“Que suene la música” esconde un bello mensaje, que se desvela de forma agradable.

No es una película profunda, seguro que lo intuyen, además, no intenta serlo, sólo es un reflejo, un destello, que se resuelve de forma predecible, y, por eso mismo, es una película ligera, que trata temas difíciles. Con menos música y humor que su predecesora y comparada Full Monty, pero con un trasfondo quizá más interesante.

Pero saben, aunque sea una peli de cine de tarde, el bonito mensaje que esconde habla de compartir. Y, aunque parezca raro, las protagonistas (que lo hacen muy bien) no comparten música, comparten primero su tiempo y luego sus miedos y sus amores, por eso me resultó agradable, porque es un homenaje a un grupo de personas que deciden unirse y compartir, para ser más fuertes, y aunque el homenaje se presente de forma sencilla, es bonito recordarlo de vez en cuando.

Como advertencia. No es una peli histórica, ni bélica. No es la serie Vikingos, ni tampoco the Last Kingdom. Es una serie de “valores” ancestrales asociados al mundo nórdico. Se nutre de la literatura (poemas épicos) que crea Beowulf, no de la que crea a Ragnar (sagas).

Es una historia de un “héroe” vikingo, es un cuento oscuro, lleno de testosterona, odio y misticismo. Ambientada en una austera y bella Islandia, más bella cuando más mística se presenta, en contraste con la realidad que refleja.

Es la visión de un director de un mundo pasado, partiendo de un cuento épico. Tras conocer la historia se entiende que fuera fuente de inspiración de Hamlet.

Creo que, si no esperas un gladiator nórdico, y sólo te dejas llevar por esta oscura epopeya, la podrás disfrutar. Podrás disfrutar de la tragedia, las imágenes y las interpretaciones. Si buscas otra cosa, no tengas prisa en verla.

Me tocó acompañar a dos niñas, entre renegando y con dudas, pero salí contento de haberlo hecho. Pensé que iba a ver un truño, quizá por eso puedo decir que me gustó, no hay nada como aumentar las expectativas.

Es lo que es, lo que intenta ser. Una peli para ver a Milla matando monstruos, y está bien hecha.

Sólo dos pegas, que es para palomitas, y la pandemia las prohíbe y el pelo que le ponen a Ron Perlman. Por lo demás, si quieres desconectar de la estresante realidad y te gusta hacerlo con este tipo de pelis, es una buena opción.

Muy buena serie de ciencia ficción. Sirva como detalle, no conocía el juego, no soy fan de los batallas intergalácticas, con este currículum, he de decir que me ha gustado, de hecho me ha enganchado, esa antigua sensación de estar deseando que llegue el siguiente capítulo, especialmente en la temporada 2. Tiene historias y personajes secundarios que la debilitan, pero en conjunto me ha sorprendido gratamente. Si entre la gran oferta actual quieres una serie de ciencia ficción para evadirte y engancharte, esta es una buena opción.

Predecible. Muy bien interpretada. Falta de profundidad. Tierna, sensible. Un guion sencillo, para lo bueno y lo malo. Lastra el personaje de Laia. Idílico el profesor. La historia retrata un mundo a punto de desmembrarse.
Me hizo sentir. Y nos recuerda el valor de las historias como homenaje póstumo a nuestros seres queridos, recordar quienes fueron, conocer sus vidas; que si no conoció en vida, sólo puede buscarse y desenterrarse. Aquí se ha hecho en un pequeño pueblo burgalés. Siempre es recomendable revisar nuestro pasado, aunque sea solo una foto de un instante, captadas por un mirada particular, eso es está película. Sí pueden échenle un vistazo y conozcan una de la múltiples historias que marcaron un momento de nuestra historia tantas veces revisado, tantas veces ensuciado, enterrado.