"Un polvito, yambo-mambo, triquitrí­" Si eres un tí­o tan tan tan interesante, que cuando echan el Madrid-Barcelona por la tele, te vas a una exposición de grabados franceses abstractos al aguatinta con tu libro de Séneca en la mano y tu amigo homosexual en la otra, evidentemente no tienes que ser muy astuto como para adivinar que un tí­tulo como "Demolition Man", con dos tipos 'cachas' en la portada mí­randose desafiantes, no va a ser lo mas aconsejable como para seguir siendo miembro de honor del "Club Lorca de tertulia y debate". Si por el contrario, has visto alguna peliculilla porno... al dí­a, has repetido más de una vez en la cena los cojonudos garbanzos de tu abuela, sin que te persuadan las posteriores repeticiones aerófagas y no eres uno de esos a los que el boxeo les parece una 'barbaribaridad', entonces seguro que esta peli estuvo de puta madre 'tronko'. Claro en una página dedicada al cine, no se puede puntuar con mas de 5 a esta cinta, uh! es una peli de acción, de tiros, arghhh... una americanada!!!! Toda esta gente que va de intelectual luego se pone en 'youtube' a ver ví­deos de caí­das desternillantes y entrevistas a Paris Hilton con su perro. Pero bueno, ni siquiera John Spartan podrí­a escapar de la hipocresí­a ni en pasado, presente ni futuro.
Dicho ésto, Stallone es a la acción lo que Al Pacino al negro y Wesley Snipes, hablando de negros, se sale cómo malo encantador en una peli cargada de guiños interesantes muy difí­ciles de olvidar: (ver spoiler)

Un hombre tan brillante y astuto como Lars Von Trier puede permitirse tirarse un pedo cinematográfico de vez en cuando. Todos los grandes lo hacen. Eso y solo eso los convierte en humanos certificando con ello el mérito de su genialidad.

Si fuera más culto podría poner ejemplos eruditos hablando de pintores franceses y algún cuadro desacertado u obras literarias de ese escritor clásico que no alcanzó el nivel de sus más celebradas novelas. Dado el caso me dedicaré a lo mio, y diré que Joaquín Sabina ya no es el que era, que Al Pacino, Jack Nicholson y hasta Samuel L. Jackson (sobre todo él) hacen verdaderos bodrios y joder… que Messi falló un penalti el otro día.

Creo que es muy importante saber quien hace una crítica para poder sacar conclusiones. No es igual si dicha reseña viene de la madre del director o de alguno de los actores de la película, o si viene de su ex a la que puso los cuernos o de algún judío resentido sin sentido del humor y la ironía.

Dicho esto, paso a presentarme: Soy un tipo que ha visto muchas películas. Al principio me gustaban mucho las de miedo pero no Jeepers Creepers y las de acción pero no Steven Seagal.

Luego crecí y empezaron a gustarme las pelis de las que antes comentaba ‘es muy lenta’. Abandoné el terror por no creérmelo y la acción porque ya había visto todo. Por aquel entonces había oído hablar de un director polémico y genial de nombre Lars Von Trier, y rápidamente aprehendí que era la chapita que todos los intelectuales de postín, pinchaban en su solapa junto al lacito solidario que los hace tan comprometidos y conscientes.

Afortunadamente, y a pesar de empezar con Los Idiotas, pronto entendí que este cabronazo es un maestro de los de verdad, que daba igual cuantas gafas de pasta y libros de Buchowski colgaran de su grandeza. Al fin y al cabo es normal… decir que no te gusta un autor independiente, transgresor y subversivo es de cafre ¿Verdad Margot?

Pues antes de ver Bailar en la oscuridad, Dogville o Anticristo, yo pensaba que las películas de Lars Von Trier serían como Los Idiotas... o como Melancholia.

A mí me parece muy claro. Este genio no puede hacer una obra maestra cada dos años y tiene que pagar sus deudas, tiene que ir al bar a tomar unas cervezas y por hacer películas fáciles también le pagan. Alguna de relleno vacía de trama y recursos narrativos tiene que haber. Por mi parte no me molestara seguir buscando hasta que vuelva la buena.

