Si los personajes de una historia adolecen de un síndrome agudo de falta de sentido común [no hablemos de inteligencia], no es de extrañar, en absoluto, que los guionistas y directores padezcan la misma deficiencia.
La historia es una más de la ciencia ficción, y por lo tanto, al pertenecer al ámbito de la fantasía, no es ni juzgable ni analizable; entretiene o aburre, gusta o repele, como la vida misma, bien. Eso sí, es exigible que las escenas han de ser míninmamente plausibles y en este caso cumplen ramplonamente con este requisito.
El comportamiento de los personajes no brilla por su coherencia, pero dónde más se delata la ramploneria de esta producción es en los diálogos; adolescentes inexpertos intentando parecer adultos sensatos y maduros; consecuencia: unas interacciones absurdas, casi ridículas, e inadecuadas para la situación [tal parece que sientan que están en el patio de la escuela a ver quien exhibe el argumento mas rechuli], y que producen en el espectador una buena racción de genuino alipoli [o sea llana y sencillamente 'vergüenza ajena'].
La imagineria cumple con un relato de este tipo, al igual que la aventura general en la que se ven inmersos los protagonistas, protagonismo extensamente repartido para complacencia del espectador que tiene un agradable abanico de posibilidades de identificacion/juicio.
Resumen: serie muy entretenida, visualmente atractiva, argumentalmente cautivadora, pero regada generosamente con la babadería de una manada de chimpancés ociosos.

La audiencia se estupidiza.
Solo así es entendible cómo permite que se le falte al respeto con tanto descaro.
Después de la vergüenza que Perdidos nos hizo pasar con su delirante final, aún no hemos aprendido que merecemos una dignidad y que debemos exigirla. Sin olvidar que somos clientes y no ratas de laboratorio que sufren todas las veleidades psicopáticas de sus experimentadores.
La serie construye capítulo tras capítulo una trama aparéntemente interesante y simplemente minimalista que, según vamos acercándonos al final, comenzamos a sospechar que no va a ser resuelta ni con elegancia ni siquiera con buen juicio. Un conjunto de despropósitos [que algunos críticos han tenido la generosidad de definir como hilos sin resolver], que ya vemos venir que no presentan ninguna coherencia, confluencia ni conclusión mínimamente aceptable, por no decir racional o ni siquiera creíble.
Puedes pensar en un final sobrenatural, paranormal o meta-psicológico e, incluso, en una elaborada estrategia mafiosa. No te hagas ilusiones. El final simplemente es una patochada, trasnochada, hueca e ininteligible que ni cierra ni resuelve; una mera hipérbole egomaníaca de unos guionistas fumados o algo peor; puro delirio psicótico sin ningun sentido [a eso los snobs le llaman dejar el tema abierto para que el espectador construya su propio final, ¡ay, mastuercillos...!].
Lo peor, amigos, es la complicidad servil y felacional de los críticos tanto profesionales como aficionadillos, que a fuer de mantener una satisfactoria imagen de sí mismos, ensalzan y engalanan una basura semejante, con la única y evidente intención del autobombo y el autolucimiento de profundos y entendidos.
Compañeros, es una serie hueca, bastarda y deshonesta, que desgranando una serie de aislados acontecimientos sin sentido, estafa al espectador entreteniendole e intrigándole con la incumplida promesa de una historia inteligente e interesante con un desenlace donde todo se explique de forma sorprendente y coherente. Nada más lejos. Sorprende eso si, pero para mal. Llevándote a maldecir cómo es posible que hayas perdido tanto de tu valioso tiempo para nada. Seguramente muchos de vosotros os lesionareis al dar salida a vuestra frustración golpeando un cristal, una mesa o cortándoos un dedo del pie.
De humor, nada de nada, ni una sonrisa. De negro/gore, nada de nada, ni un repelús, ni un ligero estremecimiento más allá del regüeldo por el empacho de snacks por el que os conduce la trama.
No es más que el chiste tonto del sinsorgo de tu cuñado aquel día que llevaba unas copas de mas.
Cristoph muy bien, hace su papel y consigue despistar y hacerse odioso. Nat, el único creíble. Brittany, interesante aunque con poco registro. Y Aimee más plana que una tabla de surf.

