Para no mediatizarme y tomar partido, no he querido leer ninguna crítica. Me sorprende que esta película tenga de media un 4; no me parecen objetivas, o quiza no han sopesado algunos factores que habría que tener en cuenta. Juzgar hoy esta película teniendo como punto de mira la cinematografía actual no seria correcto. En el año 57 (estreno) España está aun muy tocada por la guerra y su guión tiene como fundamentos clave: unos amores entrecruzados y apasionados, y sazonados con la pobreza y miseria de los personajes (realidad del momento) y un enfoque naturalmente tópico, taurino, cupletista y exportable a las américas, con la cual España se sentía muy unida, dado el cerco europeo. La belleza de nuestra gran Sara, su poder musical intepretativo -nada relacionado con una gran voz-, su dulzura y su capacidad para transmitir emociones, unido a esas músicas tan bien escritas del maestro Juan Solano, Juan Viladomat o Juan Solano, a los cuales habría que ensalzarlos mucho más ya que sin ellos sí que no se sostiene la película. Evaluada globalmente podría rebajarse a 4, pero "El último cuplé" es Sara Montiel, diosa de la belleza y de la atracción amorosa. La diosa Envidia versus Venus todopoderosa. El personaje María Luján crece durante el metraje y termina en un final colosal y pucciniano con ese cuplé inolvidable y genial del Relicario. No nos avergoncemos de valorar nuestros dramas musicales, sino tendría que darle la razón a Fernando S. Dragó que escribió un libro titulado " Y si habla mal de España, es español".

No sé claramente como empezar mi comentario de la película. Puede ser por no saber bien por donde coger el toro, es decir, Marilyn o la película; y es que verdaderamente son dos en una. El motivo del tema es "un hombre solo ante un pivón semejante" ya sea en vacaciones o durante el trabajo. El éxito de la Monroe tuvo que ser por fuerza fulgurante y así lo hizo la crítica catapultando a esta "ingenia chiquita" a la fama de un solo plumazo. Y es que supieron quitar el árbol de delante para ver el bosque. Sí. Porque detrás de esas esculturales curvas de la bella Marilyn, de esa cara fascinante y nítida de la venus de Wilder, del trabajo impoluto de maquillaje, había que encontrar a una actriz como la copa de un pino, que siendo guapa como ella sola, se hiciera pasar por ingenua , o sea, tonta; La gran Marilyn lo hizo magistralmente. Desgraciadamente en la mente de muchas personas quedó como tonta, pero está muy lejos de la realidad. Su trabajo no fue nada fácil, como tampoco el del sr. Willy. Oh, genio del cine. Ver hoy, en la distancia, a esta artista es pensar lo pronto que perdimos a esta dama del 7º arte.

Con que clarividencia se puede plasmar en fotogramas una realidad como la de Palermo. La sangre derramada frente al humor a espuertas. ¡Y no es una película de mafiosos! La franqueza del personaje la hubiera aplaudido el mismo Mario Moreno. El también maestro Cantinflas le hubiera regalado una gran sonrisa por la agilidad de su verborrea fecunda y hilaridad de sus diálogos y la ternura desmesurada hacia su María su verdadero amor. Nada nuevo bajo el sol que no hayan tratado magistralmente otros aún más grandes como fueron Quijote y Sancho, como hiciera Lazarillo. La alegría frente al dolor: dos caras de la misma moneda. ¡Bravo!
"Dedicado a mi mujer que está enamoradísima de "il Signore Roberto"

En un momento de la historia de la filmografía en que se utilizan todo tipo de medios técnicos para la realización de películas, ésta de Buster Keaton (The general), a falta de 16 años para su centenario, me parece una obra de Arte por la finura de su planteamiento y la resolución de la trama, amén del atrevimiento por su parte de poner a los sureños como protagonistas "buenos" en una norteamérica muy joven. Cierto es que la película utiliza una parte con efectos especiales, pero es una parte muy pequeña con respecto al resto. Este Keaton en plenitud de facultades artísticas o interpretativas, -que a pesar de su rostro hierático, de la estatura baja y de la sordera perpetua que se llevó de su estancia en Francia durante la 1ª gran guerra, lo hacen aún más genial, más entrañable, más dulce- es digno de ser visto de nuevo y encumbrado hasta el Olimpo de los dioses. Hoy, pasada la 1ª década del s. XXI, admiramos aventuras de mil tipos y mil trampas técnicas, adorando quizá más la técnica electrónica que el genio interpretativo. Siempre nos queda el cine mudo.

¿ Quién puede dudar que la película del aun todavía sufrible Jim Carrey es una película mala? Creo que nadie a quien le guste el cine, sea del tipo que sea, pero que por lo menos sea el buen gusto el hilo conductor. He querido destacar en ella el valor de la amistad; hasta dónde se puede llegar con una amistad irracional, ciega, desconsiderada, canalla y muchas veces egoísta; una amistad tan absurda como infantil, enmarcada en un : "Te tiero, pero no te tiero ver"; Sí, con "T" de tonto. Dos adultos como dos castillos con un coeficiente intelectual de 4 años. Sin embargo, sólo viendo la película desde este ángulo, podemos entender todos esos gags tan soeces. Pónganle cara de niño a esos dos actores y verán como cambian sus opiniones.