La serie es agresiva y desquiciada. La sensación es de un constante nervio y verla te da ganas de romper la mesa favorita de tus padres a mordiscos. Mucha gente la votará negativamente y no les culpo, pero a mi juicio es una manera perfecta de reirse y desahogarse con algo que simplemente destroza a mala leche la serie que todos conocemos y la lleva al punto de lo grotesco.

La serie comenzó con buenas espectativas. Una premisa sencilla e interesante en la que los chavales de una clase de instituto ponían al límite su sentido de la supervivencia en un juego desquiciado y un protagonista que quiere salvar a todos los que pueda porque ya vivió esto.


En principio esto posee los ingredientes para crear una historia interesantísima: descubrir qué o quién podía ser el rey, ver quienes vivían y quienes morían, ver las relaciones que establecían entre ellos... Pero la única intriga que puede dar esta serie es saber quien va a morir esa noche y como va hacerlo. Las demás premisas se resuelven de manera rápida y vaga, con explicaciones inverosímiles que dan hasta rabia cuando se ven. El ejemplo perfecto de una historia que se desinfla por completo y donde nada funciona. Además de eso la psique de los personajes es más simplona de lo que quieren hacernos creer: usando clichés para desarrollarlos y emociones bastante superficiales y forzadas para lo que realmente están viviendo.

Algo bueno que decir de la serie: la serie no resulta pesada, solo insípida. Lo mejor para mi fue la canción de la intro del principio que para mi gusto está muy bien.

El inicio de la película resulta muy interesante: se envían los cerdos a los granjeros y vemos como vive Mija con su supercerdo, Okja, en un paisaje increible; el cerdo le es arrebatado a Mija y ella se dirije a rescatarlo. Todo marcha bien hasta que llegan los malditos animalistas de esta película: un grupo de flipados liderados por un Paul Dano (Jay) al que hacen hablar como si estuviese colocadísimo. Estos ecologistas son guays, resolutivos y tan buenas personas que harían vomitar al propio Santa Claus. Bien, pues yo pensaba que la peli estaba haciendo una parodia de este tipo de gente, y en lugar de esto les pone como si fuesen el modelo a seguir. Espero que la sociedad no adquiera la idea de que ser un dogmático que prefiere que la medicina no avance antes de que para ello se sacrifique algún animal es algo guay (en el momento que aparece el tipo que no quiere comer nada porque para él todo alimento es fascista yo ya no sabía si reir o llorar).

Ideas aparte, esta peli nos deja claro al principio que los malos son muy malos y que los buenos son muy buenos. El argumento es terriblemente básico, maniqueo y ñoño y para reforzar la idea de que comer animales está mal nos presentan a Okja: una supercerda con una inteligencia casi humana que es usada por el director para que nos dé más pena cuando se la llevan (un cerdo normal no bastaba).

En resumidas cuentas: un argumento demagogo, culpabilizador, con personajes que son clichés con patas y que harán que te sientas idiota por haber visto la peli hasta el final.