Se nos presenta a Maggie Fitzgerald, una mujer ejemplar, sin recursos económicos, sin apoyo familiar, pero que tiene mucho coraje y entereza. La chica se mete en el mundo del boxeo ya entrada en años, situación insalvable para cualquiera que quiera triunfar en dicho deporte. Pero gracias a la ayuda de su entrenador, y sobretodo, gracias a su esfuerzo, llegará a triunfar. Todos sabemos que en la vida si te esfuerzas mucho, conseguirás todas las metas que te propongas. Típico mensaje patriota americano, tan irreal como infantil. Desde el primer momento sabemos que su entrenador ( Clint ), el típico viejete gruñón que en el fondo tiene buen corazón, acabará entrenando a nuestra heroína y la elevará a lo mas alto del mundo del boxeo. Predecible 100% desde el primer momento. El combate final insulta a la inteligencia. Se enfrenta a una rival mala, tramposa, violenta y fea, mala malísima. Maniqueísmo a raudales. En varias ocasiones le golpea fuera de tiempo bajo la pasiva actitud del árbitro. Trata de encolerizar al público con una situación tan inverosímil que solo consigue la estupefacción ante un recurso tan facilón.

A partir de la fatalidad de la banqueta, la película da un giro argumental. Clint no tiene reparo alguno en provocar todo tipo de desgracias para intentar dar pena al espectador, consiguiendo el efecto contrario, la risa. Dejará a Maggie sin movilidad alguna en sus extremidades, sin amigos, sin familia, en la peor de las situaciones y de las soledades. No contento con eso hará que su caricaturizada familia vaya a intentar aprovecharse de ese trozo de carne desamparado. La escena de la familia despiadada llegando al hospital, después de una visita al parque de atracciones, para robarle el dinero a la hija desvalida no tiene precio. No hace falta decir que como todos los malos, también son feos. Volvemos al maniqueísmo facilón. Pero no se queda ahí, otro trágico incidente provocará la amputación de una de sus piernas. Todo discurre de una forma exagerada e increíble, cualquier cosa por arrancar unas lágrimas al espectador y llegar a los débiles corazones.

Sobrevalorada, moralista, aburrida, maniqueísta, previsible y empalagosa.