Después de varios años fuera de la pantalla grande, dedicado a sus proyectos del festival sundance, Robert Redford vuelve a sus orígenes actorales con All is lost, una cinta donde literalmente todo el peso de mantener la atención del espectador recae en este septuagenario icono, y lo más curioso, es que lo logra...
Parecerá increíble que no mas de una docena de palabras sea todo el dialogo de esta película, de allí que el trabajo de dirección merezca un reconocimiento, combinado con una excelente fotografía y una adecuada aunque muy minimalista banda sonora. Los únicos fallos que pudiera encontrarle a esta aventura marina y de supervivencia, es la impasibilidad casi estoica del personaje ante las situaciones que se enfrenta, creo que el mas paciente de los hombres hubiera jartado un discurso de groserías, maldiciones, lamentos o comentarios absurdos con la única finalidad de oír su voz….pero no el capitán Redford, del que solo oímos un fuuuuuck a mitad de metraje , aun así cuando todo está perdido merece el visionado como un referente mas de las “solo movies” que se han vuelto populares en la última década.
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En la comunidad de internet existe un meme llamado “conspiracy keanu” (El meme se trata de una imagen de Keanu Reeves planteándose la posibilidad de conspiraciones y complots en cuestiones que diariamente no nos detenemos a pensar , en uno de los que leí decía más o menos lo siguiente: “ ¿Qué tal si la academia nunca le ha dado la estatuilla a Leonardo di Caprio para que no desmejore su calidad actoral? ”, valdría decir que esta teoría pudiera estar generándose por claros ejemplos de esta década, pues vemos que actores que ganaron el Oscar a mejor actor como Adrien Brody , Jamie Foxx, Forest Whitaker, Colin Firth y Jean Dujardin , están decayendo en su calidad actoral y trabajando en papeles pocos exigentes a nivel cinematográfico, si esta teoría de cajón resultare cierta, ojala nunca le den el premio gordo a Jack Dawson para que año a año nos siga brindando interpretaciones de este calibre.

Y es que The wolf of wall street nos brinda un lobo de la bolsa que quedara en el colectivo como en su tiempo lo hiciere Gordon Gekko en los 80, un lobito como lo llamaren sus congéneres, que se regocija en un estilo de vida deseado por muchos donde el hedonismo y el poder reina en un ambiente plagado de moralidad ambigua y difusa. Un desenfreno que para muchos resultare excesivo, tanto por las situaciones surreales de algunas escenas o por su extendido metraje, pero déjenme decirles algo… era necesario, una biopic/comedia negra trepidante directo a la medula , sin simbolismos grandilocuentes a lo Nicolás Winding Refn ni efectos especiales y explosiones destructivas a lo Michael Bay.

Después de la joyita hilarante e ilógica de Toxic Avenger mi imaginación ávida de cine cutre y patético pedía más de Troma Productions, y resulto que Los Surfistas Nazis deben morir era la opción más idónea con ese titulo tan llamativo y curioso , pobre de mi paciencia e ilusión al resultar tan decepcionado de 79 minutos lentos, aburridos, inconexos, estúpidos (en el peor de los sentidos) y con una trama tan carente de guión como de arios tenían los surfistas neo nazis post apocalípticos, y una heroína de turno que aparece tan esporádicamente que a ratos olvidas de su existencia, escenas repetitivas de olas acompañadas ….. así es… mas olas.. En definitiva Los Surfistas Nazis realmente deberían morir ya que su existencia no tiene lo necesario para llegar convertirse en una película de culto/serie B que agradecemos de vez en cuando y de cuando en vez.

En un Hollywood donde la explosión creativa de sus escritores y guionistas desemboca en un puñado de remakes, secuelas y precuelas rebuscados que constituyen anualmente fuente segura de dinero, un pequeño grupo aboga por la propuesta de buscar historias originales basadas en héroes desconocidos (Véase Hotel Rwanda, Conviction, The Children of Huang Shi) cuyas vidas sean merecedoras al menos de unos metrajes de celuloide. en este caso el sueco-alemán Marc Foster se centra en la vida de Sam Childers un personaje turbio, conflictivo y problemático retratado por el gritón de Butler , la película muestra una marcada dualidad maniqueista en el personaje principal denotando su transformación de psicópata en santo de un día para otro gracias a la iluminación del Jefazo de arriba, pero dejando a un lado los motivos que lo hayan impulsado no se puede negar la empatía generada en relación a su intención, la cual constituye el factor más importante del film, mostrar la vida de un hombre capaz de sacrificar parte de si para tratar de hacer menos miserable la vida de los infantes cuyos horrores de la guerra han visto su vida consumirse , esto lo lograría en gran medida si no fuera por ciertos detalles que le restan ese matiz dramático que se trata de crear y que se ve coartado por escenas de acción que tiene que hacer honor al título de la película claro esta además de un comienzo algo lento que tarda en situar al espectador y le hace creer acerca de las intenciones meramente religiosas en relación al cambio existencial del personaje pero que se verán diluidas a un aspecto mucho más humano en transcurso de la segunda mitad de Machine Gun Preacher.

Tal vez tome de la obra de Dumas solo el nombre de los personajes, tal vez las secuencias de acción violen continuamente las leyes de la física y lo humanamente posible, tal vez nos estemos cansando que un excelente actor como Christoph Waltz se esté encasillando en papeles de malo malón, tal vez se exagere en las aptitudes y hazañas de estos mosqueteros/ninjas/espadachines jedi/tropa de elite, tal vez los Zeppelín/ Titanic son un anacronismo exagerado, pero lo que sí se puede decir con certeza es que la cinta de Anderson (no confundir con el otro Anderson de Magnolia)entretiene como un demonio borracho durante sus 110 minutos, y es al fin y al cabo lo que cuenta en estas películas pálomiteras de gran presupuestos que tienden a sacrificar la historia original con tal de lograr riñas y explosiones a capa y a espada entre el cuarteto protagonista y los enemigos de turno que en esta oportunidad son Alice, Legolas y Landa. Punto a favor son los rostros pocos conocidos del trió francés lo que le da cierta frescura, además de conservar una estética acorde y detallada de la época, por tanto si quieres pasar una tarde sin mucho que pensar, destronarte los oídos de explosiones y ponerte nostálgico cuando oigas la frase “Todos para uno y uno para todos” la cual recitabas con tu pandilla de pequeño, estos Tres Mosqueteros Andersonianos son para ti.