La nueva película estrenada en Netflix: "Fragmentos de una mujer" es otra muestra más del ineludible camino hacia el cine en casa. En este caso podemos apuntar a que estamos ante una muestra muy positiva, gracias al gran papel de Vanessa Kirby la actriz protagonista del filme.
En primer lugar, es preciso relatar que lo que nos muestra el director Kornél Mundruczó, quien destacó por su éxito "White God", es un auténtico drama plagado de profundas y emotivas escenas que describen el dolor que siente una mujer y su pareja (el actor Shia LaBeouf) al perder a su hija, quien fallece nada más nacer.
La sensación de dolor y pérdida va a estar encarnada de manera excelente tanto por Shia LaBeouf, actor que busca reivindicarse en el ámbito cinematográfico, y que vuelve a cosechar una actuación bastante sólida como ya hizo con "La familia que tu eliges", y sobre todo, la sublime actuación de Vanessa Kirby que la hace emerger como una de las grandes actrices del momento. Los personajes de ambos actores, supondrán dos formas distintas de velar por la pérdida, desde la explosión de sentimientos del padre de la fallecida niña; hasta la inhibición y la negación de la madre.
En resumen, podemos esclarecer que nos encontramos ante un gran drama, poblado de escenas amplias con importantes planos secuencia como la escena del parto del principio del filme, y el agudo enfoque establecido por el director buscando en todo momento mostrar gestos, objetos y sensaciones dentro de un terrible hecho como es la muerte de un bebe recién nacido. Como guinda a todo esto, situamos la gran actuación de Vanessa Kirby.

Jojo Rabbit una película interesante por su visión desentendida del periodo nazi en Alemania, con una actuación estelar de la actriz Scarlett Johansson que junto con un gran elenco que van desde el pequeño Roman Griffin al propio Taiki Waititi (director del filme) no dejará indiferente a nadie.
La película sin ser una gran maravilla, esboza de manera sátira todos los clichés que rodearon al nazismo y al propio Adolf Hitler. Asimismo, con gran perspicacia demuestra la importancia de la amistad por encima de unos valores y principios que para muchos alemanes de la década de los treinta y cuarenta lo suponían todo.
A pesar del desenfrenado humor que en algunos momentos no termina de dar con la tecla y una película que por momentos no termina de explotar, sí que podemos aludir a un filme entretenido y original en su visión de este periodo histórico que tantas películas, libros y series de televisión ha dado a nuestra cultura.

Sí Captain Tsubasa nos atrapó a todos los espectadores de los ochenta, los noventa y la primera década del siglo XXI con lo emocionante del deporte rey, el fútbol; Haykyu! consigue un reto mucho más complicado como es el de hacer que el espectador sienta unas ganas irrefrenables por jugar a un deporte no tan considerado como es el voleibol.
Este es el gran punto fuerte de este sublime serie de anime, cuyos objetivos no son otros que los de entretener a los más jóvenes (y no tan jóvenes) con una gama de personajes excelentes, muy bien esclarecidos y con un retrato psicológico bien desarrollado para cada uno de ellos; al mismo tiempo, tiene como meta la de enseñar todos los entresijos propios del deporte del voleibol, ya que estamos ante una serie cuyo vehículo es este juego y que en todo momento se muestra muy didáctica a la hora de explicar las diferentes posiciones y funciones de cada jugador en la pista; y por último, y quizás más importante, es una serie que puede hacer que en una generación con un ocio determinado por la videoconsolas, teléfonos móviles u ordenadores, surja el afán por practicar un deporte, donde se premia el esfuerzo y el compañerismo.
Por lo tanto estamos ante un éxito en toda regla, muy por encima de otros animes ya míticos basados en deportes como es el caso de Slam Dunk o la mítica e intocable Captain Tsubasa.

Mario Casas, vuelve a cambiar de aspecto en la nueva película estrenada por Netflix, que vuelve a ser otra muestra del inexorable camino al cine de plataforma.
En el filme dirigido por Carles Torras, quien también participará en el guión, se nos muestra a un siniestro personaje, al que Mario Casas dará vida, con cierto aumento de peso, y como su vida cambia tras un accidente laboral y lo que ello le conllevará a la convivencia con su pareja y las personas de su entorno.
Lo más destacado del largometraje sin lugar a dudas es el gusto de Mario Casas por el cambio de su aspecto como ya mostró en "El Bar" o en "El fotógrafo de Mathausen", y que hace que nos acordemos del gran Christian Bale, un experto en este tipo de papeles. No obstante, su cambio de aspecto no va a incluir una actuación memorable, ni un desempeño que nos haga pensar que estamos ante un antes y un después en la carrera del actor gallego. Por otro lado, volvemos a ver a la actriz francesa Déborah François, y al veterano intérprete Celso Bugallo.
El gran problema de la película es su constante uso de clichés propios del cine de terror al igual que hace que veamos escenas que nos recuerdan a otras películas muy conocidas.
En resumen, no estamos ante una película que busque innovar, pero sí que cumple con el gran objetivo de la misma que es el de entretener.

La película dirigida por Albert Pintó es otro de los muchos ejemplos de como el cine de terror ha quedado relegado al mero susto, y a la repetición de clichés que sin duda han acompañado a este género desde estas dos últimas décadas. A diferencia de "Verónica" y "Rec", películas bastante exitosas en taquilla y bien recibidas por la crítica, este filme que ha contado con una importante publicidad, augurando promesas de marcar un antes y un después en el cine de terror español, se queda a medio camino, conjuntando aciertos con errores.

Unos aciertos, fundamentados en la gran ambientación tanto del pisa de la popular calle madrileña, y en el ambiente post franquista que rodeaba a la Madrid de la década de los setenta. A este bien desarrollado ambiente, le acompaña una más que notable actuación de la actriz Begoña Vargas y el actor Sergio Castellanos, al igual que la mayor parte del reparto.

No obstante, los repetitivos clichés de este género que rodean a la película, y el intento de imitar lo hecho en los últimos años por sagas como "Expediente Warren" e "Insidious", invitan a una falta de originalidad que se refuerza con la historia que rodea a todo lo paranormal que se sitúa en el piso en el que se desarrolla la mayor parte del filme.

Aunque la película crece y genera atmósferas de tensión con mucho tiento, el filme no termina de dar con la tecla para que hablemos de una película que podría haber sido mucho más de lo que parecía.