Pues eso, más que una película de terror es un terror de película. Abundo en lo ya dicho: mala, aburrida hasta la náusea, ridícula, inconsistente. Para qué entrar en detalles. No merece la pena ni hacer una crítica. No sé por qué la estoy haciendo, qué hastío! Realmente no es una crítica sino una expresión de rabia, ni eso diría yo, más bien de decepción al constatar lo pésimas que pueden llegar a ser algunas realizaciones cinematográficas. Quizás hasta estas palabras le queden grandes a este truño con patas. Lo bueno es que cuando ves bodrios como este tomas de nuevo conciencia de lo buenos que son algunos de los clásicos del género. Dónde estás, padre Karras?

No voy a abundar más en los improperios que, tanto la película como su director y actor principal merecen. Hace muchos años que la vi, y siempre he querido escribir algo sobre ella. Este es el momento. Esta crítica, que no es tal, porque creo que la película no merece ni crítica, es más bien un mensaje de apoyo, un ejercicio de corporativismo hacia los cientos, miles... de personas a las que nos gusta el cine, y que no nos identificamos con la gran mayoría que concede dieces y elogios fáciles a este filme —u otros de este jaez— que no deja de ser un ejercicio de egocentrismo. Somos muchos a los que no nos gusta, como tantos otros filmes sobrevalorados, pero es que yo siempre he ido contra corriente, no por un ejercicio de esnobismo sino porque tengo un criterio propio muy definido desde siempre. No digo que sea el correcto, pero estoy encantado de ser así, de pensar así, por mí mismo, sin dejarme influir por la masa, que siempre se contagia de ese inconsciente colectivo que dice que si no haces lo que hacen los demás, estás fuera del grupo, excluido. Y esta palabra aterra a muchos. Por eso, lo dicho, encantado y orgulloso de coincidir con esa minoría —somos más de los que creemos— a la que esta película le parece infame. Me declaro, y creo que hablo en nombre de muchos, heterodoxo y rebelde, pero sobre todo educado y tolerante.

No es cierto del todo. He visto 35 minutos, es todo lo que aguanté. Mi tiempo es demasiado importante como para desperdiciarlo en vanidades. Pasó el tiempo en que me terminaba "joyas" como el Ulises de James Joyce por aquello de la honrilla.
Se ha dicho ya mucho en las críticas de los usuarios. Experimental, fallida, pesada, aburrida, errática... Pero para mí el cine obra su milagro cuando una mano invisible te atrapa y te mete en la película sin darte cuenta, lo estás pasando bien, estás disfrutando. Luego, si quieres, analizamos el montaje, la puesta en escena, los planos cenitales y demás parafernalia cinematográfica.
A mí esa mano me sacó a los pocos minutos, me expulsó. Pero en este caso lo agradecí.
Yo soy más de John Ford...

Película que adolece de una candidez premeditada, sin intenciones de dañar ni aterrorizar, y que no obstante conserva cierta prestancia que hace que quieras seguir viéndola hasta el final. Obra menor en el conjunto de filmes de este tipo, y como tal divertimento hay que tomársela, yo al menos así lo he hecho. Casi enternece observar los limitados efectos de la época y la inocencia con la que se emplean. A los protagonistas no llego a entenderlos, a más abundamiento porque me distraen constantemente con su mirada: ambos parecen padecer estrabismo. En fin, se pasa por ella sin ponerle mucho empeño porque la película se limita a sí misma. Pero, con ideas, se pueden hacer mejor las cosas. Y para ejemplo citar La invasión de los ladrones de cuerpos (Don Siegel, 1956). Algunos cargan la mano calificándola de obra maestra; yo considero, como ya he dicho, que es una obra menor. Curiosa, un pequeño snack, y después a otra cosa, mariposa.

Tranquilidad. Pureza. Simbiosis con la naturaleza. Autenticidad. Actuaciones que parecen existencias filmadas sin saberse. Se percibe el aroma del amor en la manera excelsa de contar esta historia. Luz mágica que te llena el alma de serenidad. Sensibilidad sin caer nunca en lo empalagoso. Como si la expresión y el devenir de los hechos se hubieran despojado de todo lo superfluo para quedarse con la esencia de la vida. Todo está lleno de magia que trasciende plena armonía con el entorno y los habitantes de este relato. Silencios que me han inundado de paz y gratitud, solo quebrados por los sonidos de la naturaleza que protagoniza e integra en su seno este pequeño universo. Quietud molinista que te lleva de la mano a la experiencia única de la sublimación del amor y su tragedia.
Imprescindible verla solo y buscar el momento para hacerlo. En versión original.