A veces creo que los críticos van al cine después de una discusión con su pareja o después de darse cuenta de que esta vida da reveses sin que estés preparado. Es cierto que no llega al ingenio o virtuosismo visual de Wall-e, Los Increíbles o Del revés, pero creo que es una excelente película, rara de estética pero con un guión ágil, entretenido y con un mensaje final precioso y triste. A verla todo el mundo.

Llegados a este punto de la película, a veces pienso que los críticos luchan por ser la persona que más lama el trasero de Almodóvar. Viéndola, da la sensación de que el director se ha quedado sin ideas. Hay planos que son copia de anteriores películas, hasta frases. Al final ha optado por contar su propia vida, por mucho que él lo niegue. Salvo a Asier porque es un actor maravilloso, a las mujeres ( porque Almodóvar sabe mucho de mujeres) y el final. Pero la historia de Salvador ( Antonio Banderas) no me interesa nada de nada y es que para mí Almodovar siempre feminiza los personajes masculinos y a ratos los diálogos son tan poéticos que son poco creíbles. La intervención de Rosalía, innecesaria y oportunista. En resumen, prefiero al Almodóvar que habla de mujeres y que mezcla el drama con el humor. Lo demás, no me interesa.

Acudí a ver la película con la escasa ilusión que me aportaba la nueva franquicia y con las reminiscencias de un Harry Potter que se adaptaba mucho mejor a mis fantasías infantiles. El resultado ha sido nefasto. ¿Por qué?, es bastante fácil: aparece todos los elementos necesarios para odiar una película.
Escenas de acción con planos imperceptibles a la retina, conversaciones ásperas e interminables, personajes intrascendentes y sin carisma, guion plano y un clímax insípido y nada espectacular. En resumidas cuentas, un auténtico desastre.

Es necesario verla para confirmar lo que todos intuimos, que lo que sale a la luz pública es solo una pequeña parte. Solo por las escenas del balcón, del coche y del registro en la casa del amigo ya merece la pena ver la película. Antonio de la Torre, Ana Wagener y la mayoría de secundarios, perfectos. Dentro de lo malo, la machacona música electrónica y Bárbara Lennie ( que me gusta siempre), pero aquí me convence menos, quizá por tener de referente a alguna periodista de La Sexta y porque cada vez que un actor hace de periodista, se exagera demasiado esa parte formal. Como los políticos no irán a verla por aquello de sentirse identificados, recomiendo al resto que lo hagamos para estar algo más informados y por ver una buena película española. Sorogoyen Goyen...

Nunca he sido buen público para valorar historias de terror, más que nada porque soy fácilmente asustable, lo cual le resta mérito a este género. La película es potente. Su historia es hipnótica, tiene alma. Hay un drama detrás que le da profundidad a la historia de demonios. El problema es que no termina de estar equilibrada y en cuanto se descubren los datos tenebrosos, de repente el drama desaparece, no hay una causa-efecto. Eso es lo peor. A ratos está mal explicada. Fuimos tres personas con tres cerebros distintos al cine y a los tres se nos escaparon cosas que luego tuvimos que suplir con internet. Aun así. Hay algo desasosegante en lo que se cuenta. Es un concepto de mal más complejo que hace que te recorra un escalofrío cuando recuerdas algunas de sus secuencias. Antes que ir a ver el típico truño aventurero de verano, deberías pasarte a ver esta. Indiferente no te deja. Algo confuso, sí...pero será que no hay cosas que nos dejan confusos en nuestro día a día y no nos quejamos.