Sábado noche. Tengo catarro (no parece COVID-19) y me voy pronto a la cama. Me digo, porqué no probar?. Después de ver a Lali Espósito en La Resistencia, de buen rollo y regalando un sofá, se intuye presupuesto y un buen marketing. Ella parece enrollada. Caigo. Debido a mi estado de debilidad y las pocas ganas de moverme de la cama, aguanto 2 miniepisodios. No encuentro el mando, estoy hecho polvo, veo el tercero, empiezo a pensar que quizás tengo COVID. Cojo el iPad y me pongo en modo multipantalla. Consigo llegar al final del cuarto capítulo. Ya basta, un catarro de caballo, o lo que sea, no justifica esto. Por fin encuentro el mando. Es ya es un tema personal. Ni la historia me importa, ni me va a importar. Me aburro mucho. Nada es creíble.

Alex Pina, ya te he calado des de la tercera temporada de La Casa de Papel. Por favor, deja de abusar de los flashbacks para llenar. Cortan mucho el rollo.

Apago Netflix y me pongo a ver sábado noche, en la sexta. Hasta que me duerma. Es más divertido.

Es simplona y previsible. Tópica. Algunas escenas se hacen largas y los personajes no tienen profundidad, son poco creíbles y en algún caso, caricaturescos. A pesar de todo eso se deja ver. Es simpática. Recomendable para hacer rodillo en estos días de confinamiento. Lo mejor con mucha diferencia la música. La banda sonora es muy superior al resto de partes de la película.

Aquí los efectos especiales son las emociones. Con una historia sencilla, Fesser consigue hacer algo muy complicado. La mezcla es irresistible. Envuelto siempre en humor, explica una historia cercana donde se van cruzando los sentimientos de sus protagonistas: la superación de personas con la línea de salida ubicada mucho más atrás, el aprender a ver la vida con otros ojos, el respeto a la diferencia, la sensibilidad de los que hablan poco pero cuando lo hacen te dejan mudo, los valores que a veces olvidamos, las situaciones que sin darte cuenta te cambian para siempre, las ganas de vivir... Se respira sinceridad y honestidad en cada toma. Consigue hacer gigante el pequeño mundo de un pabellón de barrio, inmensas las vidas de sus protagonistas.

Para mi es la gran sorpresa en mucho tiempo. La valoro tan alto porqué lo que me da es todo lo que busco en una historia, no hay más. Me ha sumergido en una emoción permanente, me ha hecho pensar al mismo tiempo que lloraba de risa. Me ha desconectado aprendiendo y no me ha soltado ni un solo segundo. Hoy yo también me he sentido uno más del equipo.

No diría decepción, porqué se deja ver y tiene ritmo, pero el tema es que no me creo la historia, no acabas de entrar nunca, y con toda la trascendencia que en algunos momentos te quiere servir, me entra la risa, y pasa a ser la historia de una "yonqui" enfurecida y superdotada. La originalidad y el suspense inicial, dejan paso a las escenas de acción y el nacimiento de una nueva estrella pop, pero ese tramo final, ¡por Dios!, ese tramo final, a ratos John Woo, a ratos Avatar, no me pega, y lo diré más alto, no, no, y no me pega nada. Es la historia de lo que podía haber sido y no fue.

Si esperas una diversión por encima de la media, justito, si quieres pasar un rato entretenido, ahí estamos, si amas a Scarlett, vas a disfrutar con los numerosos planos a dos centímetros de su cara, aunque a mí me gustaba más el famoso selfie.

Noticia!! hay guión !! y bien cerrado, a medida que avanza, el rompecabezas empieza a cerrarse y lo desconocido abre sus misterios a los ojos de Jack y los ojazos de Julia . La música es deliciosa, encaja perfectamente con la historia. En resumen que si os gusta la ciencia ficción esta es de las buenas. Y Tom Cruise nunca se va hacer mayor??