A mí no me gusta.

Vale, supongo que ya que escribo algo, me tendré que extender un poco más.

Cuando escucho hablar de esta película, me impresiona bastante ver como los seguidores extrapolan lo que han visto y sacan las más inverosímiles teorías sobre lo que allí sucede. Esté de acuerdo o no, me parece un mérito de esta obra, que no seré yo quién lo discuta.

En mi caso, un simple aficionado, me senté en su día con mi sobrina (tenía 11 años si no mal ecuerdo) para verla. Pensé que le podía gustar, ya que le gustaba el cine de acción.

Perdíamos bastantes veces el hilo, algo que me incomodaba pues mi pequeña compañera me preguntaba. Por suerte, aparecían escenas muy espectaculares que desviaba la atención de las preguntitas.

Yo veía aquellos personajes de negro, con gafas oscuras como si fueran todos al mismo estilista. Con esas caras largas. Interpretación de taller de teatro del instituto. Diálogos profundos por excasos no por otra cosa. Y demasiados hilos para intentar conectar la historia.

Lo siento mucho, si no hay guión y ni interpretación, lo único que termino viendo es un anuncio de ropa.

Espléndido largometraje que espero que inspire al resto de la cartelera; hay muchas historias interesantes que contar como para ver cómo nuestras carteleras no dejan de enseñarnos remakes y secuelas.

En lo visual nos vemos envueltos en la atmósfera de los 70 desde el principio. Esos colores saturados que nos recuerdan a las imágenes de archivo ofrecidas en algún documental sobre el mundo del motor.

Está tan bien equilibrada en todos los aspectos que sería injusto decir que es una película sobre el mundo del la Fórmula 1. Está muy presente la personalidad de los personas, así como su vida privada, a la vez van madurando durante el tiempo trascurrido.

Divertida en los momentos divertidos, cruda en los momentos complicados y deja un deporte tan espectacular aporte ese toque efectista por si solo, sin necesidad aportar amplificadores que le quitarían realismo al film.

Diálogos cargados de intención y muy cuidados.

En películas basadas en personajes reales y actuales, suelen interpretaciones basadas en la imitación. Los parecidos son asombrosos, pero desconozco el punto de parecido a la hora de la expresividad.

Howard tiene talento, pero extraña que tenga tantos altibajos. Esperemos que coja ritmo su monoplaza y sea fiable.

Han salvado los muebles de una forma brillante, aunque su predecesora hace que caiga como una losa cualquier comparación. Giros interesantes de las distintas personalidades y una trama que no decae en ningún momento.

Historia que no descarta a ninguna edad, a la vez que envía un buen mensaje acerca de la amistad, el compañerismo y la aceptación social.

No considero que las películas deban estar, en un principio, para educar o inculcar valores; el cine está por encima de todo sobre si mismo. Una película que se centra en mandar un mensaje, desvirtúa lo que es el cine (opinión personal).

Resañar el por qué de este título, pero ya en la zona spoiler.

Hace tiempo que Burton dejó de tener proyección; es descorazonador ver cómo el bueno de Tim, tocó techo hace tiempo y nos deja la sensación de esperar algo más, que no parece que vaya a llegar jamás.

Me cuesta creer que Disney no supiera lo que se traía entre manos Tim Burton, y sin entrar en detalles del largometraje, empezamos con una portada a la que podríamos achacar de "publicidad engañosa"; tanto el protagonista, como su dueño y el amigüito lisiado dan de un caracter apacible que poco o nada tiene que ver con lo que nos encontraremos. Todos sabemos que los padres tienen que asesorarse de lo que ven sus hijos, pero ese perrito encantador y achuchable, a pesar de sus tornillos, no tiene que convertirse en un tornado de Kansas que arrastre al pequeño dentro del mundo de Burton.

El ambiente creado por Burton, es excepcional, no defraudará a sus incondicionales seguidores y habrá una gran remesa de merchandising en los grandes almacenes. Cómo no, aparecen por ahí las "campanitas" de Danny Elfman y tenemos lo que esperamos.

Tim Burton juega desde el lado tierno de la relación del perrito (perdonad la libertad del diminutivo) y su dueño, en el oscuro mundo Burtoniano. Es como si metiéramos al Pequeño Nemo en secuencias de Tiburón. El guión es demasiado escaso y evidente. De modo que la manera de intentar distraernos es haciendo ruido y lo que es peor, asustándonos como en un parque de atracciones con bichos que saltan en el momento justo hacia la cámara (golpe de orquesta incluido).

La historia agridulce, llega un momento que se pierde la noción de no saber qué es lo bueno o lo malo que pueda pasar; lejos de resultar una sensación interesante desemboca en un espectador apático, que está deseando salir de la sala.