Pasados los primeros minutos en que hay la novedad de la imagen retro, del escaneo de personas por la calle y el hackeo de memorias, luego es todo más de lo mismo.
Sumamente aburrida, no tiene el ritmo que una película necesita, te pasas el rato viendo "pensar" a los protagonistas. Vamos, que si ves el trailer has visto todo lo que hay que ver.

Es la impresión que he tenido toda la peli: un simulacro del ejército, filmado, amenizado con unos cuantos diálogos garrulos para darle "realismo". Super previsible en todo el metraje. Diversas incongruencias en los planos, sobre todo en los ataques de los insurgentes. Los actores ninguno destacable. No me he sentido inmerso en ningún momento. Eso sí, hay menos fantasmadas que en las pelis americanas. Ninguna aportación al género. Un telefilm para amenizar la sobremesa.

Hay un cabronazo en la película al que nos querremos cargar desde los primeros minutos, ese es todo el interés de la misma. Contra él rebotan los demás actores, el guionista, el director, la cámara.
Rodada y montada de una forma tan original como absurda, con diálogos de alumnos de secundaria.
Y los actores dirigidos para aguantar el vagabundeo la cámara con cara de cemento sin mover un músculo.
Solo apta para gente cinéfila dependiente y para quien necesite alguna excusa para echar una cabezada.

La película muestra de una forma semi-documental el proceso posterior a una agresión sexual colectiva a una chica, sus dudas, sufrimiento y el de su entorno. Vale la pena verla para tomar conciencia unos y otros de estas situaciones. Decir que el tema de las redes sociales queda en un segundo plano aunque aparecen en su uso cotidiano.