Es cierto que, de vez en cuando, la película tiene algún efecto que no sería necesario para mostrar la realidad. No obstante, el común denominador de esta clase de films, son ficticios e históricamente erróneos. Aún así, les aplaudimos con tal de poder ver la genealidad con la cual nos cuentan fantásticas vidas de los personajes que hicieron al mundo. Aunque sospechemos de algo que no deja de ser humano, preferimos recordarlos como semidioses. La figura de Juana de Arco, representa, para mí, una de las personas más importantes de la historia, que merecen ser recordadas y sin duda, es un gran ejemplo. Pero más allá del respeto que se le pueda llegar a tener, Besson nos ha enfrentado, a través de puntillosos detalles y llevándonos a una profunda reflexión, con una realidad innegable, dejando de lado la fascinación y mostrándonos crudamente lo que es capaz un ser humano es post de su Fe. Yo la catalogaría de muy buen desarrollo cinematográfico en general y una excelente dramatización de la verdadera historia de Santa Juana. (Camila, Lic. en Psicología)