Toca volver a hablar del hombre arácnido. Un mes después del fenómeno 'Endgame', Marvel nos presenta 'Spider-Man: Far from home' para cerrar la fase 3.

Esta nueva entrega del trepamuros funciona muy bien en líneas generales; es fresca, y llena de comedia y acción.
Por el camino nos encontraremos algunas referencias y momentos emotivos que nos sacarán una sonrisa y tal vez alguna lágrima.

Los actores se desempeñan de forma correcta, a destacar las actuaciones de Tom Holland (Peter Parker) y Zendaya (MJ), Jon Favreau (Happy Hogan) y Marisa Tomei (May Parker), y la aparición de Jake Gyllenhaal (Mysterio).
En el apartado técnico, los efectos visuales están bien ejecutados en las escenas de acción (algunas de ellas bastante destacables), aunque eso es algo a lo que Marvel ya nos ha acostumbrado en la mayoría de sus películas.
En cuanto a la banda sonora, mención especial para Michael Giacchino, que logra que sus temas se incorporen de una forma sutil y elaborada en toda la película.

Y ahora llega el eterno debate, ¿Hemos visto a Spider-Man realmente y todo lo que eso conlleva en esta película? Yo, no.

Es cierto que este actor se ajusta muy bien al papel de Peter, me gusta en muchos aspectos. También es cierto que se muestran atisbos de lo que representa Spider-Man, pero yo no he visto a mi superhéroe favorito como lo que es en esta película.
Y no creo que lo vaya a ver en el UCM. Funciona muy bien en este universo, lo estamos viendo madurar y eso me gusta, pero se avecina una nueva era para el trepamuros como vengador, (y quién sabe si como líder de estos), y aunque tengo muchas ganas de ver como se desenvuelve, no creo que volvamos a ver al Spider-Man que tanto significa y significó para muchos de nosotros.

Me encanta Spider-Man, es mi superhéroe favorito, aunque claro está que solo eso no era un indicativo de que esta película fuese a ser buena... Pero qué narices, he disfrutado como un enano viéndola, como aquel crío que se quedó boquiabierto en su momento con el Spider-Man de Sam Raimi y que desde entonces ha tenido al hombre arácnido en su corazón.

El guión puede parecer sencillo a priori si nos centramos solamente en que un superhéroe debe derrotar a un villano, pero es exactamente esa sencillez la que te explica qué son los universos paralelos, y en un momento y de una forma muy entendible ya tienes a 6 Spider-Man en pantalla, entre otros personajes.

Y qué personajes, y aunque todos tienen sus cosas, quiero destacar lo bien desarrollado que está Miles a lo largo de la película, y qué aunque te lo presenten de una forma cómica, no deja de tener profundidad, y es que han logrado captar la esencia de lo que es Spider-Man en esta película, y no solo en la cantidad de guiños que aparecen.

La banda sonora es perfecta, te embauca, te atrapa y te acompaña en la aventura de Morales de una forma increíble.

Y dejo para el final lo mejor de esta película y lo que la hace tan destacable; la pedazo de animación. Es simplemente maravillosa.

Sabía que esta película me iba a gustar porque no me puede no gustar una película de Spider-Man, pero después de esa magnífica Spider-Man 2 de Raimi, ha sido difícil ver algo tan bueno, y sentía que conforme más películas salían de este superhéroe, más se perdía su esencia. Y Spider-Man: Into the Spider-Verse ha vuelto a emocionarme como lo hice con el Spider-Man de Maguire, y aunque sí que es verdad que de una forma un tanto más comercial, me ha hecho sentir todo lo que sentí entonces.

Sin hacer comparaciones ni referencias respecto a la Suspiria de Argento, puedo decir con total seguridad que Guadagnino ha creado una gran obra.

Seis actos y un epílogo, divididos en 152 minutos, es lo que ofrece esta Suspiria llena de misterio, intriga y perversión.

Un metafórico guión envuelto en una estética increíble hará que te vayas encogiendo conforme avanzas.

Unos personajes desarrollados e increíblemente interpretados (a destacar la maravillosa Tilda Swinton).

Una banda sonora ejecutada a la perfección para acompañar esta psicológica creación.

Una fotografía brutal, unos precisos y minuciosos escenarios y unos fabulosos movimientos de cámara.

Todo esto te ofrece esta magnífica obra, y yo, tan solo puedo hacer una cosa después de visualizarla; Suspirar, suspirar y rendirme ante ella.

No vamos a profundizar mucho en la crítica de esta película, así que vamos a ser directos.
¿Es una buena película? Sí y no.

Vamos a explicarlo:
Cómo película del 'Universo Warren' deja bastante que desear, y aunque es cierto que deja algún que otro destello (ojito de cara al final), muy lejos está de aquel "The Conjuring" con el que tanto nos sorprendió Wan.
La historia es simple y los personajes son muy planos. No soy partidario de películas de terror excesivamente largas, pero media hora más le podría haber aportado más profundidad a la historia y los protagonistas.

Ahora bien, la película cumple con lo que promete, que es darte una buena dosis de sustos.
Y aquí es dónde entran en juego los ya tan famosos 'jump scares' o sustos baratos. El film funciona a base de ellos, poco tiempo te van a dejar para respirar entre sobresalto y sobresalto, y aunque la mayoría de ellos son predecibles, ptambién son efectivos.

En el apartado técnico es donde mejor funciona esta película, a destacar la maravillosa fotografía que te ayudará a introducirte en los momentos más espeluznantes.

Así que en conclusión, no es la mejor película del 'Warrenverso', ni de lejos, pero si no vas con demasiadas pretensiones a verla, disfrutarás de una aceptable película de terror.

Se le ha hecho justicia al cine de terror. Y lo ha hecho 'Hereditary'. Estamos ante la que probablemente sea la mejor película de este género del año, y para mi de las mejores de los últimos tiempos.

El guión, si bien no me atrevería a decir que es perfecto, pues siempre se encuentran errores después, poco le falta para serlo. Todo está medido al detalle y poco a poco todas las piezas van encajando. Y ahí es donde entra en juego su duración, 2 horas. ¿Excesiva para una película de terror? Para una convencional sí, pero Hereditary no es una película convencional. Todo está perfectamente medido para que, incluso puedas llegar a desquiciarte, hace que te metas en la piel de los personajes, crea tensión y angustia sin necesidad de enseñar, estira algunas escenas lo máximo posible hasta que tu pecho no puede encogerse más.

El apartado técnico es magnífico, la fotografía es espectacular, la banda sonora acompaña a la perfección cada momento y el montaje es realmente brillante.

Cómo aspecto negativo, aunque es algo más personal, hay algún detalle en el colofón final que no me acaba de convencer, aunque eso obviamente dejaré que lo descubráis vosotros.