Utilizando como pretexto la especulación inmobiliaria y la crisis producida por las hipotecas basura, Pang Ho-Cheung se las ingenia para mediante flashbacks y un pulso narrativo muy acertado, hacer una pequeña radiografía a la sociedad de Hong Kong y a la total falta de escrúpulos de la sociedad de consumo actual.
Lo que mas me sorprende de esta película es que sin la parte Gore, que la tiene, se sustentaría perfectamente como una película más que decente, cosa que no suele ser habitual en este género. Si a esto se le suma, un gran número de escenas realmente bien filmadas y truculentas, junto con un humor de lo más retorcido y algunos momentos míticos tenemos un producto más que apetecible.
Con un planteamiento que sin caer en típicas venganzas, pese a algún bajón de ritmo, se mantiene a gran nivel hasta un final, más que acertado.