Es verdad que quizás, si en el lugar de Bardem hubiera estado otro actor, un buen actor digamos, simplemente bueno y no inmenso como Bardem, probablemente Biutiful no me habría dado el mismo efecto de un proyectil que te revienta el estómago.
Pero como no me puedo imaginar ningún otro ser viviente que pueda interpretar el papel del protagonista de manera tan magistral, mi opinión sobre la peli no puede prescindir de la actuación impresionante de este hombre.
Biutiful me atrapó desde el minuto cero hasta el final, me agarró y me arrastró consigo en lo más hondo de las emociones humanas. La encontré muy dura, como dura y dificil es la vida misma. Dura de aceptar. Dificil de vivir. Tan dura y tan dificil que a veces no nos lo creemos, que puede llegar hasta ese punto.
No estoy del todo de acuerdo con los que le crítican a Iñárritu el hecho de haber cogido demasiados temas drámaticos para mezclarlos todos juntos (aunque, sí, yo me hubiera ahorrado la parte del medium), ya que el retrato del protagonista y del entorno en el que él se mueve son de lo más auténtico que he visto sobre Barcelona. Sí, la vida es perra! Hay muchos Uxbal por esta ciudad, muchas histórias parecidas o aún más crudas. No sé si es que yo no he tenido ninguna dificultad en "creérmelo" por estar muchas veces en contacto con estas realidades, o si es que para verlas, y bien claras, simplemente hace falta un poco de sensibilidad, sentido de la observación y curiosidad. Lo segundo que pensé al terminar la peli (lo primero fue "Bardem es Dios") fue: por fin, ya era hora que alguien le quitara de encima a Barcelona su falsa imagen de país-de-las-maravillas, de ciudad de la "dolce vita"! Reconocí Barcelona (la ciudad donde vivo, la ciudad QUE vivo, y que quiero con locura) en todas y cada una de las escenas de Uxbal moviéndose por el Gótico, por el Raval, por los barrios de -diría- Horta y el Carmelo, y sobretodo por la zona del Besós, San Adriá y diría que también por La Mina. Los que no identifican la Barcelona de la peli como la Barcelona real, es que solo la han conocido estando de vacaciones, o quizás a través de los ojos de Vicky y Cristina (eso sí que era gran mentira!).
Para terminar, también defiendo la capacidad del director de penetrar por debajo de nuestras pieles y llegar hasta la fibra sensible que tenemos, y tocarla, y hacerla vibrar. Es verdad que es más facil dejar a los espectadores hechos polvo si es que trabajas sobre temas chunguísimos, pero cuantos directores lo hacen? Muchos. Y cuantos logran sacudirte por dentro y no resultar páteticos? Muy pocos. En mi opinión, Iñárritu es uno.