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Críticas de FernandoArderius
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
7
29 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más Tarantino nos mostró su particular estilo en el que violencia, música y diálogos se funden en películas únicas -tanto en contenido como en estética- que le han llevado a convertirse en uno de los cineastas de culto de nuestra época.

El estreno de Django desencadenado causó cierto revuelo en Estados Unidos, ¿por qué?

En prensa ha destacado sobre todo las declaraciones del director afroamericano de cine Spyke Lee (Malcolm X o La Última noche), que criticaba el uso excesivo de la palabra “negrata” (nigger) en el filme, ante lo que su autor respondió que como escritor no tiene derecho a mentir y sí que tiene el de poner las palabras que considere oportunas en boca de sus personajes.

Polémicas aparte, 3.346 veces la palabra “negrata” pueden parecer muchas, pero Django desencadenado no es una película racista.

El doctor alemán King Schultz (Christoph Waltz) es un supuesto dentista que en realidad se dedica a matar gente por dinero. En su próximo trabajo necesita la ayuda de Django, (Jammie Foxx) un esclavo negro al que libera y con el que se asociará ya no solo para un trabajo, si no hasta conseguir rescatar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), también esclava, de las garras de Calvin Candie interpretado por un magnífico Leonardo DiCaprio.

Entre espectaculares paisajes y bandas sonoras la pareja de cazarrecompensas va dejando su huella sangrienta por el oeste americano, sin importar quién se cruce en su camino, aunque sea el Ku Kux Clan comandado por el terrateniente al que da vida Don Johnson.

Pero mientras la ves, te das cuenta que no todo son tiros y que esta no es una película más de Tarantino. En las casi 3 horas que dura –que por cierto no se hacen largas- se respira ese aire que intenta hacer reflexionar al espectador, algo prácticamente inédito en el cine tarantiniano, sobre todo cuando se va avanzando del spaghetti western inicial hacia el drama.

Un drama crudo, real, una tragedia sobre la esclavitud y el racismo que nos cuenta el de Knoxville, pero en la que es inconfundible su sello personal extravagante que no se desgasta con el paso de los años. Quentin Tarantino lo ha vuelto a hacer, vuelve a sorprendernos con Django desencadenado, sin duda uno de los estrenos del año que no deberías perderte.
FernandoArderius
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5
31 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La novela On the road (1957) de Jack Kerouak narra las aventuras en coche de varios amigos por Estados Unidos y México a finales de los años 40. Dirigida por el brasileño Walter Salles, por fin llega a nuestros cines un libro clave de la denominada generación “beat” de escritores estadounidenses de los cincuenta que influiría después en el movimiento hippie.

Un viaje a pie y en coche que tiene como protagonista a Sal Paradise (Sam Riley), un neoyorquino aspirante a escritor que tras la muerte de su padre solo encuentra inspiración en la reciente amistad de Dean Moriarty (Garrett Hedlund) y su atractiva esposa Marylou, interpretada por una Kristen Stewart cada vez más madura en la pantalla aunque su papel no sea muy extenso.

A falta de musas y experiencias nuevas, los tres amigos realizan un viaje por todo Estados Unidos en el que coquetearán con las drogas, el sexo y los sentimientos a ritmo de jazz mientras intentan recomponer lo que les queda de sus vidas. Por el camino se encontrarán con todo tipo de personajes –destacan Kirsten Dunst y los siniestros Steve Buscemi y Viggo Mortensen- y situaciones que les harán crecer, cambiar y reflexionar sobre sus vidas, para acabar desembocando en un triste final de su amistad.

El libro On the road fueuno de los pilares básicos para afianzar la contracultura en Estados Unidos, pero ese espíritu se diluye en la adaptación al cine. Los personajes son jóvenes, guapos, simpáticos pero sus acciones no suceden de forma natural y en ellas falta cierta autenticidad.

Si bien es cierto que al principio te interesas por la trama, -en esto ambientación y fotografía tienen mucho que decir - sobre todo con la rápida sucesión de viajes y encuentros y desencuentros amorosos, el esquema de viaje/aventura acaba aburriendo y se echa en falta algo más de profundidad en los diálogos e interpretaciones y no tanto música rápida; a veces incluso te llegas a preguntar si estás viendo una adaptación de Eurotrip en los años 40.
Francis Ford Coppola adquirió los derechos de En el camino en 1979 y hasta dar con Walter Salles (Diarios de motocicleta, 2004) no se lanzó de lleno al rodaje, pero el brasileño se queda en la superficie. Un reto de este calibre no es algo sencillo, pero su gran fallo es que no interioriza en sus personajes y se quedan estereotipados en ocasiones como simples clichés que no transmiten apenas nada y dejan al espectador indiferente frente a su futuro.

Aprobado muy justo como película –le sobran 20 o 30 minutos- y suspenso como adaptación de la novela de Kerouak, la cual es el mejor camino para conocer de primera mano la historia de los padres de la Generación Beat.
FernandoArderius
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Megamind
Estados Unidos2010
6,4
17.362
6
31 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la ciudad de Metrocity el supervillano Megamind (Will Ferrell), el genio más malvado que existe, intenta hacerse con el control de la ciudad pero durante años siempre ha fracasado por culpa de Metro Man (Brad Pitt), el engominado héroe que siempre se lo ha impedido, algo no muy difícil porque no es que se lo ponga muy difícil que digamos. Pero sorprendentemente, el malvado genio azul acaba venciendo a su eterno enemigo y por fin domina la ciudad, pero se da cuenta de que se encuentra muy solo y que eso no era lo que quería.

