La pequeña película de El Globo Rojo (1956) es una gran propuesta que nos hace cuestionar quiénes pueden ser los protagonistas de un filme. Llama la atención cómo un globo propiedad de un niño puede ser protagonista de su propia historia, lo cual rompe el esquema acostumbrado donde los humanos son quienes acaparan las historias. En esto radica lo novedoso de la propuesta de Albert Lamorisse.

La película empieza con un niño que a los pocos minutos se encuentra con un globo de color rojo (¿o el globo lo encuentra a él?). El color es algo significativo, porque ese rojo sobresale de los tonos de la ciudad. Creo que este es un aviso importante, el globo tendrá un peso importante en la historia. Conforme avanza la película el globo deja de ser un objeto inerte llevado por un niño, empieza a cobrar autonomía. Este inesperado personaje seguirá al niño, pero también tendrá sus propias iniciativas y sentimiento, además de que formará parte del clímax donde la persecución principal gira en torno suyo.

En fin, la película nos hace reflexionar, ¿acaso cualquier persona, objeto, cosa, animal o concepto puede ser el protagonista de una película?

Es bien sabido que en los premios Oscar la categoría de mejor película animada no es la más justa. Generalmente los grandes miembros de la academia gringa le dan gran peso a Disney, pero dejando aún lado otras experiencias que se pierden debido a la poca publicidad que tienen.

Wolfwakelrs: Espíritu de lobo es un extraordinario ejemplo.

Desde mi punto de vista, las película se de animación pueden llegar a tener temáticas complejas sin miedo a ser expuestas a un público infantil o juvenil. En esto radica la complejidad e importancia de las películas animadas: decir mucho gracias a métodos claros y visuales como la animación. Esta película cumple todo esto.

Los personajes no son complejos, pero sí se relación en un contexto complejo, donde prima los grandes cambios estructurales y sociales: los cambios religiosos, los cambios políticos y los cambios ecológicos. AL final la película nos enseña que ante los cambios religiosos siempre había excluidos que trataran de resistir, y que dependerá de la intolerancia si esto se convierte en algo caótico. Ante los cambios políticos, está la necesidad de que la identidad resistas. Mientras que en los cambios ecológicos el gran mensaje de la película es que la contradicción entre humanidad y medio ambiente debe ser superada.

El último mensaje de mi crítica es no dejar que este tipo de películas queden en la nada sólo porque el mercado no supo llevarla a nuestros ojos. Es tarea de quienes la vemos difundirla y revalorarla.