Nos encontramos con lo que puede ser la despedida del gran Clint. Aunque el guión nos parece un dèja vu y no aporta grandes cosas, la mirada del genio, la puesta en escena, el tratamiento a los personajes secundarios (magnífica la chinita) y, en definitiva, la enorme personalidad de Clint que impregna la película nos lleva a lo que, a mi juicio, es una de las grandes películas del californiano. Que un tipo de 79 años sea capaz de interpretar, dirigir y, hasta cantar la canción de los títulos finales y conseguir una película tan redonda me emociona. GRACIAS CLINT

Me parece incrible que una serie de adolescentes y yuppies trasnochados se mezcle con obras maestras del séptimo arte como El Padrino, testigo de cargo o perdición. Esá muy bien que el humor ácido de los Simpson nos distraiga en la sobremesa, aunque yo prefiero los documentales de la 2 para dormir la siesta, pero los valores cinematográficos de esta película son realmente escasos. Recomiendo a los cinéfilos que vayan al cine a ver cualquier cosa (os recomiendo Gran Torino) y que no pierdan el tiempo con esa presunta crítica a la sociedad americana que en realidad no deja de ser una basurilla de consumo fácil.