Entonces decide fabricar un héroe para enfrentarse a él, y así convierte al triste cámara de la periodista a la que ama, Roxanne (Tina Fey), en Titán (Jonah Hill), pero su creación le sale rana, ya que este pretende ser el nuevo dueño de la ciudad. Es entonces cuando el supervillano más malvado y más inteligente de la historia tiene que decidir qué hacer: ¿Salvará la destrucción de Metrocity convirtiéndose en el bueno o no hará nada para impedirlo?

Megamind es en su conjunto, una parodia de las películas de superhéroes tradicionales, sobre todo de Superman, que es ridiculizado con la figura de Metro Man, repleta de clichés. A ritmo de ACDC y Michael Jackson, y con diversos guiños (al Padrino, a Obama, etc) la película va avanzando y va quedando el mensaje más importante de la película, el de que si se lucha por conseguir lo que quieres lo acabas consiguiendo, sin importar lo que la gente piense de tí.

El mejor punto: La capacidad de hacer reír al público con los diálogos, o con el gran número de guiños y parodias que hay en el film.

El peor punto: La falta de profundidad de los personajes. El único que se quizá se salva de esta falta de personalidad es el protagonista, Megamind. Los demás personajes secundarios se limitan a cumplir, con sus acciones y sus palabras, lo que se espera de ellos, ni más ni menos.
FernandoArderius
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2
31 de marzo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se puede afirmar que las grandes estrellas del cine aseguran –o por lo menos favorecen- los taquillazos, pero eso no es sinónimo de que la calidad también vaya acompañada de de ellas.

En este caso, Trespass cuenta con las dos grandes bazas que suponen Nicole Kidman (Óscar como mejor actriz principal por Las Horas; La intérprete) y Nicolas Cage (Óscar como mejor actor principal por Leaving las Vegas; 60 segundos), pero la calidad de la película que dirige Joel Schumacher (Última llamada; Batman forever) es inversamente proporcional a la fama de sus actores.

Personalmente nunca he encontrado especialmente dignas de mención la mayoría de las actuaciones de ellos dos, especialmente las del californiano, -con unas interpretaciones en mi opinión muy parecidas- y esta ocasión no es una excepción.

Dicho esto, también hay que decir que el guión no les ayuda precisamente a lucirse; unos secuestradores retienen a un matrimonio y a su hija hasta abrir una caja fuerte y darles lo que quieren, es una situación muy tensa que les lleva a hacer cosas nunca pensadas, pero que les ayudará a solucionar sus problemas y quererse como una familia feliz.

El mejor punto: Las escenas de acción pueden llegar a ser salvables.

El peor punto: El guión en su totalidad.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
FernandoArderius
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7
31 de marzo de 2020
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Chile, 1988. Ante la presión internacional, el dictador Augusto Pinochet se ha visto obligado a convocar un referéndum en el que los chilenos y las chilenas tendrán que decir SÍ o NO a su gobierno.

A todas luces el resultado será amañado, pero es una oportunidad única para acabar con 15 años de dictadura, así que la oposición convence al joven publicista René Saavedra (Gael García Bernal) para que les ayude a idear la campaña del "No".

Tan solo cuentan con quince minutos diarios durante un mes, pero centrándose en la alegría de la Chile que quiere cambiar, René y su equipo conseguirán cambiar el rumbo de la historia del país.

Todo esto es lo que se narra en NO, la tercera cinta –que no tercera parte de una trilogía- del director chileno Pablo Larraín y algo ha debido de hacer bien, porque es la primera cinta de este país nominada para los Óscar, concretamente como Mejor Película de Habla No Inglesa, además de recibir el Premio Quincena de Realizadores del Festival de Cannes al mejor largometraje y ser elegida en el Festival de La Habana también como mejor película.

Y efectivamente, algo ha hecho bien. No se trata simplemente de una película histórica que cuenta lo que ocurrió en torno a este plebiscito, si no que va más allá, nos describe de una manera muy fidedigna la dictadura militar chilena de finales de los 80 pero no lo hace únicamente con los hechos históricos o con documentos o vídeos (tiene dos años de trabajo de investigación), si no que integra perfectamente realidad y ficción consiguiendo un resultado redondo.

Es rápida, sorprende, te hace reír y entretiene y emociona a partes iguales, pero sobre todo, “NO” es la historia de la lucha de unos contra otros por defender la Chile que ellos creen correcta pero a través de la propaganda, la publicidad y finalmente los votos.

Como comentó el propio director en la rueda de prensa posterior al pase junto al protagonista, el filme no provoca indiferencia y no es condescendiente con ningún sector, se habla de unos y de otros por igual y se consigue finalmente un testimonio muy real y objetivo para poder entender el principio del fin de Pinochet.
“Poca gente sabe como salió del poder” afirmó Pablo Larraín en la rueda de prensa posterior al preestreno en Madrid, además de añadir que el dictador no fuera encausado y que muriera libre y millonario es una llaga abierta en América Latina.

Por ello Pablo Larraín decidió realizar esta película, su objetivo era “generar una reflexión”, y lo consigue con una gran largometraje, pero también señaló que sin la memoria histórica no se puede comprender bien el presente y que actualmente a veces “solo se piensa en la inmediatez y eso es muy peligroso”, advirtió el director.
FernandoArderius
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