Y aunque dista mucho de ser una obra maestra, se pasan los 90 minutos sin mirar el reloj y sin sentir el deseo de hacer otras cosas a la vez (lo cual es bastante más de lo que puede decirse de la mayoría de las películas que se estrenan últimamente.

Ciertamente, los personajes no tienen excesiva profundidad, la historia no ofrece demasiadas sorpresas y los efectos especiales no pasan de dignos pero es una buena opción para distraerse durante la hora y media que dura. No hay ninguna reflexión intelectual, ningún mensaje, ninguna experiencia trascendente para cinéfilos... es simplemente una película como las que nos entretenían hace tiempo en los programas dobles de un cine de verano. Y teniendo eso claro, "atrapados en el abismo" cumple sobradamente con su propósito.

Cuesta creer que ambas películas sean obra de un mismo director, si bien es verdad que las separan 17 años y parece que han sido años de decadencia absoluta. Si aquella ("El amanecer de los muertos") era impactante, tensa, sorprendente, con personajes bien construidos y la acción justa y bien rodada; ésta resulta rutinaria, aburrida, predecible, con personajes planos (cuyo destino a nadie le importa porqué es imposible empatizar con ellos) y con la acción que pondría un jubilado octogenario jugando a las cartas.

El genero de zombies y similares ha sido explotado hasta la saciedad pero, precisamente por eso, no tiene sentido repetir películas que no aportan nada cuando siguen rodándose algunas que sí lo hacen, como la ya mencionada, "REC", "28 días después" y algunas otras. Ésta carece de interés en el argumento, de carácter en los personajes, de la violencia que se esperaría en la acción... incluso los efectos especiales dejan bastante que desear y no precisamente porqué pretendan contar con la imaginación del espectador.

Una película prescindible, incluso para pasar el rato.

Como ya han apuntado en otra crítica, está película cae entre lo pretencioso y lo aburrido. O resulta aburrida (el peor adjetivo que puede recibir una película) por lo pretenciosa ya que dedica buena parte de su metraje a contar nada y toda la historia podría reducirse a la mitad. Pero no sólo esto: la película está muy mal ambientada porqué no basta el vestuario, los edificios y los muebles para recrear bien una época si falla lo principal: los personajes y su manera de comportarse.

La película ya empieza mal, los primeros minutos nos presentan: una ciudad con iglesia, "saloon" con chicas alegres, herrero y establos; la mina de oro; el forastero que llega, la diligencia que también lo hace en el momento apropiado para que se vea bien y todo junto para construir un bonito diorama. Pero, basta escuchar las primeras frases para ver que nada de eso podría estar sucediendo hacia 1880 en el oeste de EE.UU.: todos son extraordinariamente educados, de sentimientos refinados, las chicas del burdel más parecen institutrices que mujeres de vida alegre... cinco minutos más y se confirma la sospecha: han vestido personajes del siglo XXI (diría que de una universidad del siglo XXI) con ropas de hace ciento cincuenta años como si eso bastase para recrear una época.

Así pues, el guión es malo, el desarrollo aburrido, los personajes mal caracterizados y los diálogos inapropiados para la época que pretenden representar. Ningún actor, por bueno que sea, puede hacer nada con tan lamentable materia prima.

La historia comienza muy bien: el planteamiento, visualmente impactante y sin palabras, despierta el interés que no sólo se mantiene sino que aumenta gradualmente hasta que el protagonista, Travis, comienza a recuperar la memoria. A partir de ahí, la duración de la película y su lentitud acaban pasándole factura: la situación se va tornando inverosímil, el interés se diluye gradualmente y los personajes son cada vez menos creíbles haciendo que uno comience a mirar el reloj a medida que pasa el tiempo y no sucede nada.

El diálogo final entre los dos protagonistas recupera el interés pero el desenlace queda lejos de lo que el inicio de la película prometía o parecía prometer. A la película le sobra metraje y le falta ritmo.

Así es. Ésta es una buena película siempre que uno no trate de buscar lo que no hay. Aquí no hay cine de autor, ni filosofía profunda, ni crítica política, ni personajes dramáticos, ni realismo social... Esto es puro cine de acción y entretenimiento basado ante todo en una pareja protagonista que encaja bien, que resultan divertidos y crean complicidad con el espectador.

Con estas premisas, el argumento está bien construido, los actores interpretan sus papeles de forma convincente y el resultado hace que se pasen casi dos horas sin mirar ni una sola vez el reloj y sin sentir el impulso de saltar algunas escenas (y eso es mucho más de lo que se puede decir de la mayor parte del cine comercial).

En resumen: una película para disfrutar sin darle demasiadas vueltas ni pensar demasiado.