Es difícil una remake de una película tan lograda en su primera hechura. La versión anterior es inobjetable, lo que sembra mis dudas acerca de la necesidad de esta segunda versión.
Los diálogos se ciñen exactamente a los del guión primero.
Los actores de esta segunda parte no quedan a la sombra, sin embargo, ni se ven eclipsados por el fulgurante recuerdo de la magistral Katharine Hepburn. Glenn Close es sencillamente soberbia.

Es una de las películas de mi infancia que más me shockearon. De hecho, la última escena con la niñita Isabel caminando en los jardines la guardaba fielmente en la memoria.
Hermosa la música, aunque no pude hallar "Farewell", la canción que el film da como autor a Henry, sino otras versiones con distintas letras e incluso la melodía bastante modificada, y según algunas fuentes la autoría no es del rey sino de la misma Bolena.
Mejora factura que la reciente "Las hemanas Bolena".

Hace tiempo que no me encuentro con una película como ésta, a la que no puedo ponerle una pega. Ni una sola. Refinada en lo que deja ver, en lo que permite intuir. Se agradece el que no subestime a los espectadores. Lamento no encontrarla en DVD en versión original, ya que el doblaje al español le quita el 90% de dramatismo.

Gran trabajo, lección de maestría en las actuaciones, diálogos punzantes e inteligentes, toda la ambigüedad de las relaciones de pareja retratadas con oficio.
Para coleccionistas de joyas de arte.

Aburrida, rebuscada. Leonor es una excusa para que haya un desnudo, que ya sabemos cuánto tira la carne, y esta chica a fe que la tiene, y bien puesta. Pero una decepción en toda regla para los que esperábamos un film inteligente.