Tras las entrevista que Michael Moore le hizo a Matt Stone en su documental Bowling for Columbine, comprendí la motivación de sus dos creadores para comenzar esta serie. Dos jóvenes inteligentes frustrados con la sociedad americana u occidental en general. Hasta los c*****s de lo políticamente correcto y de ver como la prensa y los medios se creen que pueden manipular la realidad a su antojo, como si consiguieran ocultarnos en ocasiones lo más evidente o que simplemente pudieran evitar que desarrolláramos opiniones propias.

Esta serie se ríe de todo y de todos, y no deja títere con cabeza, ni siquiera con temas especialmente controvertidos como el terrorismo islámico y la libertad de expresión. En sus capítulos 200 y 201 y en su doble capítulo Cartoon Wars lanzan la que es - en mi humilde opinión - una de la mejores reflexiones sobre las polémicas caricaturas de Mahoma y la actuación de los medios y de la sociedad, y que poca gente se atrevería a decir con esa claridad tan característica de esta serie. Irónicamente al mensaje que tratan de transmitir estos capítulos, una parte importante de éstos fue censurada en su emisión por Comedy Central y los episodios 200 y 201 son los únicos actualmente no disponibles online en su página web debido a las amenazas recibidas tras su emisión.

Por otra parte es una serie sin color político, aunque sí con opiniones formadas, las de los propios autores, por lo que habrá muchos temas en los que no estemos de acuerdo claro está. Me viene a la cabeza por ejemplo Al Gore convenciendo al pueblo de South Park de un peligro inminente que les acecha: el hombre-oso-cerdo. Este personaje imaginario del ex-vicepresidente "mitad hombre, mitad oso... y mitad cerdo" se empleaba en la serie para ridiculizar la ausencia de pruebas científicas sobre el cambio climático, que aunque francamente gracioso en el contexto del capítulo, sería discutible si nos situamos en ámbitos más serios.

Para mí se trata de una gran serie de humor, muy pensada y trabajada que vive de la herencia del pilar fundamental que crearon Los Simpsons, el reírse del mundo bajo una máscara afable de dibujos animados. La imagen que yo tengo de esta serie, y que trato de expresar en esta crítica, dista mucho de la imagen grosera y escatológica que existe en general de ella, por otra parte muchas veces prejuzgada por gente que no ha visto la serie o han visto elementos muy puntuales. Sin embargo para mí es sin duda la culminación de las series de animación para adultos y del humor ácido.

En definitiva hay que verla con un gran sentido del humor como para no ofenderse con facilidad, porque esta serie ataca directamente a la yugular de lo que desea ridiculizar. Sin duda una serie no apta para gente de creencias o argumentos lo suficientemente débiles como para que puedan ser echadas por tierra por niños de 8 años de dibujos animados. Pero ya saben aquello que dicen, saber reírse de uno mismo es un síntoma de la más sana inteligencia.