Tim Burton nos sorprende con una de sus mejores creaciones desde La novia cadáver. Es una película divertida, emotiva y dinámica, sin olvidar el toque oscuro que siempre nos regala el tito Tim. Personajes muy divertidos y característicos, siniestros y a la vez entrañables, destacan más los secundarios que el propio Víctor. Geniales las imágenes en blanco y negro que refuerzan el tenebroso escenario en el que se nos introduce, acompañan a un argumento terroríficamente entretenido, que además de recordarnos a otros clásicos del terror, aporta una vista completamente nueva y distinta a la obra literaria de Mary Shelley, conservando puntos indiscutibles de la esencia de esta. La película no tiene desperdicio, y sin duda la recomiendo a todo aquel que quiera pasar un buen rato.

Es una de estas películas que está entretenida, pero que no quedan ganas de volver a ver. Floja, deja al espectador con ganas de más y con lagunas que quedan en un plano secundario. Sigue la dinámica de las anteriores, si bien la calidad y cantidad de sustos y/o sorpresas hacia el espectador desciende. Sin embargo, no se puede decir que todo sean puntos negativos en esta película. El introducir unos protagonistas jóvenes le proporciona al film cierta frescura que ya se hizo notar en la anterior, y que nos aporta un nuevo punto de vista interesante. En relación a las cámaras tenemos novedades que darán cierto juego a la hora de contactar con el más allá, y que a partir de ahora nos harán mirar hacía atrás cuando hagamos alguna videollamada. En resumen, nuestras expectativas no se verán satisfechas, pero no nos privaran de pasar un buen rato.