Ésta desde luego no lo es. Es aburrida. No transmite más que algo de angustia, la procedente del deseo del espectador de alcanzar esa sensación que se intuye lejanamente pero que nunca se llega a sentir. Y que tenga 4 o 5, o 10 imágenes de una plasticidad inmensa no me vale para justificar una película, y menos de un tío tan sobrado de talento.

Él lo reconoce. No habla bien de esta película, dice que es nata montada y que no sabía bien si era una basura.

Es un crack y a mí lo de Hitler en Cannes sí que me hizo gracia ¿qué pasa?

Como cuando expones tus razones al amable funcionario, cuando llamas al servicio de atención telefónica de tu linea Adsl, en el control sorpresa junto al simpático agente de la benemérita, durante las interminables anécdotas pedagógicas de tu padre, cuando ella llega de pasar la tarde con las amigas y te cuenta todo lo bien que se lo ha pasado... A veces, afortunadamente, no es importante demostrar lo que estás cavilando, algunas incluso mantiene nuestra felicidad ese cautiverio voluntario del pensamiento.

Pero la mayoría de ocasiones es desquiciente no poder transmitir la infinidad de sentimientos que somos capaces de procesar. Es muy duro no disponer de los medios necesarios para expresarnos mas que a través del leve haz de luz que emana tras una pequeña hendidura, reflejada con tino mediante espejos orientados laboriosamente, que consiguen el resplandor de un último destello.
En esta situación encontramos a nuestro protagonista, abocado tras paro cardíaco a la completa paralísis corporal excepto de un sólo ojo. Aquí el director si que consigue evocarnos sensaciones consiguiendo una introducción angustiosa, llena de agonía no apta para claustrofóbicos.
Posteriormente la historia entra en estado vegetativo, haciéndonos dudar si renacerá del coma para reencontrarse con el espectador o si finalmente se abandona a formar parte de la lista de espera del tanatorio fílmico.
Lo consigue. El Dr. Schnabel hace revivir la historia inyectándole altas dosis de sensibilidad, evitando hábilmente el colapso diabético.
Con la salvedad de la anestesia que sentimos tras la introducción del personaje, se puede decir que el resultado de la operación es satisfactorio, dada la altísima delicadeza del tema tratado. (Ver Spoiler)

Ella que tiene un violín que le regaló Luis Cobos y lo toca porque fue a Solfeo. Ella que no come carne, ni huevos, ni leche ni atún. Aunque sean ecológicos. Ella que defiende a las mujeres, a los gays, a sus derechos y que alguna vez fue algo lesbiana. Ella que lleva un pañuelo en la cabeza, una chapita reivindicativa en la mochila, un lazo solidario en la solapa y una pulsera super chula que compró en La India en su muñeca. Ella que vacía la basura en el verde y hecha la bolsa en el amarillo. Ella que es más de montaña que de playa, de pantalón que de falda, de mercadito que del Zara.

Ella se va a llevar una impresión equivocada de mí… Creo que mejor no se lo digo. Si lo sabe dejará de poner esa carita tan mona que pone cuando dialogo distendidamente y comparto que discrepo per sé de las ideologías marxistas que proclamaba con sus alegorías pseudosemitas mi nunca suficientemente idolatrado y admirado Kafka, ad levita bélum est.

Va a pensar que soy como los demás. Esa gentuza que ven las pelis de Batman, esos poligoneros taciturnos de Hyundai Coupé. ¡Yo soooy diferente! soy tan cool como mi Vespa Lambretta ¡Qué injusticia!

No conseguiré que vea Batman para que lo entienda, no es en blanco y negro. Estoy desesperado, pero sé que no hay vuelta atrás, tengo que decírselo y sé que será el fin... ¿Qué van a pensar Enric y Guillem cuando se enteren?

