Es una película sumamente enternecedora. En ella aparece un protagonista sobresaliente, Harrison Ford que interpreta a un hombre al que le cambia la vida, Henry Turner. Comienza siendo un abogado sin escrúpulos al que le dispara un atracador, John Leguizamo (otro actor fenomenal), y a raiz de ese accidente se convierte en un hombre totalmente distinto, lleno de inocencia y respeto por la vida acercándose mucho más que antes a los que le quieren de verdad, su mujer la encantadora Annette Bening y su hija que representa un papel muy dulce. Harrison Ford que no estaba acostumbrado a este tipo de rol habiendo hecho de tipo duro o aventurero rebelde (Star Wars, Blade Runner, Indiana Jones...), lo interpreta de forma magistral siendo la raíz del éxito de esta película.

Observamos detalles que llegan a emocionarnos enormemente (al menos en mi caso si te internas profundamente en la obra) y esa sensación que nos dejan algunas películas de satisfacción cuando aparece el rótulo de "The End". Sin duda una de las películas más sentimentales que podemos encontrar con uno de los mejores actores de todos los tiempos, HARRISON FORD.

Drive es una película que te engancha desde el primer momento. Una gran puesta en escena con una impecable fotografía que te sumerge en el mundo de la corrupción. Este film que lleva camino de convertirse en uno de los referentes de cine negro de la década, evoca a los grandes títulos del género del siglo XX, como Taxi Driver. De hecho encontramos ciertos paralelismos con ese personaje inadaptado que representa Travis Bickle (protagonista de Taxi Driver), que tras volver de la Guerra de Vietnam le es difícil reintegrarse en la sociedad y recurre a la violencia, a pesar de lo cual finalmente es visto como un héroe al salvar a una adolescente de su proxeneta a punta de pistola. Al protagonista de Drive le sucede algo parecido. Es un hombre callado, que no se relaciona apenas con nadie y con el cual es muy difícil entablar conversación, y que, debido a ciertas “complicaciones laborales”, se ve obligado a usar la violencia para proteger a sus seres queridos.

La banda sonora encaja a la perfección con el contexto de la película, siendo una de las canciones, preludio de lo que acontecerá al final del film, A Real Hero del grupo College. La cinta nos muestra pues un héroe atípico, que no una la pistola como arma convencional. Un ser frío y duro, que parece tener todo calculado en cuanto a su trabajo pero que en su vida social no encuentra su sitio.

La música conecta de una forma armónica con la fotografía, creando un tipo de cine negro muy estético. Esa fusión nos permite darnos cuenta de esa frialdad del personaje, y como se ve obligado a realizar actos de violencia extrema como única alternativa para salvar a los suyos. Lo percibimos con ciertos recursos cinematográficos como el hecho de escuchar una melodía muy relajante antes y después de ejecutar a algún “villano” o con gestos que humanizan al protagonista. Gran merito del director Nicolas Winding Refn, que se estrenaba en Hollywood con esta película. Winding consigue mezclar la esencia del cine negro con las escenas de persecución, propias de las mejores películas de acción.

El estoicismo del personaje es el principal hilo conductor de Drive. La fortaleza en el carácter del protagonista le permite salir airoso de situaciones muy complicadas, a pesar de su imagen de tipo callado y antisocial. Gran parte de culpa de que nos transmita ese fuerte carácter la tiene la buena interpretación de Ryan Gosling, que se está convirtiendo en un habitual entre las películas más taquilleras los últimos años. Tampoco se puede olvidar la excelente interpretación de Albert Brooks haciendo de mafioso, cuyo trabajo se ha merecido una nominación a mejor actor secundario en los Oscar.

Drive es pues una gran obra cinematográfica muy recomendable para los amantes del buen cine actual, siendo una relectura del cine negro tradicional. Una película hecha para los apasionados por la fotografía y las escenas impactantes.