¿Critica social?, quizá en Orion 7 pasen cosas como ésta, pero nada que ver con la ambición, la codicia, las intrigas y demás estrategias de los lobos del dinero y las corporaciones a las que otras series nos tienen acostumbrados. Todo bastante light e incoherente desde el mismísimo principio que da lugar a la historia, que no tiene ni pies ni cabeza.

Es posible que la curiosidad o la intriga te empujen a verla. En el pecado encontrarás la penitencia ya que no podrás dejarla antes del final, cuando ya sea demasiado tarde. Estás avisado, luego no llores.

Realmente es una película de 10.
Porque hay que ser todo un genio para conseguir una cinta tan mala.
Si en lugar del mazas de los esteroides hubiesen puesto un oso, el efecto habría sido el mismo.
La interpretación clavada, andares, careto, y manotazos, indistinguibles.
La chica con múltiples personalidades, de damisela desvalida a metralleta Joe en apenas 20 minutos.
Del guión apenas puedo decir nada del estupor que todavía me dura. Señor que le matan esposa bella y amantisima, reconcomido por el rencor, esperando la oportunidad para una venganza sadomaso. Todo eso enmarcado en una situación distópico-pandémica con una cura que salvará millones, millones y millones de niños y gatitos. [Eso muestra el traicionero trailer].
Toda una lección de creatividad y distinción.
Y los diálogos me recuerdan aquel chimpancé [Washoe creo que se llamaba], que había aprendido cerca de trescientos símbolos para una comunicación rudimentaria con su amaestradora. Este simpático simio se habría roto la caja de la risa ante unos parlamentos tan mendaces y poligoneros.
Luego están las escenas de tiros y manporros, con docenas de extras que se quedan parados esperando el tiro o el chupinazo de turno y que van cayendo casi antes de que los toquen.
Con chalecos antibalas que no paran ni las flechas [¡flechas!, ¿a cuento de qué en un mar de metralletas?]
Y montones de sacos terreros que no sirven para nada, toneladas de leña para cortar para una estufa mini, y un hacha que empacha y que sirven para que el míster Olimpia luzca músculo escena tras escena. Un empacho.
Sin embargo, amigos, la he visto [casi entera, con algunos saltitos, lo reconozco] por lo que, como me sospechaba hace tiempo, mis problemas mentales deben ser serios de verdad.
Lo consultaré con mi siquiatra a ver si me vuelve a prescribir la medicación...
Socio, si tienes algún problema mental vela, pero si eres medianamente sano sal corriendo.
Socia, si te gustan los zombis con bolas, barbas y descerebrados, sal corriendo también.
Quedáis advertidos, si llegáis a ver el final os explotará la pelota.

¿Cómo ha conseguido esta película 4,3 puntos?
¿La familia del director?
Hablar mucho y decir tonterías no es hacer humor.
Personajes estúpidos y listos según el momento, gags que no son gags y correteos como pollos sin cabeza.
Tópicos de duros y banderas....
Supongo que los productores habrán salido del paso con 5.000$. Si han gastado más han tirado el dinero.
Más les valía donarlo a la Fundación de Policías Descerebrados.

¿Así es el ejercito americano? ¿Moralizar y cuestionar continuamente las órdenes?
¿Tenemos que creernos que hasta los chusqueros van a la suya?
Suerte que papá/monseñor capitán les arrebata el patriótico corazón con su florido discurso.
¡Ah!, sin calabozos ni regímenes disciplinarios, no se me duelan.
Es el individualismo pueril que venden al mundo los USA para disimular su patético borreguismo de hamburguesa y TV.
Y Spielberg es su publicista más versado.
¡Oh!, la belleza de la estética...
También la cobra es un animal hermoso..., lleno de ponzoña.
Como el mismísimo Walt Disney que miente, tergiversa y corrompe todas las historias que toca. Arruinando generaciones enteras de niños abandonados en sus manos por padres aculturizados. Mientras, claro, llena las arcas de sus socios.
Pero "América es Grande", ¡ya te digo!, un continente entero (según ellos).
Descerebrado, eso sí, pero grande.
Con bandera/empacho, presidente deficiente y pistolas y rifles, muchas pistolas y rifles, y muertos por todas partes.
Un film patético.
Si te rindes a la estética de las masacres y la crueldad belicista, háztelo mirar.
¿Sabes que algunos artistas envasan su caca y la venden a precio de oro? (Piero Manzoni).
Pues eso.