-Cariño, he de contarte una cosa importante… -Dijo Pere apesadumbrado-. Verás, he estado algún tiempo un poco sólo esta temporada… Con las últimas broncas y el fín de peoyecto nos hemos visto menos… Y bueno ya sabes… Teníamos que entretenernos de alguna manera…- proseguía Pere, apesadumbrado aún- He hecho más deporte, he ido al cine, he salido más… No nos dimos cuenta cariño. Llevo largo tiempo pensando acerca de esto para asegurarme antes de decírtelo y creo que ha llegado el momento: Neus, me gusta Batman.

- ¿Qué te gusta qué?

-Que me gusta Batman cariño.

-¿¿Qué te gusta Batman?? ¿Ay pero qué dices Pere? ¿Es uno de tus experimentos del máster de psicología aplicada otra vez? ¿A que sí?

-No Neusetita. Esta vez va en serio, es de verdad. Me gusta Batman.

-¡Ay, pero cómo me dices esto ahora Pere! Es un momento realmente duro el que me planteas, pero bueno… ¡Podremos superarlo juntos amor! En Nepal aprendí que hay que saber perdonar. Ahora lo importante es hacer como si no pasara nada. No pueden enterarse jamás en la ONG, nos quitarían la primera fila en las manifestaciones o incluso el carnet de comprometidos, Pere.

-No lo entiendes Neus. Esto no depende de ti. A mí no me puede gustar una chica que consiente que a su chico le guste Batman. Yo soy diferente, yo no soy como los demás, yo soy auténtico, genuino. El gran Groucho Marx plasmó brillantemente este sentimiento cuando dijo aquello de…

Bueno, yo no sé si la solución que propone este documental sería la panacea que elimina todas las miserias sociales existentes. Yo no sé si su planteamiento es utópico, idealista o romanticón. Yo no sé si los datos que maneja son ciertos, falaces o directamente falsos, ni sé si Peter Joseph es Dios salvador o Judas traicionero.

De lo que sí estoy seguro, es de que por primera vez escucho a alguien, más allá de mis silenciosas divagaciones y mis diálogos con el colega rarito, exponer este tipo de argumentos. No digamos ya en los politizados medios de comunicación... Por tanto, por ello, muchísimas gracias al responsable.

También reconozco, aunque no me entero de ninguna frase que contiene la palabra ‘números’, los paupérrimos resultados obtenidos al calcular mis posibilidades de prosperar en este capitalismo aceptado. Y como ser humano egoísta que soy, me interesaría encarecidamente cualquier cambio alternativo, aunque no puedo llorar ni lamentarme demasiado, porque resultaría frívolo que alguien que tiene tiempo y medios como para escribir una crítica de un documental, para el que ha tenido tiempo y medios para verlo, emita sollozos desde su sofá, banalmente acomodado… ¡con el hambre que hay en el mundo!

Por otro lado, para no resultar maniqueo, que es el mayor delito que puede cometer un crítico pedante de Filmaffinity, diré que, puestos a relativizar sobre conspiraciones… ¿Y si esto es sólo un instrumento hipnotizante creado por los malos? ¿Y si no es más que un hierbajo venenoso mimetizado para simular pasto fresco? ¿Y si las fotografías en las que vemos nuevos horizontes, solamente nos las muestra el pastor para sedar nuestro rebaño, cada vez más encabritado?

Sea lo que sea, es una teoría muy bien redactada con un ritmo de relato apasionante, cuya sencillez lo hace fácil de digerir sin caer nunca en la monotonía consiguiendo su intención de transgredir y hacer recapacitar al espectador.

Mi carácter pesimista me lleva a creer que no va a servir absolutamente para nada. Mi carácter soñador confía en que será la semilla que consiga germinar en el fruto de una nueva humanidad más verde y llamativa.

Mi carácter realista se ha entretenido viendo el ‘docu’, pero ya es tiempo de lavarse los dientes e irme a la cama. Mañana hay que madrugar para ir temprano al polígono industrial, en busca de un empleo que me ayude a pagarle los meses de alquiler que le debo a mi casera.