Algunos la tachan de lenta, pero es una película que se tiene que digerir despacio, de una forma intensa pero con quietud. Es imposible entender a los personajes sin respetar el ritmo de la narración y ahí es donde la directora se luce. También en la dirección de actores, donde sabe sacarles ese lado triste de la vida con solo una mirada. El cine no siempre tiene que ser alegre, la vida tiene sus matices tristes, mucho más frecuentes que los felices, y quizás eso incomode durante el visionado, pero es lo que la hace tan real. Todos hemos sido un poco Sarah Polley alguna vez, ¿o no?

Está bastante lejos de ser su mejor película, pero la Coixet tiene una voz tan propia, que cualquier cinta suya merece la pena. Trata de dotar a los personajes de una cierta distinción, de alejarse de los estereotipos del cine, y en algunos los consigue más que en otros, pero las intenciones valen la pena. Eso sí, la visión que ofrece de Benidorm es demasiado simplista: como la de aquel que hace que parezca que en Los Ángeles solo viven actores y productores, en Benidorm también hay gente que vive todo el invierno y no es un lugar de 365 días de fiesta al año. Lo mejor, el reparto. ¡Isabel Coixet es una de las mejores directoras de actores del cine español y eso no se puede negar!

Sin duda, Lost in Translation es una de las películas más maravillosas del cine reciente, aunque no es para todo el mundo. Es para quienes disfrutan de la calma de Sofia Coppola, de su contención. Para mí, el mejor legado que nos ha dejado Francis Ford Coppola es su hija, que desborda talento y estilo propio, y en esta obra se aprecia desde el primer fotograma hasta el último. Jamás Bill Murray ha sido más Bill Murray y Scarlett Johansson, bueno, es una actriz tan grande que se come la pantalla ella sola, pero cuando entran a dúo nos regalan una de las mejores interpretaciones conjuntas que he visto en mucho tiempo. La fotografía es increíble, mostrándonos un Tokio tan cercano y tan distante, con esos colores, que es imposible que no te entren ganas de escapar. Y sí, si estás tan perdido en la vida como Bob y Charlotte, definitivamente Lost in Translation es tu película. ¡Ese 7.1 no le hace justicia!

Cuando en el primer episodio de Girls, Hanna (Lena Dunham) dice que cree que es la voz de su generación, no sabía lo cerca que estaba de convertirse en ello. Todo lo que hace tiene su interés, pero esta serie es increíble, especialmente porque se vende como una tontuna indie de veinteañeras en Nueva York y al final tiene una sinceridad apabullante. Y el final... ¡Qué final! Porque la vida es eso y esta serie es como la vida. Para mi Lena Dunham es la voz de su generación, o como diría ella después, al menos, una voz.