Peliculón de los grandes éste que echaron ayer en el canal Nitro. La historia acontece al final de la 2ª Guerra Mundial en un pueblo vinícola del norte de Italia. El protagonista principal es el personaje del pueblo que es nombrado alcalde por los no menos alcohólicos entrañables habitantes del lugar.

Los nazis llegan al pueblo queriéndose apoderar de toda la vendimia, pero "nuestro héroe" los engaña haciéndoles creer que todo lo que hay son 310.000 botellas. El oficial que no es tonto (nótese la ironía) hace inventario y se da cuenta de que son 317.201 las botellas cuando ésto sólo es la quinta parte. Si tenemos en cuenta que el pueblo tiene 1.200 habitantes, nos damos cuenta que tocan a 1.321 botellas por habitante, es decir mas de 3 botellas y media por habitante al día, lo cual da cuenta de lo rentable que saldría hacerse una clínica de rehabilitación del hígado en Santa Victoria.

Mención especial a la dura negociación con el alto oficial nazi del susodicho personaje y disputas familiares con su mujer, además de los pitillos que recoge del suelo a medio fumar por el capitán nazi y botellones en la plaza.

La peli tiene un mensaje muy claro: da igual la familia, da igual que asesinen a tus colegas y amigos, da igual que llamen mal bicho a tu esposa, que invadan el país y media Europa esté en guerra, que te torturen o te humillen... Lo más importante de todo es tener vino y que no falte la priva.

Fui un poco engañado a verla al cine. Mi novia me dijo que era de la época colombina, conquistadores, etc ya que ese género histórico me gusta. Me imaginaba algo sino ya del estilo de Aguirre la cólera de dios, algo como el Dorado de Carlos Saura o La misión o tal vez 1492. Nada que ver señores. En el film transcurren 2 historias paralelas: la del equipo de rodaje que pretende hacer una película colombina a toda costa y la de los lugareños, cuyas pretensiones es sacarse unas pelas a costa del asunto, pero con sus problemas comunitarios.

Desde el primer minuto ya empieza a aburrir con un tostón social intentando un debate muy manido acerca de indigenas=buenos/conquistadores=gente que lleva la maldad, en el que se involucran los miembros del rodaje. Es decir nada nuevo.
Por otra parte tenemos la problemática social del agua en Bolivia para lo cual existen documentales.

La carga dramática es completamente previsible y el guión lineal (ni flashbacks ni ningún recurso atemporal del estilo). Los que sean de lágrima fácil, tienen más oportunidades de llorar con Beethoven 5, cuando se separan el protagonista perruno y su compañera sentimental.

En mi opinión el cine español tendría que centrarse en lo que mejor sabe hacer: las pelis macarras como Perros Callejeros, El pico, El día de la bestia, e incluso Celda 211, por poner algunos ejemplos( que por cierto: ¿no se está sobreexplotando un poco la imagen del Tósar?), que aunque sea un cine sin pretensiones intelectuales, si que lo es a nivel de entretenimiento, lo cual debe ser siempre la base del celuloide.