De la serie se salva la puesta en escena inicial, la actuación convincente de Patricia López Arnaiz y la buena voluntad de los actores y actrices veteranos. Dentro del nivel subterráneo del guion, banal y precipitado como pocos, llama la atención el desconocimiento atómico del mundo de las grandes empresas que se demuestra a lo largo de los seis capítulos. Los constantes cambios de posición de los protagonistas, esa facilidad para proponer soluciones mágicas cuando se precisen para dar alguna continuidad a la “trama” o la sucesión de breves conversaciones trascendentales en las que sólo se dicen bobadas, descalifica cualquier intento de coherencia. Galgos es, exclusivamente, un plagio reducido y vulgarizado de las múltiples series yanquis sobre líos de empresa. La diferencia de recursos y tradición hacen que la distancia entre Galgos y cualquiera de las “originales” sea un abismo.

La peli no está bien. El guión es simple hasta decir puaf, hay incoherencias cada cinco minutos, casualidades cada tres y el desenlace no puede ser más facilón. ¿Por qué pasable (mi valoración)? Pues porque los actores hacen un trabajo digno y... porque sale A Coruña, tres puntos por eso!

Chuck Norris contra los árabes, menos porrazos pero la misma filosofía. Da igual si son indios, nazis, japoneses o árabes: los yanquis son los más listos, los más valientes y simpáticos. Ellos continúan vendiéndonos sus productos 100 x 100 made in Hollywood y nosotros, como idiotas, seguimos comprándolos. El final tipo "casa de la pradera", lo podían grabar una sola vez y lo colocaban en todas sus películas: ahorraban unos dólares y nosotros evitábamos hacernos ilusiones pensando que, tal vez, en esta ocasión iba a ser distinto.

Creo recordar que es el primer comentario que dejo sobre una serie en Filmaffinity. Lo hago movido por la sacudida de vergüenza que me entró tras terminar "El desorden que dejas", sobre todo después de leer las críticas profesionales. Una vez he leído las reseñas "aficionadas", me he tranquilizado un poco al reconocer que no todo el mundo se ha vuelto loco.
"El desorden que dejas" resulta un desaguisado de un calibre descomunal que inhabilita a quien la haya producido, no ya al guionista a quien supongo que se estará partiendo el pecho de la risa. Pensará, si escribo este bodrio y me lo compra Netflix es que he nacido con la bendición de los dioses... Lo primero, la "trama" es tan atómica que no se sostiene ni un segundo en pie. Lo segundo, la intriga no es más que una trampa al espectador; está creada sobre elementos que se desintegran una vez se resuelven. El guion propone un argumento de suspense que, cuando debe ser resuelto, se convierte en (perdón) una imbecilidad suprema sin sentido ni soporte ni el más mínimo atisbo de lógica o decencia mental. Podría dar detalles pero son tantos, tantos, en tan solo ocho episodios que mejor lo dejo aquí y no pierdo el tiempo. Dos apuntes finales:
- un poquito de dignidad, señores/as. Está bien intentar recaudar sus euros apelando al público que se conforma con un entretenimiento facilón; pero pueden ustedes esforzarse un algo y autoexigirse una dosis mínima de sensatez (no digo ya calidad).
- el 3 en lugar del 1 va por los actores jóvenes y por Bárbara Lennie (Inma Cuesta salvable también; hizo lo que pudo la pobre)