La “secuencia de filmación”, como instrumento artístico del cine, cobra relevancia para Cuarón al hacer varias de ellas en su película. La magia cuando la cámara corre y no se detiene, es uno de los elementos artísticos más hermosos de su puesta en escena. Además de una crítica actual y denuncia a los problemas en regímenes de control migratorio, bélicos y racistas. El nacimiento como punto de esperanza a la sociedad de 2027, recorre como la idea principal al conflicto social, dando un final al protagonista magistral y emotivo.

Don Almodóvar se ha ganado su distinción al ofrecernos películas cargadas de arte y genialidad. En “Hable con ella” la narración de tres argumentos que se van entrelazando en la vida de los tres protagonistas, no responde sino a una excelente sinopsis de la historia, interactuando elementos culturales como el toreo, fiestas de casa, teatro por ejemplo, donde se observa una película con otra película dentro de su guión. Los giros en el desarrollo son muy sutiles y artísticos, los personajes reales copias de lo dirigido, obedeciendo a su preparación de toreros, enfermeros y bailarines. Como antagonista definiría a la expresión que hace “Gerardina Chaplins” al decir: “La vida no es fácil”.
Resaltando el diseño visual de todas sus escenas, Almodóvar se refiere a uno de los directores más esforzados en ese aspecto.

La historia de "la Ninfa", un cuento de origen oriental es contado por Shyamalan siempre con su estilo artístico al filmar, se mezcla con la vida de un hombre que por su pasado la esperanza es una de sus aferralidades. Su nerviosismo y corazón noble son los atributos para ayudar a “la joven del agua” a regresar a casa y escapar del peligro de sus perseguidores. Un final muy artístico propio del director termina la obra dejando ese sabor a arte y coherencia de la trama.
El gran pecado de Shyamalan fue haber contado una historia tan compleja, pero no así su excelente elemento de “Arte Visual” en el manejo de escenas de cámara, locaciones y guión.

Trabajando con los mejores en films como "Signs" de "Shyamalan", la experiencia artística de Mel Gipson dio giros interesantes, no así en aspectos como justificación de realidad del guión. Todos esperábamos una historia realista basada en la gran civilización Maya, rica en su cultura y destreza, no en sus rituales sangrientos y emancipación. Como lo apreció Gipson de los grandes productores con los que trabajó, el arte de puesta en escena resalta en su producción, no así el realismo de la historia, basada en un guión no justificado, que a fin de cuanta la crítica es lo que más vigila.

La historia de unos salvavidas se presenta en su filmación llena de escenas espectaculares, atrevidas y muy exageradas. La presentación de la soledad y el desánimo en la vida cotidiana, son los temas principales de esta película, adaptadas a un guión donde el protagonista y su vida están llena de dificultades y el heroísmo resalta como clímax de la obra. Es difícil ver a Kevin Costner terminar así en el final pero siempre respetando su estilo ahora más sabio y perspicaz. Talvez si la historia hubiera sido en otro espacio o lugar, ésta sería más notable que interesante.