hemos navegado por dos de los perfiles (o clichés) más habituales en el cine a la hora de representar a un personaje gay. Está por un lado quien busca reproducir los parámetros heterosexuales en su forma de vida homosexual (estudios-trabajo-matrimonio-hijos-nietos...) y quién reniega de esos dogmas (estudio-trabajo-NO MATRIMONIO-NO HIJOS-FIESTA-...). Cuando eso se produce en una pareja (sea o no homosexual), las situaciones peliagudas están servidas, si a eso se le añade el período de espera por el expediente de adopción de un niño y su correspondiente equivocación administrativa en tono comedia, tenemos PATRIK 1,5. Y resultará que los suecos no lo son tanto y todavía tienen bastante de vikingos y no son ni tan fríos ni tan modernos. En el lado contrario y con muchos más clichés y de una manera más manipuladora, tendíamos LA OTRA FAMILIA. Versión mexicana del mismo tema.

Trabajo con Italianos y he visitado unas cuantas veces Italia, y sí, los Italianos (sobretodo los del Norte) son un poco así. Supongo que en cualquier tópico existen las excepciones, o sino cómo se entienden la cantidad de malos amantes latinos que he tenido, pero si algo consigue la película, amén de entretener, es meterte en la trama a través de una peculiar pero representativa familia italiana.