No puedo evitar la analogía de esta película con un puzzle. Al principio, las pocas piezas con las que contamos parecen no encajar, y esto no cambia hasta bien entrada la primera hora, resultando incoherente, absurda y la verdad, bastante aburrida. Pero varios destellos conforman los pilares del argumento y una vez las piezas encajan unas con otras, se empieza a formar un cuadro que revela el argumento latente de la película, y puedo decir que hasta el ultimo segundo no dejará de sorprenderte. Así que no tires la toalla ante esta obra maestra, que utiliza matices de inesperado thriller, una comedia que pese no convencerme, resulta diferente y renovadora mezclado con un romance apartado de los clichés occidentales y las pautas hollywoodense. Además contiene una última capa que me recuerda inevitablemente al anime, algo que sabrá apreciar la gente de este mundillo.

En resumen, una buena película que no superpone a nada que haya visto hasta el momento, y aunque a falta de un buen gancho al principio lo suple con un esplendido final.

Scorsese ha sabido unir artes como son el cine y la magia, incluso la literatura o la mecánica con el pegamento llamado Hugo. Un gran homenaje a Georges Méliès, ha capturado la esencia del cine, que es algo tan simple y complejo como la magia, ha conseguido deslumbrar la mirada de ilusión de un niño en la de un adulto.

Quizás sea una película para los mas pequeños, pero como su propia esencia, tiene esos destellos que solo un adulto puede llegar a percibir. Puede que peque de clichés del cine, pero ha seleccionado minuciosamente esos momentos que hacen que el cine sea cine, los sueños dibujados en un celuloide.

Para los que quizás la primera hora de película os resulte pesada, continuad pues solo es un prologo, una presentación del truco que a continuación se va a realizar y finalmente os sacará una sonrisa.

Posdata: Firmado un mago.

Se nos presentan unos engranajes que parecen no encajar, mas una vez cada uno en su sitio y bien montados, veremos esta maquinaria de acción empezar a andar hasta que esté en funcionamiento la plenitud de este guión, momento en el que no parará hasta cumplir su objetivo, ese que solo Guy Ritchie consigue tallar en sus películas como Snatch o RocknRolla.