Creo que tenía unos diez años cuando pude ver la "Scream" original. Wes Craven me había aterrorizado previamente con Freddy Krueger. "Scream" revitalizó en los 90 el género "Slasher" tan sumamente denostado, como si fuera un género menor dentro del cine de terror.

Esta nueva pero conocida "Scream" es todo lo que el fan de la original siempre quiso. Y la misma película hace gala de ello. Con el reparto original, personajes que ya nos son casi familiares. Echábamos de menos la parte cómica que aportaba Courteney Cox, la protagonista superviviente y ahora "badass" Neve Campbell y el entrañable David Arquette como Dougie, se juntan a un reparto casi desconocido de jóvenes carismáticos y nos reviven la historia de Woodsboro. El nuevo casting están perfectamente elegidos.

Este "comeback" reabre de nuevo el género de puñaladas, cuchillazos y muertes a manos de Ghostface y la película es tan divertida, se ríe tanto de sí misma, juega con la nostalgia del espectador y para los fans del cine de terror en general, es una auténtica delicia, porque es metacine. La película tiene tanto homenaje oculto (o no tanto) tantos guiños, desde nombres, música, escenas, etc. Es un auténtico homenaje, no solo a su creador, Wes Craven, es un homenaje a Carpenter, a Hitchcock pero sobre todo a aquellos que vimos "Scream" alquilada del videoclub o en pantalla grande.

"Scream (2022)" no te dejará indiferente, porque juega con maestría al despiste, es acción a raudales, es nostalgia, es suspense, es fotografía, es Ghostface detrás de ti. Es simplemente puro entretenimiento del bueno, ¿lo mismo? diría que un sí pero no, y si es un sí, me ha encantado verlo. Cuando las cosas se hacen desde el cariño y con buena base, nada puede salir mal.

"Vota Juan" era el comienzo de lo que parecía ser una serie de comedia, donde las situaciones se enrevesaban de una manera que el espectador no podía más que reír o llorar. Porque cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. En esta tercera temporada "Venga Juan", la comedia se aparta a un lado como ya lo fue haciendo en su segunda temporada "Vamos Juan". Aunque conserva en los personajes de Javier Cámara y Esty Quesada esas sonrisas cómplices, porque en ellos la vis cómica es muy potente. Esta serie tiene tres puntos a su favor : el reparto, el guion y el ritmo.
El reparto es colosal, la química existente entre Javier Cámara y María Pujalte traspasa la pantalla, sus frases, sus silencios, sus miradas, ese quiero pero no puedo. Pero hay que destacar por encima de todo a Javier Cámara que rezuma ingenuidad, torpeza e ignorancia a raudales. Es un personaje que aún siendo mezquino, no puedes llegar a odiarlo.
El guion entremezcla la comedia, con la ironía con momentos dramáticos a la perfección. El último capítulo de esta temporada más que una serie, podría ser una película en sí mismo. Es fantástico.
"Venga Juan" lleva un ritmo constante, no se hace aburrida de ninguna de las maneras y aunque no se pueden comparar, pero es inevitable que "Venga Juan" quizás beba de la película "El Reino" de Rodrigo Sorogoyen, aunque aquí no hace falta ningún Antonio de la Torre, porque ya está Javier Cámara para dar demostrar que su talento es inconmensurable aunque proceda del mismo Logroño.
Para quien guste de entresijos políticos, a veces podría decir que es una mezcla de "House of cards" sumado a "Paquita Salas". Muy recomendable.

No nos gustan los villanos muy villanos, ni los buenos buenísimos. Nos gusta la gente real y en "Todo lo otro" es precisamente eso lo que se muestra. Personajes complejos con sus más y sus menos, con sus problemas, con sus dramas, con sus líos, sus deseos y frustraciones y una maravillosa naturalidad y costumbrismo en un Madrid moderno, un Madrid siempre acogedor y un Malasaña por el que siempre gusta pasear. Es obvio que el guion ayuda a que el espectador reconozca esas escenas diarias compartiendo piso: "queda tortilla, pero es de ayer, no sé..." o tantas otras situaciones que en menor o mayor medida hemos vivido, visto u oído. Esa banda sonora que a veces es pura nostalgia, ese "Greta y los Garbo", esa fotografía de las calles madrileñas, esos "speechs" de Dafne, esa voz en off que se ríe de la obviedad, de los momentos de vergüenza ajena, que reparte verdades como puños.
"Todo lo otro" es fresca, divertida, real y el reparto podría ser cualquiera de tus amigos que se quejan en un trabajo de mierda, que anoche tuvieron un rollete con el de "Tinder" pensando que sería su amor verdadero, que van al "Mad Cool" que salen a comer un kebab porque entra hambre y punto. "Todo lo otro" es la realidad, porque no necesitamos de artificios, ni efectos especiales para contar historias, en el día a día hay mucho jugo y bien lo sabe Abril Zamora que nos regala esta maravilla. No solo con su actuación, si no con ese guión, con ese ritmo narrativo y con el elenco que va desde lo entrañable hasta lo hostiable. Maravilla.

No hace falta esperar al último capítulo final, de la que espero que sea la primera temporada de varias, para poder decir que ver un capítulo de la misma, te arregla el día.

Si la comparamos con sus hermanas, sale perdiendo y por mucho. Expediente Warren 3 se convierte en la típica película de terror predecible y en ocasiones cómica. El guion pésimo y no la pueden salvar ni Farmiga, ni Wilson. Ni nada, porque es olvidable, carece de escenas de tensión y no aporta nada reseñable. Las comparaciones son odiosas, pero la 1 nos recuperó el género de casas encantadas con James Wan al mando y su secuela, al menos nos dejó en la retina a esa monja a lo Marilyn Manson, pero esta pasará al pozo de pelis para echar un sueño y que no te lo quite precisamente...

Empieza con un plano de película rural, con la parsimonia de una vida en el campo tranquila, la lentitud, la calma, el sosiego. David y Javi dos amigos, David dedicado a Javi, una deuda moral y personal que hace que lo cuide como si de un hermano se tratase. Javi, postrado en una silla de ruedas, atrapado en su propio cuerpo. Y la película transcurre sin artificios, sin efectos, sin ni si quiera mucho diálogo, pero David Pareja y Javier Botet comienzan a darle sentido a todo. Y dónde había luz en los planos, cada vez se cierne más oscuridad y dónde todo parecía de una manera, puede que sea otra cosa. Al final viendo este tipo de largometrajes, lo que más se resalta es la calidad interpretativa y en este caso, se cumple. Tanto David Pareja como Javier Botet no necesitan de nada más y llenan el espacio, llenan los silencios, llenan toda la película. "Amigo" es una película pequeña, discreta, pero que merece un visionado para recordarte a otras películas de forma ligera y asfixiarte. Porque consigue asfixiarte. Interesante, más que interesante. Porque aunque no sea perfecta, ni una obra maestra, logra seducirte con ese "tiene un no sé qué, que qué sé yo".