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España España · San Cristóbal de La Laguna
Críticas de Juan Cairos
Críticas 1
Críticas ordenadas por utilidad
10
3 de marzo de 2022
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mundo del cine, a veces, como los mejores perfumes, vienen en frascos pequeños, y éstos concentran la esencia más pura. El cortometraje es uno de esos perfumes, con un cine a veces, insisto, más potente e intenso que muchos largometrajes. Éste símil, metafórico con alevosía, me viene perfecto para describir lo que vi, sentí y sufrí (en el mejor de los sentidos) en el visionado muy "íntimo" de El Semblante, el corto dirigido por un binomio maldito formado por Raúl Cerezo y Carlos Moriana. Llevaba ventaja, en mi caso, porque soy un apasionado del género histórico, y más en la época en que está basada, en el decadente ya, Siglo de Oro español, magníficamente ambientado y fotografiado por un Ignacio Aguilar que tira de la luz robada de los trazos de los grandes maestros de la pintura. Hay realismo visceral, una atmósfera densa y rancia que me recuerda a algunos trabajos de Robert Eggers, unas interpretaciones magistrales de Carlos Santos y Daniel Ortiz, que me hicieron sentir unos cuantos escalofríos. Pocos trabajos...Mejor dicho, ningún trabajo de los vistos en los últimos 20 años, han conseguido lo que este corto. Os juro que no pestañeé. Me metí en la historia desde el minuto uno, totalmente a merced de la "Suspensión de la incredulidad", que diría el poeta romántico inglés Samuel Coleridge, hasta el punto de somatizar en mi estómago lo que entraba tan crudo y realista por mis ojos.

Me llevó de viaje al sombrío y cruelísimo mundo de la Santa Inquisición y su herramienta favorita: La tortura. Todo estaba allí con una clarividencia terrorífica, desde el guión hasta los movimientos de la cámara. Y no sólo es miedo, es dolor y rechazo, una antipatía natural que cuestiona tus expectativas, dónde los directores te invitan sin pretensiones al voyerismo de la crueldad y la violencia, provocadas por ese nonsense religioso enfermizo, aún a sabiendas de lo que se cocía en esa época oscura de la historia. Olvídense de buenos y malos. Si no hay nada más puro que la vida y la muerte, y ambos conceptos son indivisibles, este inquietante corto consigue plasmar en tan sólo 15 minutos un sfumato perfecto, mostrando no sólo el anverso sino un reverso impredecible.

No encontré referencias cinematográficas. Seguro que las hay, pero no importa. Mencioné a Eggers, como podría hacer lo mismo con Shyamalan y sus giros inesperados, incluso caer en la trampa de los Cenobitas del infame Barker. No. Hasta ellos suelen ser más previsibles.Todo es puro, inédito y genuino. Creo que por eso me gustó tanto, porque olí las heces de un periodo histórico del que ya había leído pero que nunca había visto filmado. No de esta manera, no tan bien. ¿Puede una simple línea de guión llevarte las manos a tu cabeza porque literalmente sientes que te explota sin compasión?

No sólo puede... Lo hizo.
Lo hicieron.
Juan Cairos
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